OEB 2019

Global Campus en Online Educa Berlin (OEB)

El pasado mes de noviembre Global Campus Nebrija (GCN) participó con la presentación de una comunicación en Online Educa Berlin (OEB), la conferencia anual sobre educación y formación basada en las nuevas tecnologías y en la enseñanza-aprendizaje en línea. El encuentro reúne cada año a más de 2.500 asistentes y expertos procedentes de todos los rincones del mundo para debatir e intercambiar conocimiento, experiencia y buenas prácticas en el ámbito del e-learning y de la educación a distancia. En su 25ª edición, la OEB centró su atención en la configuración de los futuros modelos de aprendizaje mediante más de 20 sesiones plenarias y 130 talleres y paneles en los que expertos del sector de la educación y de la empresa presentaron los retos y avances en el marco de la tecnología aplicada a la formación y a la enseñanza en todos los niveles de la etapa educativa. 

Para este encuentro internacional, desarrollado plenamente en inglés, y dentro del panel de expertos Courses and Learning Activities for 21st Century, Global Campus contribuyó con una publicación en la línea de las competencias transversales en entornos digitalizados bajo el título de Transversal competences in virtual environments. Design and implementation at Nebrija University. Mediante esta presentación se destacó la importancia de la transversalidad como elemento que garantiza una metodología de enseñanza de calidad en nuestra institución. Así, en esta comunicación, Global Campus dio a conocer la puesta en marcha de tres cursos en Blackboard, la plataforma LMS utilizada en la universidad para la enseñanza y el aprendizaje: 1) Liderazgo transformacional; 2) Digital Mindset y 3) Resiliencia y gestión del estrés con mindfulness.

Imagen: Ponentes de la comunicación. Fuente: App OEB Berlín

El objetivo principal que se perseguía con el desarrollo de estos tres cursos era mejorar las competencias de los estudiantes y prepararlos para su inserción en el mercado de trabajo en un futuro. Así, la formación sobre Liderazgo transformacional se centra en la importancia de fomentar las competencias clave de futuros líderes profesionales con el objetivo de que el alumnado aprenda a valorar el trabajo en equipo y a gestionar el talento humano gracias a su capacidad de liderazgo. Por su parte, Digital Mindset es un curso destinado a que nuestros estudiantes desarrollen las competencias digitales y el espíritu emprendedor, dos cuestiones necesarias para afrontar los retos de la sociedad actual. Por último, Resiliencia y gestión del estrés con mindfulness destaca la inteligencia emocional como cualidad esencial para el desarrollo de las habilidades sociales de los profesionales, como la persistencia, la gestión del tiempo y la comunicación en todas las esferas de la vida laboral. Con todo ello, Global Campus destacó en este encuentro internacional que es necesario formar profesionales capaces de entender y afrontar los desafíos de un mundo hiperconectado y globalizado y que es en este sentido donde la Universidad Nebrija apuesta por un modelo de educación transversal que abarque la formación de todos nuestros estudiantes en todas las esferas del entorno laboral.


Irene Flores

Gestora e-learning y reponsable del proyecto «Marca académica» de Global Campus Nebrija



Nueva edición del Curso en Formación Continua en eTeacher

El 15 de enero comienza una nueva edición del Curso en Formación Continua en eTeacher. Este programa, dirigido a los docentes que trabajan en el ámbito online, tiene un enfoque muy práctico y permite al profesor abordar sus cursos como un producto digital y mejorar sus competencias digitales. Su duración es de 12 semanas (8ECTS) y sigue la metodología MOOC de Global Campus. Su principal objetivo es obtener la visión, las destrezas y las herramientas y recursos necesarios para desarrollar una docencia online de gran calidad y conseguir una experiencia de enseñanza-aprendizaje muy significativa por parte de los alumnos. 

Estos son los contenidos del curso, que se organizan en unidades de contenido, vídeos del profesor, actividades, foros y debates:

 

Imagen: Diseño curricular del curso. Fuente: Nebrija.

 

Este curso proporciona al docente una visión innovadora, abierta y actualizada del elearning totalmente necesaria en el entorno educativo digital actual, haciendo hincapié en temas de especial interés como gamificación, learning analytics o peer grading, entre otros. El profesor podrá dominar una amplia gama de herramientas y recursos de creación y publicación de contenidos, de comunicación y de colaboración, de aplicación inmediata en su desempeño docente.

Cabe añadir que este tipo de curso cuenta con una valoración muy positiva en los procesos de acreditación del profesorado, así como en Docentia de Nebrija.

