E-learning, una modalidad educativa que rompe cualquier frontera

Autora: Leisy Torres

 

 

¿Una carrera presencial tiene más valor que una a distancia? Ese es el mito que muchos tienen, pese a la democratización de las nuevas tecnologías y el desarrollo de las interfaces virtuales que nos facilitan la vida en casi todos los ámbitos.

A diario vemos cómo las personas no pueden vivir ni cinco minutos alejados de sus aparatos tecnológicos, pero cuando hablamos de estudiar a distancia a través de plataformas virtuales, son muchos los escépticos que dicen: “ah, es online”, como si no tuviera la misma efectividad que la presencial.

Pero, realmente ¿es necesario sentarse en un aula para obtener conocimientos de calidad? Pues NO, y eso lo he comprobado durante el desarrollo del máster a distancia en Planificación Estratégica de Medios Publicitarios, en la universidad Antonio de Nebrija.

La calidad de la educación a distancia no solo la vivo yo, sino que en mi círculo social son muchas las personas que han estudiado en esa modalidad, y dan testimonio del gran aprendizaje que han obtenido sin tener que estar dos o tres horas en un aula.

Ya con e-learning no hay mar, ni montañas ni fronteras, que eviten que una persona obtenga tanto conocimiento como quiera, en un ambiente dinámico, ágil e interactivo.

En el caso específico de la universidad de Nebrija, la distancia no es un obstáculo para enseñarle al estudiantado a tener un pensamiento crítico y a formarnos orientados siempre a la calidad.

Allí, donde la filosofía es “aprender haciendo”, recibimos docencia de calidad todos los días, debemos cumplir con las tareas asignadas, y lo mejor, no es que el estudiante entregue el trabajo y punto, sino que aprenda. Ese, el aprendizaje, es el propósito real.

Contrario a lo que muchos todavía piensan, estudiar a distancia es un gran reto, que necesita de mucho compromiso, disciplina y empeño.

De hecho, confieso que, en ocasiones, me he sentido abrumada por la cantidad de actividades que incluye cada materia, incluso, mucho más de lo que he estado acostumbrada a recibir en programas presenciales.

Dicha modalidad es muy rigurosa y te obliga a desarrollar habilidades competitivas como la responsabilidad, puntualidad, multitasking y trabajar en equipos multiculturales.

Además, estudiar a distancia te exige estar a la vanguardia tecnológica, pues incluye el uso de herramientas y aplicaciones que te dan mayor conocimiento, lo que te facilita el ejercicio profesional y la vida en sentido general.

A través del e-learning, interactuamos diariamente con personas de distintas partes del mundo, intercambiamos experiencias, conocimientos y costumbres de diversas culturas, lo que nos prepara para vivir en un mundo mucho más conectado.

Es normal leer cómo Tania, de España, o José, de Colombia, del grupo de trabajo, escriben en el chat de Whatsapp para preguntar sobre una fuente. Ahí mismo, yo, de República Dominicana, respondo sin ningún inconveniente.

Esta experiencia que vivo actualmente me ha permitido valorar y dar mejor uso a las herramientas electrónicas (celular, tablet, ordenador, etc), que antes solo usaba para comunicarme.  

En definitiva, a lo largo de mi preparación académica, ha habido un antes y un después del e-learning.

 

Leisy Torres

Alumna del Máster en Máster en Planificación Estratégica de Medios Publicitarios

Renovarse o morir: la enseñanza universitaria en modalidades no presenciales en España

Autor: Juan Cayón

 

Estas breves reflexiones no aspiran a ser técnicas y, por tanto, obviaré el respaldo bibliográfico, legislativo o jurisprudencial para apoyar o ilustrar mi aportación. Por tanto, debe ésta enmarcarse más bien en la pura opinión sobre política universitaria que, si tiene algún valor para el lector, éste deriva del medio en el que se publican (el blog de Global Campus Nebrija) o de la ya dilatada experiencia de quien las escribe, presente y activo en puestos relevantes de distintas Universidades en los últimos treinta años de evolución de nuestras Universidades. Y como mera opinión bien puede rebatirse o disentir, como puede aceptarse y hacerse propia, total o parcialmente, siendo ese precisamente su objetivo principal, el de provocar en el lector un posicionamiento y, con suerte, una intervención en el blog que nos acoge.

 

