Echo la vista atrás y recuerdo cómo me enfrenté al mes de septiembre. Siento una pesada carga en mis espaldas. Estoy en la recta final del curso eTeacher – Enseñanza elearning, organizado por Global Campus Nebrija, durante los meses de verano, y he de compaginarlo con la organización de mis clases presenciales para este primer cuatrimestre.
Tengo sensaciones encontradas. El curso eTeacher finaliza, ¡bien!, pues ha supuesto una carga grande de trabajo y pienso que, por fin, podré respirar, pero…, hay tanto que no he podido aprender…
Aunque no tenía una idea preconcebida del curso (solo sabía que avanzar en mi formación como docente online era lo que quería), su enfoque como un producto digital me ha sorprendido.
Se trataba de reflexionar desde un principio sobre el curso de nuestros sueños, o como algún compañero dijo en un foro, “El curso que nos ha quitado el sueño”. ¿Cuál es la persona estudiante interesada en él?, ¿cuál es nuestra propuesta de valor y qué metodologías de enseñanza online me permitirían aprovechar al máximo la tecnología existente?; pero, incluso, llegar más allá: ¿seremos nosotros el profesor más adecuado para impartir este curso?
Actividad user-persona realizada por Gloria Zarzuelo. Fuente: Gloria Zarzuelo.
Una vez fijadas estas premisas, tocaba remangarse y ponerse manos a la obra. Fue el momento más tecnológico, donde tocó “cacharrear” con diferentes herramientas (de generación de contenido y de colaboración), para saber a cuál sacar más partido en función de los objetivos de aprendizaje: desde realizar un storyboard del curso, hasta compartir documentos o hacer videocomentarios, videopíldoras y videodemostraciones.
Así llegamos a la novena semana del curso. Era momento de centrarse en cómo evaluar a los estudiantes y cómo retroalimentar sus aportaciones. Pusimos en práctica herramientas de evaluación como las rúbricas (integrada en Blackboard) y el análisis textual de mensajes en foros. Alucinante descubrir herramientas como Meaningcloud, que ofrecen la posibilidad de analizar un texto y procesarlo semánticamente, con el objetivo de extraer el significado de las conversaciones que importan.
Para poner la guinda al pastel, hemos trabajado con la opción de crear un portafolio, para incluir los trabajos académicos del estudiante, pero también para dejar volar su imaginación a modo de diario personal, como muy bien supo reflejar nuestra compañera Saida.
La parte final del curso, estuvo dedicada a las tendencias: inteligencia artificial, ludificación, curación o neurociencia, son solo algunos desafíos de la educación online.
¡Ha sido una experiencia increíble!, y me encuentro ahora dándole la vuelta a la tortilla, queriendo aplicar la cantidad de conocimientos que he absorbido durante estas semanas de formación en enseñanza elearning, a mis clases presenciales: flipped classroom, juegos en el aula, rúbricas para evaluación, etc., etc., etc.
No quiero despedir mi aportación bloguera sin dar las gracias a GCN por esta oportunidad de formación; a Justo Hidalgo, gran maestro que nos ha guiado a lo largo de este proceso con profesionalidad, generosidad, diversión y, suspense; a mis compañeros, cuyas intervenciones han permitido crear una comunidad pionera, que ha compartido descubrimientos y buenas prácticas para consumo masivo por todos nosotros.
Gloria Zarzuelo
Ingeniero Industrial
Profesora de la Escuela Politécnica Superior