Nuestros profesores son nuestros mejores aliados, por lo que desde Global Campus ponemos a su disposición los recursos necesarios para estar en la vanguardia del elearning. Seguimos aprendiendo, creciendo y mejorando.

 

Global Campus Nebrija

 

 

 

 

 

Competencias digitales en los procesos de selección de RR.HH.

Autora: Lola Notario

 

Cuando me propusieron escribir para este blog pasé algunos días pensando cuál sería la mejor temática a la que dedicar esta entrada y que pudiera resultar de interés. Viendo las numerosas aportaciones no resulta fácil encontrar un contenido que no se haya tratado anteriormente así que finalmente decidí escribir sobre una de las áreas actuales en las que trabajo, la selección de personal y, bajo mi experiencia particular, cuáles serían las competencias digitales necesarias para superar con éxito un proceso de selección.

En el momento actual que vivimos, las competencias digitales se encuentran dentro de los aspectos valorados por las empresas en cualquier proceso de selección, de manera directa o indirecta ya que en la mayoría de los puestos, por muy manuales y básicos que en un principio puedan parecer, probablemente terminen por tener alguna función en la que manejen una herramienta digital. En la teoría, hablar sobre competencias implica un saber hacer frente a una tarea específica. El ser o no competente en algo se demuestra a través del desempeño de la persona de una manera observable y medible. Si extrapolamos este concepto al mundo digital hablaríamos de una persona que sabe actuar pertinentemente haciendo uso de las TIC, y dentro del tema que nos ocupa, situándonos en el entorno profesional. ¿A cuántas situaciones nos enfrentamos en nuestro día a día y que tienen que ver con el uso de cualquiera de estos medios? Están integrados en la mayoría de las tareas que realizamos y en nuestra forma de vida, por ello no resultaría inteligente obviarlo.

Concretamente, las competencias digitales que se valoran dentro de los procesos de selección pueden variar mucho de unas empresas a otras, incluso dentro de la misma empresa si nos paramos a revisar los diferentes puestos ofertados. Por ello, no resulta fácil establecer un listado o ranking sobre ellas. Lo que sí quiero hacer ver es la importancia que juegan en nuestra vida, y en este caso en concreto, a la hora de buscar y encontrar nuestro trabajo soñado. Bien, pongámonos manos a la obra. Cuando nos encontramos en un periodo de búsqueda de trabajo, una de las primeras opciones que se nos viene a todos a la cabeza probablemente sea empezar a buscar a través de algún portal o red profesional de empleo (LinkedIn, Infojobs y similares). Para hacer esto ya necesitamos contar con un mínimo de conocimientos sobre el uso de estas herramientas para saber desenvolvernos. Por ejemplo, cómo realizar búsquedas o la mejor manera de insertar nuestros datos (sólo este tema daría para varias entradas del blog). Estas serían algunas de las cuestiones necesarias para lograr nuestro objetivo. Si no sabemos buscar correctamente las ofertas de empleo que nos interesan lo vamos a tener más difícil y perderemos el tiempo debido a la cantidad de información que se encuentra habitualmente en internet. Sólo es un ejemplo.

Según lo dicho anteriormente, es necesario saber que no sólo es importante contar con un buen currículum, tiene la misma (o incluso más) importancia el saber moverlo correctamente a través de los canales adecuados. Si queremos que nuestra información llegue a la organización o empresa en la que se quiere trabajar lo primero que debemos hacer es estudiarla, ¿Cómo? Una vez más, internet aparece como la respuesta a todos nuestros problemas. A través de internet se puede encontrar multitud de información sobre la empresa objetivo: dirección, teléfonos, contactos, personas de referencia, filosofía… incluso es posible descubrir algún apartado específico de ofertas de empleo en su propia web o en uno de los numerosos portales de empleo o redes profesionales actuales. A este respecto, y con todo el ruido que se genera en internet, debemos saber discriminar la información valiosa (toda aquella que nos va a servir para lograr el objetivo propuesto) de aquella que no lo es, y hacer un uso eficiente de todas nuestras averiguaciones. Por ejemplo, es muy importante saber a quién dirigirnos exactamente en LinkedIn y no a cualquiera que trabaje en la empresa que nosotros deseamos, de hecho, si no cuidamos esto podemos llegar a meter la pata estrepitosamente. Es mejor contactar directamente con el departamento de selección o con la persona que ha anunciado el empleo si se trata de una red profesional. Nuevamente se pone de manifiesto el contar con los conocimientos adecuados y el saber desenvolvernos.

