Autor: Mario Coquillat
Cuando empecé a tomar contacto con la formación en gestión de proyectos, primero como alumno y luego como profesor, detecté una gran desconexión entre lo que se enseñaba en las aulas y la realidad que existía fuera en el mundo profesional.
Como alumno fui yo quien traté directamente de conectar ambos mundos, siendo pionero en muchas ocasiones, a través de la PMO (Oficina de Dirección de Proyectos), en tratar de poner en práctica dentro de las compañías lo aprendido, no sin mucho esfuerzo y vocación, por la elevada resistencia al cambio que experimentaba.
Como profesor, lo que recibí en muchas ocasiones, era la frustración de los alumnos al tratar de llevar a su vida profesional lo aprendido y ser el motor de cambio en sus organizaciones, que curiosamente mandaban a formarse a sus empleados, pero no demandaban un retorno de lo aprendido en la mejora de sus procesos.
El reto era ser capaz de unir ambos mundos, cambiando la forma en la que se enseñaba, pues la actual no estaba generando un impacto apreciable.
En estas circunstancias, es siempre bueno recurrir a las enseñanzas de Confucio, que hace ya mucho tiempo nos dejó la siguiente frase: “Dime algo y lo olvidaré, enséñame algo y lo recordaré, hazme partícipe de algo y lo aprenderé”.
En línea con Confucio, Roger Schank, investigador de la teoría del aprendizaje muy crítico con el sistema educativo actual e impulsor del learning by doing, acuñó la siguiente frase: “Los estudiantes sólo pueden aprender con experiencias. Les tienes que poner en situaciones que sean interesantes para ellos. El aprendizaje sucede cuando alguien quiere aprender, no cuando alguien quiere enseñar”.
Se trataba pues de mejorar el modelo de aprendizaje en gestión de proyectos reforzando el aprendizaje de los alumnos y aumentar su seguridad sobre el valor que aportaba lo aprendido, para poder ponerlo en marcha en la gestión de sus proyectos, que era el fin último por alcanzar en calidad de un profesor cuyo objetivo principal es promover el desarrollo de la dirección de proyectos como profesión.
La metodología learning by doing, considerada como una forma diferente de aprendizaje, recomienda sumergir al alumno en un ambiente que simule una experiencia real, para que experimente y reflexione sobre lo hecho, sin miedo a equivocarse y que pueda aprender de sus errores.
El caso práctico de un proyecto real para aprender haciendo
Frente otros modelos, donde el alumno desarrolla un proyecto como parte final de la formación, lo que se plantea en este nuevo enfoque, es trabajar un caso práctico donde se sumerge a todos los alumnos en un mismo escenario de un proyecto real en el que deben ejercer el rol de director de proyecto. Si el proyecto es atractivo y de actualidad como un proyecto de energías renovables o de alguna tecnología novedosa como blockchain, la implicación del alumno aumentará.
Para ello, se les presenta información de tipo situacional, que les permitirá elaborar los entregables necesarios para la gestión del proyecto sobre plantillas o herramientas de gestión de proyectos, e ir adquiriendo aptitudes y habilidades como profesional.
Previamente, deben tomar contacto con la parte teórica de cada una de las áreas de conocimiento que constituyen la gestión de un proyecto (coste, plazo, riesgos, etc.) y con lo aprendido, se deben enfrentar a un escenario situacional con información similar a la que se encontrarán en el mundo real (un acta de una reunión, un registro de riesgos, un cambio en el alcance del proyecto, etc..). El siguiente flujograma muestra cómo funciona la metodología:
Imagen: Flujograma de metodología. Fuente: Elaboración propia (Mario Coquillat).
Disponer de un foro común, donde los alumnos puedan consultar al profesor sus dudas e intercambiar entre ellos opiniones y reflexiones, les ayudará en este camino que se emprende al aprender haciendo.
Posteriormente, disponer de la solución correcta al problema situacional planteado, y recibir un feedback personalizado por parte del profesor del trabajo realizado por cada alumno, les ayudará a conocer sus puntos débiles para reforzarlos y poder enfrentarse con garantías a situaciones similares en el mundo profesional.
Especialmente satisfactorio es cuando los alumnos ponen en práctica nuevas técnicas y herramientas de gestión de proyectos, y tras vivir la experiencia, descubren el valor que aportan a sus proyectos, y deciden usarlas en sus compañías para mejorar sus procesos. Ahí es donde comienza realmente el cambio.
Mario Coquillat de Travesedo
PMP®, PMI-RMP®
Profesor máster gestión de proyectos
Muy interesante la experiencia que nos presentas Mario, es sin duda el fin último de la educación, que los alumnos lleguen a desarrollar las competencias básicas para que puedan llevar a cabo proyectos en un ambiente lo más real posible.
¡Muchas gracias por compartir!
Gracias Lorena, me alegro que te haya resultado interesante el artículo. Hay que buscar nuevos modelos de aprendizaje que permitan al alumno adquirir las aptitudes y habilidades que un mercado laboral cada vez más competitivo demanda.
Buenas
Adjunto publicación de hoy sobre Roger Schank al que menciono en mi artículo como impulsor del learning by doing. Muy interesante lo que el denomina «deep dives» (o inmersiones profundas) en el mundo profesional para lo que precisaras de un mentor experto que podría ser incluso mentor de inteligencia artificial ya que las preguntas de los alumnos son muy recurrentes.
http://www.lavanguardia.com/vida/20171101/432502935582/estudiar-universidad-no-sirve-encontrar-trabajo.html