Autor: Eduardo Noguera
A finales del Siglo XX y principios del Siglo XXI comienza a desarrollarse un movimiento pocas veces visto en la historia de la humanidad; una herramienta que posibilita la comunicación e intercambio de contenido entre usuarios de una manera extraordinariamente rápida y eficaz: Internet.
Internet ha supuesto una revolución en todos los ámbitos de nuestro día a día y la enseñanza no podía quedarse atrás de ningún modo.
El denominado e-learning o formación a distancia o enseñanza virtual ha llegado para quedarse, y es perfectamente entendible, no solamente porque nos brinda todas las ventajas de los estudios “tradicionales” presenciales sino que reduce muchas de sus desventajas. Me explico: Vivimos en un mundo en constante cambio, al que continuamente debemos adaptarnos, y para ello no podemos dejar de formarnos y actualizarnos. Algunas profesiones tales como la medicina o, por ejemplo la mía, la abogacía, una profesión dinámica con constantes cambios legislativos y jurisprudenciales nos exigen una formación permanente que muchas veces parece que debemos estar en varios sitios a la vez.
En palabras de Carlos Carnicer expresidente del Consejo General de la Abogacía Española “La profesión de abogado es dinámica. Nuestra profesión exige una formación permanente, una actualización continua y un reciclaje casi diario. No sólo el conocimiento y el análisis de los cambios legislativos que las Administraciones acometen deben ser objeto de esta formación continua. También la preparación en materia deontológica, nuestras reglas de funcionamiento y, sin duda, conocer y estar al día acerca de las nuevas herramientas tecnológicas de las que disponemos para ejercer nuestra labor.”
Tradicionalmente la formación del abogado se ha realizado a través de congresos o cursos que muchas veces resultaban difícilmente compatibles con una vida laboral intensa. En la actualidad, por poner ejemplo, no nos basta con graduarnos en Derecho, sino que además debemos cursar un Máster, una formación práctica de varios meses y un examen de Estado convocado por el Ministerio de Justicia.
Por lo tanto, cuando surge una oportunidad como la formación e-learning o semipresencial los estudiantes del derecho y los abogados no podemos hacer otra cosa más que abrazarla.
En mi humilde opinión el acceso a esta profesión debe ser eminentemente práctico. La mejor formación en la abogacía es la formación práctica, porque los estudiantes de derecho deben aprender a abogar además de adquirir conocimientos teóricos de calidad y es aquí donde el e-learning con iniciativas como la de Global Campus Nebrija nos brinda una herramienta maravillosa.
La posibilidad de ver online las clases en el momento en el que estés disponible y desde cualquier lugar, un profesorado internacional de primer nivel en contacto permanente a través de videollamadas donde resolver dudas tanto de manera individual como grupal y el fomento del trabajo en equipo en una plataforma sólida y de alta tecnología son sólo algunas de las posibilidades que nos permite Global Campus Nebrija.
Por todo ello, para poder alcanzar la excelencia y satisfacer las complejas necesidades del mercado y de los clientes, como abogados tendremos que estar en constante actualización y formación encontrando en la formación e- learning una maravillosa herramienta de trabajo, un aliado laboral que nos permite combinar una flexibilidad de horarios con una enseñanza de calidad.
Eduardo Noguera
Abogado