La Universidad española no se ha caracterizado en los últimos años por una relevante capacidad de adaptación al cambio. Y es lógico, pues la Universidad, como categoría intelectual, tiene siempre puesta la mira en el largo plazo por lo que desconfía inicialmente de cualquier cambio que pueda entenderse como moda. Por ello, y por el eterno deseo de mantener un status quo inalterable que suele caracterizar a los universitarios de carrera, todo cambio (y ha habido muchos y muy profundos en los últimos decenios) es asumido a regañadientes, lentamente y casi siempre con polémica y crítica feroz, la misma crítica que permite a las Universidades cumplir con su misión institucional. En lo que toca a nuestro objeto de reflexión, la Universidad española ha visto multiplicarse el número de estudiantes y programas ofertados en fórmulas no presenciales o al menos no enteramente presenciales, incluso ha asumido la aparición de Universidades privadas enteramente orientadas a la enseñanza en estas modalidades. Pero todo ello lo ha hecho con prevención, con mucha prevención y en el fondo, aunque no se verbalice expresamente, con una actitud reacia hacia la enseñanza a distancia que siempre se prejuzga, quizás interesadamente, como de menor calidad o de alto riesgo de irregularidades. No se ve afectada por esta imagen degradada la ya clásica Universidad Nacional de Educación a Distancia, quizás por su asunción en el tiempo, quizás por su buen hacer, quizás por la tutela estatal que la ampara y que como toda Universidad pública la hace gozar de un salvoconducto hacia la ansiada calidad, por más que todos conocemos que las Universidades públicas, como las privadas, son buenas, malas y regulares, dependiendo de los programas, de los profesores que en ellas enseñan y de los gestores que las gobiernan. En realidad pienso que nuestro sector tiene miedo a lo desconocido y una inexplicable aversión a la innovación pedagógica que lleva a rechazar de entrada lo nuevo, para luego acabar aceptando aquello que realmente merece la pena. Ese retardo general, sin embargo, es, precisamente, la oportunidad que tenemos aquellas Universidades más innovadoras, con más capacidad de adaptación y sin las paralizantes ataduras que a veces acartonan la gobernanza universitaria.

 

Pero muy al contrario, la enseñanza a distancia, en mi humilde opinión, puede ser de excelente calidad y el único inconveniente que presenta, la ausencia de su inserción en una vida universitaria plena y por tanto integrada de amoríos, diversiones, experiencias en definitiva que sólo un campus universitario presencial puede proporcionar, es suplido con creces por las ventajas que aporta como una disponibilidad hoy ya universal, una necesidad de mayor disciplina y capacidad de autoaprendizaje y unas metodologías más adaptadas a la postmodernidad en la que vivimos y por tanto, más trabajadas y actuales. Por edad soy de una generación que ha visto la irrupción en la vida cotidiana de ordenadores personales, de software intuitivo, de aplicaciones y bases de datos electrónicas, de redes de comunicación rápidas y de instrumentos portables que permiten el acceso a todo ello desde prácticamente cualquier lugar y ocasión. En definitiva, he presenciado (y he intentado adaptarme) a esta sociedad donde el conocimiento es mucho más accesible para todos, por más que la sobreabundante información obliga más que nunca a permanecer atento a las fuentes y su fiabilidad. Sin embargo, una vez más, pareciera que el derecho y lo que es más grave, la política, evoluciona con retardo respecto de la sociedad, por lo que aún siguen campando a sus anchas en el ámbito universitario prácticas y normas incongruentes, como por ejemplo en el caso de España, las dificultades objetivas para establecer centros de tutorías para enseñanzas mixtas presencial/distancia en comunidades autónomas diferentes a la de establecimiento de la Universidad, la exigencia de que los exámenes sean siempre presenciales, cuando existen medios técnicos de sobra para garantizar la seriedad de los mismos a distancia, o la complejidad para la gestión de la atracción de estudiantes internacionales en nichos formativos concretos o provenientes de países con sistemas educativos esencialmente distintos al propio, máxime si optan por la modalidad a distancia, como sabemos por experiencia diaria en el trato con las agencias de calidad y los reguladores.

 

Y es que subyace sobre todo ello en el sistema español un prejuicio ideológico que lleva a mirar mal la actividad empresarial vinculada a la educación, como dicen, a ganar dinero en la educación. La cortedad de miras es tan asombrosa que, pasando por encima de la Constitución y las leyes, ese inane prejuicio sólidamente instalado, percibe que la enseñanza a distancia es un coladero plagado de irregularidades, de “pelotazos” académicos, sin caer en la cuenta de que muchas de las mejores Universidades del mundo son privadas o de iniciativa social y no estatal. Que el sector educativo es un sector más de la economía, que nuestras Universidades contribuyen de manera notoria al tejido social al que sirven y que la sociedad de hoy y previsiblemente del mañana, ha llegado a las tecnologías de la información con vocación de permanencia porque hacen nuestra vida más cómoda y productiva. La irreversible globalización y el sentido común acabarán imponiéndose sin duda, pero hasta entonces, el camino será arduo como bien sabemos quienes trabajamos en Universidades privadas.

