Vivimos tiempos de cambio en los que caminamos como equilibristas entre nuestro mundo tradicional y un mundo en continuo cambio, vibrante e impredecible. Y es que, puede que no lo hayas escuchado hasta ahora, pero éste es el nuevo mundo; el mundo VUCA.
Aunque VUCA nació ligado al entorno militar, rápido se ha extendido a nuestro día a día, definiéndose como un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo cuyas manifestaciones son difíciles de definir en el ámbito personal y laboral.
Desde el enfoque del estudiante es importante tener en cuenta que deberemos atender a las nuevas demandas que el entorno VUCA supone, y es que el mero aprendizaje de conocimientos y competencias estáticas ya no es suficiente: En un entorno en el que el gran avance de la ciencia y la tecnología hace que el conocimiento generado se vuelve rápidamente obsoleto, toma especial valor la agilidad en el aprendizaje (learning agility), necesario para adaptarse a los cambios del entorno y sus demandas.
Pero más allá de competencias cognitivas, se hace necesario poner énfasis en el desarrollo de aspectos emocionales.
Quizá una de las capacidades más esenciales en estos entornos VUCA es la perseverancia; deberemos desarrollar nuestra capacidad de mantener un esfuerzo continuo para alcanzar nuestra meta y buscar soluciones a las dificultades que surgirán a lo largo del camino. Al respecto de ello, será necesaria nuestra capacidad de afrontar la frustración, la adaptabilidad y flexibilidad. Y es que, como futuros trabajadores en un entorno incierto y cambiante, debemos afrontar los reveses con predisposición y entereza, sabiendo sobreponernos y crecer ante las adversidades.
Los errores que cometamos a lo largo del camino serán numerosos, y es que nadie dijo que sea fácil, pero lejos de asustarnos con ellos, deberemos aprender a gestionar nuestro miedo confiando en nuestras capacidades y ante todo saber que a veces también nos ayudan a encontrar nuestro camino.
María López
Gestora de programas