Además de los archiconocidos portales de empleo, actualmente las redes sociales se están posicionando como un método de reclutamiento cada vez más en auge. Las empresas están optando por enfocar sus fuentes de reclutamiento hacia herramientas totalmente propias de la era digital como son las redes sociales. Hay que tener en cuenta que el ofertar un empleo a través de twitter o Facebook genera tráfico a la página web de la empresa y puede hacer que aumente el número de seguidores, cuestiones muy apreciadas también por los departamentos de marketing y ventas. Imagínate que formas parte del equipo de selección de una empresa que comparte esta filosofía, ¿A quién seleccionarías? ¿A un candidato que es seguidor de tu empresa a través de redes sociales y ha hecho llegar su candidatura al puesto a través de estos canales o a una persona que ha enviado su currículum por correo postal? La respuesta es obvia.

Muy bien, sigamos con la búsqueda de empleo. Pongamos que ya hemos conseguido nuestra primera meta: hemos contactado con la empresa y nuestro currículum ha llegado donde debe. Menciono la palabra currículum conscientemente, ya que, aunque hayamos visto la oferta de empleo a través de twitter, con todos sus “Me gusta”, retweet, haciendo networking, etc. y hayamos buscado al responsable de la selección a través LinkedIn, lo más probable es que en algún momento haya que presentar un currículum. Efectivamente, el currículum sigue siendo el mecanismo de criba más utilizado y habrá que presentar uno en condiciones. Con una destreza básica en Word se puede hacer uno medianamente correcto, pero ya hay que saber plasmar lo que se quiere. En cuanto a competencias digitales, podemos incluir un apartado específico en el que se concrete el conocimiento (aplicaciones, lenguajes de programación, herramientas, etc), nivel que se posee y si se dispone de algún certificado o acreditación que verifique dicho dominio, mucho mejor. Y por supuesto, como seguramente hayáis escuchado muchísimas veces, es conveniente adaptar el currículum a la oferta de empleo y a la empresa a la que nos dirigimos.

En definitiva, si no se cuenta con unas competencias digitales mínimas es más complicada la labor de búsqueda de trabajo. Las empresas cada vez están abogando más por sistemas de reclutamiento 2.0 por lo que se hace necesario el saber adaptarse al nuevo modelo. Es un mundo nuevo, con nuevas reglas y nuevos canales que abren nuevas posibilidades. Aprovechad todas las oportunidades que ello os brinda.

 

Lola Notario

Departamento de Recursos Humanos de Nebrija

El teletrabajo en la abogacía española

Autor: Luis A. García

 

Según el Libro blanco sobre teletrabajo en España (Fundación Másfamilia, 2012), este concepto abarca una visión del trabajo en la cual se aplican los siguientes principios y valores:

  • Eficiencia
  • Orientación a resultados
  • Conciliación de la vida familiar y laboral
  • TICs
  • Desarrollo sostenible

 

Las principales ventajas que los partidarios del teletrabajo señalan son (Diario El Mundo, 2017):

  • Mayor libertad para adaptar su jornada laboral a sus necesidades;
  • Reducción de costes por parte de la empresa;
  • Ahorro de gastos de desplazamiento al trabajador;
  • Aumento de la motivación y productividad.

 

Aplicado a la abogacía española, el Diario Expansión publicó un artículo esta semana donde resumía las iniciativas de teletrabajo por parte de algunos de los principales bufetes españoles:

  • Cuatrecasas: están desarrollando una prueba piloto que permite dedicar hasta el 20% de la jornada semanal a trabajar fuera de sus oficinas.
  • Gómez-Acebo & Pombo: proporcionan a sus abogados una llave de acceso remoto tipo USB que permite trabajar desde cualquier sitio y Smartphone.
  • Garrigues: pone a disposición de todos sus profesionales portátiles y móviles con conexión en remoto para que puedan distribuir su tiempo de forma más eficaz.

 

A estos efectos, creemos que el teletrabajo en la abogacía española se convertirá en los próximos diez años en algo rutinario, debido a que son los propios abogados (que son mayormente mujeres) lo están exigiendo como condición importante para permanecer en una empresa.

 

En este escenario, las competencias digitales serán fundamentales de cara al abogado poderse beneficiar de las ventajas anteriormente señaladas. Nuestras empresas nos entregarán las herramientas (portátil, móvil, etc.) para efectuar el teletrabajo, pero esperarán de nosotros la suficiente agilidad y habilidad para aprovecharlas al máximo.

 

Por lo tanto, exhortamos a todos los estudiantes de Derecho, incluyendo los recién graduados, a que no descuiden su formación en las competencias digitales que ya hemos mencionado en otros post.