 

Por ello, la importancia de rebatir la ideología con los hechos, la necesidad de que la enseñanza a distancia sea realmente abierta y de calidad equiparable si no superior a la presencial. Y con mucho orgullo puedo afirmar para terminar que Nebrija ha sido ejemplar, también, en la inclusión en su oferta académica de programas a distancia, en el desarrollo de una metodología a distancia propia y en el cumplimiento de los mayores y más exigentes estándares de calidad en su enseñanza a distancia o mixta. No solo al optar por alta tecnología y plataformas sólidas, sino especialmente, por haber creado una unidad específica, equiparable a una Facultad, dotada de excelentes profesionales, cuya motivación y trabajo en equipo solventa cualquier reto, tal y  como acreditan los numerosos premios recibidos y el reconocimiento de la comunidad educativa dentro y fuera de Nebrija. Nuestra Universidad llegó a la enseñanza a distancia para quedarse porque somos una Universidad en contacto directo con la sociedad, y ello solo era posible si nuestra manera de entender la Universidad se trasladaba también a esta novedosa metodología. Estamos convencidos de que el crecimiento de nuestra Universidad en los próximos años hasta alcanzar las cifras de estudiantes e ingresos previstos en nuestro plan estratégico, en buena medida, vendrá de la mano de Global Campus Nebrija. Hemos decidido y es un acierto, que nuestra enseñanza a distancia sea reconocible y diferencial para los estudiantes y sus empleadores, como reconocible y diferencial es la experiencia académica en nuestros campus presenciales. Y con ello, estamos logrando posicionarnos respecto de otras instituciones con las que competimos en un entorno tan exigente como el actual, pues son pocas las Universidades que comparten ambos ámbitos de manera tan natural y complementaria. De hecho, son ya varias las que nos piden exponer nuestras buenas prácticas para aprender de Nebrija, lo que como imaginarán es un auténtico placer pues como institución universitaria, creemos firmemente en la cooperación entre pares para lograr un sistema mejor.

 

Juan Cayón Peña

Rector de la Universidad Nebrija

A falta de bibliotecas para estudiar el fin de semana en Madrid…

Si trabajas y dedicas parte de tu tiempo libre a estudiar pero eres de los que no se concentra en casa, ya sea por la familia, los vecinos, el del gas, el afilador, etc. sigue leyendo… Encontrarás experiencias propias de cafeterías donde estudiar los fines de semana es posible.

Mi amiga y compañera de clase y yo vivimos en el extrarradio de Madrid y necesitábamos un espacio para poder estudiar y hablar (preguntar y resolver dudas) sin molestar a los demás. Todos los años compruebo si las bibliotecas se mantienen abiertas fuera de la época de exámenes, pero todos los años encuentro lo mismo: abren los fines de semana (entendiendo fin de semana de estudio, sábado y domingo completo) que hay exámenes, una vez pasan los exámenes, olvídate.

Y así, busqué en San Google: “estudiar los fines de semana en Madrid” y encontré este , del que quiero sacar más detalle ya que visitamos casi todos los sitios recomendados.

Depende del tipo de concentración de cada uno, de lo que está estudiando, del espacio que necesita, la hora a la que vas, etc. Considerando estos factores, aquí os dejo algunas pistas según el orden en el que visitamos las cafeterías:

Librería Ocho y medio, muy cerca de Plaza de España

Si vas pronto (normalmente nosotras llegábamos sobre las 16:30- 17:00h.), encuentras sitio sin problemas. El sitio es bastante tranquilo, las mesas amplias (detalle a tener en cuenta si llevas apuntes, libros, hojas en sucio, etc.) y claro, la merienda, también cuenta: tarta de zanahoria, zumo de naranja, café… ¡Delicioso! Es de nuestros sitios favoritos.

La Bicicleta cycling café & workplace, cerca de Tribunal

Ya el entorno es un poco ruidoso, y aunque llegamos pronto, casi ya no había sitio para sentarnos, y nos tocó una mini mesa (recordad que nosotras vamos cargadas de libros, papeles, hojas…). Ya el mismo nombre te hace sospechar que quizás es mejor sitio para trabajar que para estudiar, y la verdad, nos quedamos con esa sensación; si tienes que trabajar con el portátil y no necesitas de mucha concentración, te va a gustar.

La Fugitiva, cerca de Antón Martín

El ambiente es el perfecto para estudiar, nada de ruido, sólo un pega (para nosotras claro) las mesas, son minúsculas. Si quieres leer o escribir en tu portátil (pequeño) y necesitas concentrarte, éste es tu sitio.

La Infinito, cerca de Antón Martín

La misma tarde que estuvimos en la Fugitiva, fuimos a esta cafetería que estaba muy cerca. Nada más entrar, ves mesas repletas de apuntes y gente estudiando. Como ya eran pasadas las 17:30h. encontramos un sitio de casualidad en la planta de abajo (donde tienen un mini escenario). Aquí estuvimos muy a gusto sin problemas de espacio ni ruido. Rematamos la tarde de estudio con unas tartas de zanahorias exquisitas.

Por último, Swinton & Grant cerca de Embajadores

También es uno de nuestros sitios favoritos. Mesas amplias, casi sin ruido (también influye la gente que vaya ese día). Pudimos estudiar perfectamente toda la tarde, y claro, rematar con una merienda de las nuestras: tarta de chocolate y zanahoria.

No fuimos a todos los sitios recomendados en el post mencionado, ya fuera por la distancia, o porque estuviera cerrado. Espero que haya más sitios y si alguien los conoce, que los comparta por favor, ya que cada vez somos más los que sólo podemos estudiar los fines de semana fuera de casa.

 

Paloma de Cruz

Estudiante de lengua y cultura coreana y gestora de Global Campus Nebrija