La necesidad de una transformación eficiente en el ámbito educativo ha supuesto una preocupación global desde que a principios de siglo se establecieron las competencias como principios rectores de los sistemas educativos, en sustitución a los contenidos (OCDE, 2005). Desde entonces todos los países, a nivel mundial se han esforzado por alcanzar la consecución de las, tan nombradas, competencias no sin la dificultad añadida de una sociedad que demandaba unas competencias digitales y una alfabetización diferente para su ciudadanía (Pérez-Escoda, 2019). El e-learning, como modalidad de enseñanza innovadora se ha desarrollado durante dos décadas como alternativa a la enseñanza presencial descubriendo a la educación una alternativa donde el aprendizaje se ha flexibilizado hasta adecuarse totalmente a las necesidades del usuario con el u-learning o el m-learning como complemento, donde la enseñanza ha encontrado nuevos espacios en el ámbito digital (UNESCO, 2020).
Desde una perspectiva educativa, la pandemia por Covid-19 ha supuesto un coadyuvante, a nivel mundial, en la necesidad de usar el entorno digital como única alternativa a la educación ante una situación de encierro global sin precedentes. Organizaciones internacionales (OCDE, IEA, UNESCO, UIT), marcos de referencia (Unión Europea), y desde luego instituciones educativas (educación obligatoria y superior) se centran en repensar la educación para los espacios online, cuya eficiencia pasa, más que nunca, por el uso eficiente de herramientas digitales y el desarrollo de las competencias adecuadas, pero, también y, con igual importancia, por el diseño didáctico de las metodologías oportunas que nada tienen que ver con clases magistrales (que en muchos casos ha supuesto la solución de urgencia como muestran estudios recientes, Tejedor et al., 2021).
Ante esta situación de dificultad para tantos docentes y centros es interesante plantear un itinerario de acción eficiente que pase de la reflexión a la acción teniendo en cuenta todos los aspectos. El Itinerario DMT (Diagnóstico-Metodología-Tecnología o Diagnostic-Methology-Technology) (Pérez-Escoda, 2021) para un aprendizaje efectivo (e-learning o presencial) desde el punto de vista didáctico, propone tres momentos para ayudar a docentes y centros a afrontar la situación de modo eficiente.
Imagen 1: Condicionantes contextuales en el diagnóstico de nuestro contexto educativo. Fuente: Ana Pérez Escoda.
Diagnóstico del problema. En este primer momento es importante ser consciente de: a) los condicionantes contextuales (Imagen 1) que definen el entorno educativo de los alumnos, b) las teorías del aprendizaje, que resultarán fundamentales a los docentes para entender cómo aprenden los alumnos en el siglo XXI (Orientación Andujar), c) el cambio en el paradigma educativo (Imagen 2) y d) las competencias digitales (DigCompEdu).
Imagen 2: Cambio de paradigma educativo. Fuente: Ana Pérez Escoda.
Alternativas metodológicas. En este segundo momento es necesario el conocimiento profundo, por parte del docente, de las metodologías activas en toda su variedad, entendiendo que comparten una serie de características comunes: rol activo del alumno, implican colaboración en el trabajo, desarrollan el pensamiento crítico, fomentan las competencias digitales, se basan en el aprendizaje productivo, parten de la creatividad y motivación, y se evalúan de manera formativa y flexible. La Imagen 3 muestra este abanico de posibilidades metodológicas.
Imagen 3: Metodologías activas. Fuente: Ana Pérez Escoda.
Elección de las tecnologías adecuadas. Las herramientas digitales son potentes aliados de la enseñanza del siglo XXI siempre y cuando el docente tenga un conocimiento y dominio adecuado de estas. La mera sustitución o el uso sin un diseño didáctico y metodológico suponen, sin duda, una ausencia de efectividad en el propósito que nos ocupa: mejorar la enseñanza y hacer que el alumnado aprenda más y mejor. Como se observa en la Imagen 4, contemplamos cuatro tipos de herramientas digitales –que complementarán la metodología elegida– con el fin de hacer un uso educativo de las TIC en el aula: 1) los entornos personales de aprendizaje (PLN) (Maritxel Viñas), 2) la curación de contenido para el desarrollo de buenas prácticas en red, el docente puede convertirse en “content curator” para enseñar a sus alumnos; 3) tecnologías emergentes, como la robótica, la programación, la impresión 3D. o los simuladores; y 4) herramientas digitales de todo tipo: para blogging (Blogger, WordPress, Weebly, Wix), microblogging y posteo (Twitter, Tumblr), creación de contenido (GoogleSites, Google Slides, Canva, Genially, Picktochart, Emaze) o para compartir contenido (Padlet, GoogleDrive, Scoop.it, Symbaloo).
Imagen 4: Herramientas digitales adecuadas. Fuente: Ana Pérez Escoda.
La consecución de este Itinerario DMT supone garantizar un diseño didáctico ajustado a nuestras necesidades –cada docente las suyas– y velar por un uso eficiente y eficaz de las herramientas digitales, ajustándolas a un propósito educativo garantizado por la metodología activa elegida.
Dra. Ana Pérez Escoda
@aperezescoda