Autores: Valeria Levratto y Ángel Barbas
Si te pido que cierres los ojos y que me cuentes lo que visualizas al pensar en la palabra ‘científico’, lo más probable es que veas una bata blanca, un laboratorio, dispositivos de alta tecnología, microscopios con muestras orgánicas y quizá alguna probeta con sustancias químicas. Es menos probable que asocies la palabra ‘científico’ a personas que observan a operarios de una fábrica mientras trabajan, a personas que entrevistan adolescentes en sus centros educativos, o a personas que estudian por qué el candidato con mayor apoyo según las encuestas de intención de voto no ha ganado las elecciones. Pero estas últimas, aunque no trabajen en un laboratorio, también son personas que se dedican a la investigación científica, también son científicos/as, pero son científicos/as sociales.
De igual modo, si te pido que pienses en lo que hacen los investigadores, posiblemente tampoco visualizarás actividades como la búsqueda de restos arqueológicos para identificar un asentamiento humano en un determinado momento histórico, como el análisis del tratamiento informativo que reciben los movimientos sociales en los medios de comunicación, o como el estudio de los recursos digitales disponibles en Internet para el desarrollo de procesos de enseñanza-aprendizaje. Pero estas actividades, aunque no se realicen en un laboratorio, también son propias de la investigación científica; concretamente, son actividades de investigación encuadradas en el área de las Humanidades y de las Ciencias Sociales.
Los humanistas y los científicos sociales recogemos y analizamos datos con el fin de responder preguntas sobre diferentes aspectos de la sociedad; por ejemplo: por qué se produce el desempleo, qué consecuencias se derivan de una determinada decisión política, por qué se desencadena una crisis económica, por qué existe un índice tan alto de abandono escolar o cómo ha evolucionado un idioma en el contexto de la sociedad global. Pero las Humanidades y las Ciencias Sociales, al igual que las Ciencias Naturales, no sólo persiguen la comprensión de los fenómenos que estudian, sino que también pretenden investigar para proponer soluciones; dicho en otras palabras, las Humanidades y las Ciencias Sociales pretenden comprender y mejorar los fenómenos humanos y sociales, igual que las Ciencias Naturales pretenden comprender y mejorar los fenómenos de la naturaleza.
Las Humanidades, las Ciencias Sociales y las Ciencias Naturales contribuyen a mejorar la vida de los seres humanos y todas ellas son necesarias. Por eso, carece de sentido establecer ‘categorías’ como si hubiera unas ‘ciencias de primera’ y unas ‘ciencias de segunda’. El mundo en el que cae una manzana es el mismo que el mundo en el que una persona cae en depresión por haber perdido su empleo y después su vivienda, y es el mismo en el que todos nos levantamos cada mañana para seguir construyendo un mundo más humano y una vida más plena y más satisfactoria para todos.
“Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes”
(Isaac Newton)
Valeria Levratto y Ángel Barbas
Doctores en Educación y profesores del Máster de Formación del Profesorado