Una mirada global permite apreciar la importante evolución experimentada en todo tipo de ámbitos profesionales: informática, biología, tecnología, química, telecomunicaciones, medicina… Por el contrario, este progreso no ha tenido su proyección en la institución escolar. Realizando un juego de palabras, seguiríamos manteniendo una escuela del siglo XIX, con profesores del siglo XX y alumnos del siglo XXI.
La escuela es una institución esencial en cualquier sociedad democrática, fundamento de la misma y promotora de la elevación cultural y el desarrollo integral de las personas que la conforman. Sin embargo, este logro histórico debe re-construirse y plegarse a las nuevas realidades y problemáticas que las sociedades presentan. No contemplar esta necesidad de renovación constante puede generar el distanciamiento, e incluso el no cumplimiento de las altas expectativas que la sociedad deposita en ella.
El modelo de escuela tradicional se encuentra estancado en los requerimientos propios de la Revolución industrial, no promoviendo el desarrollo integral de los alumnos. Cada vez es más urgente la creación de una nueva cultura escolar que favorezca la posibilidad en los estudiantes de ejercer de forma dinámica, crítica e integral el desarrollo de todas sus capacidades, no la mera respuesta mecánica a problemas desconectados de la realidad. Por ello, debe ser superado a través de una fundamentación científica acreditada y sobre todo, del ejemplo de prácticas metodológicas de reconocida calidad y solidez teórico-práctica. En este sentido, se impone el estudio de la renovación pedagógica española ya que representa una larga trayectoria de compromiso socio-educativo docente, innovación pedagógica y crítica con criterio por la mejora de la educación y la sociedad.
Cada vez es más evidente la necesidad de cambio en la escuela, ahora bien, esta tarea, a tenor de su trascendencia, requiere de dos puntos fundamentales: en primer lugar, reflexión, solidez teórica, investigación y crítica con criterio; en segundo lugar, distancia de modas educativas transitorias e innovaciones huecas. En este sentido, poner en valor la encomiable labor educativa desarrollada por iniciativas y centros que llevan tiempo siendo ejemplo de renovación pedagógica es un paso fundamental.
Artículo de Javier Pericacho recientemente publicado en la revista «Cuadernos de Pedagogía».
En tiempos de ruido y velocidad, parece necesario parar y reivindicar la labor del profesor, cuya práctica diaria debe ser realizada lentamente y con tacto por profesionales reflexivos, creativos, investigadores, comprometidos, ilusionados y de una gran talla intelectual. Educadores cuya cotidianidad sea ejemplo de ocupación y preocupación real por los alumnos. Debemos re-apasionar lo elemental, aunque parezca modesto, buscar fórmulas donde no haya tanta distancia entre el tiempo para vivir y el tiempo para aprender. Lo que demos a los alumnos en las escuelas, los alumnos darán a la sociedad de adultos. Quizás nos hemos olvidado de lo importante: la educación en mayúsculas.
Fco. Javier Pericacho Gómez
Dpto. Educación
Pericacho, Fco. J. (2016). Actualidad de la renovación pedagógica. Cuadernos de Pedagogía, nº 472, pp. 74-77.
Pericacho, Fco. J. (2016). Actualidad de la renovación pedagógica. Madrid: Editorial Popular.
Una gran reflexión, es importante adaptarse y evolucionar, pero sin perder el objetivo de vista. Genial!!
Dos siglos de diferencia en el mismo espacio. ¡¡¡Gran verdad!!! Enhorabuena Javier, una gran reflexión.