 

Luis A. García Segura

Profesor de Derecho y Director del Máster en Derecho Empresarial

Curso e-Teacher: Cómo ser un maestro del elearning

En unas semanas comienza la segunda edición del e-Teacher, un programa concebido, diseñado y monitorizado por Global Campus Nebrija e impartido por un excelente profesional del ámbito docente y empresarial, Justo Hidalgo. CEO y cofundador de 24symbols, Justo se ha formado en universidades tan prestigiosas como Stanford y Berkeley. Con una larga e innovadora trayectoria como profesor y emprendedor, plantea el curso como un verdadero producto digital.

La primera edición contó con 82 de nuestros profesores. El feedback del curso fue tan positivo, tanto por parte del profesor como por parte de alumnos (Gloria Zarzuelo o Fernando Díez), que no podíamos renunciar a esta segunda entrega.

Este curso responde a una necesidad de comprensión metodológica (incluso conceptual) del elearning, de una adaptación al entorno digital, del dominio de herramientas y recursos que aportan un gran valor en la docencia online y de una visión crítica, constructiva e innovadora del proceso de enseñanza-aprendizaje virtual. En definitiva, queremos ayudar a excelentes profesores presenciales a que lo sean también en nuestro elemento.

Si eres un@ enamorad@ de la docencia online y quieres adquirir competencias digitales, conocer nuevas tendencias educativas, desarrollar un sentido crítico e innovador y utilizar nuevos recursos y herramientas, sin duda disfrutarás del e-Teacher. Y lo harás con una metodología muy práctica y con la correspondiente tutorización y dinamización por parte del profesor.

Si quieres más información, echa un vistazo. ¡Te esperamos!

 

Global Campus Nebrija

 

    

 

Sobre narrativa digital o por qué se aburre nuestra audiencia

La nueva palabra sagrada es hoy la inglesa storytelling, que se ha unido a otras muchas que cumplen una función efímera pero altamente narcotizante: pareciera que, adoptando una jerga “profesional”, nos apropiásemos de un conocimiento prestigioso, de las llaves (por así decirlo) del mágico cofre de los iniciados. Los ejemplos son multitud y seguro que los conocen (spin doctors, networking, storyline, timing, blearning, framing…) y han llegado, me temo, para quedarse. Así que hablaremos aquí de storytelling, una palabra vetusta en realidad, pero que señala con cirujana precisión la naturaleza de cualquier mensaje, incluido el docente o académico, y más aún en las esferas concéntricas del elearning, otro afamado concepto de autoridad.

Si recurrimos a nuestro viejo castellano (español, le dicen ahora), todos sabemos que hablamos en realidad de una de las actividades más antiguas del mundo: narrar, contar cuentos, estremecer a una audiencia detenida entre la hoguera y las palabras del juglar. Y de eso se trata porque de eso se trató siempre: de contar una historia, y a ser posible una buena.

Las infinitas formas del relato

Si hacemos caso a los que saben, hábito harto recomendable, las infinitas formas del relato han estado presentes siempre, en todo lugar y compañía, aunque es ahora cuando, un poco pomposamente, se habla ya de una “era del relato”, incluso de un “nuevo orden narrativo” [1].  Sea cierto o no, este auge de la narratividad nos permite regresar a lecciones que no por viejas resultan menos aprovechables, y que se aúpan ahora por encima de nuestras cabezas impulsadas por lo digital, ese lugar imaginario donde se cumple, por fin, el Aleph borjiano, pues es en lo digital (en la Red) donde se concreta ese “lugar donde están, sin confundirse, todos los lugares del orbe, vistos desde todos los ángulos” [2].

La oportunidad aparece ahora bajo el poderoso mantra de la novedad, categoría que tiene al menos la virtud de atraer la atención y que debemos aprovechar para hacernos esas preguntas que zumban a menudo por debajo de los debates sobre enseñanza, pero que tardan en posarse. ¿Qué hacer, entonces, con el storytelling? ¿Cómo emplearlo para enseñar mejor? Y más aún: ¿cómo hacer que nuestros escritos, apuntes o clases cuenten de veras una buena historia?

El transmedia storytelling o la inevitable levedad de los formatos

Ya sabemos que las plataformas de enseñanza digitales hace tiempo que nos ofrecen posibilidades, si no infinitas, si lo suficientemente diversas como para zambullirnos con alborozo en su potencial didáctico. Pero quizá convenga recordar qué diablos significan esos conceptos que manoseamos todos sin ton ni son y que pretenden definir caminos nuevos y lozanos, por ejemplo transmedia storytelling. Desde que Henry Jenkins la utilizara allá por 1991 en una conferencia de la Universidad del Sur de California, la palabra “transmedia” ha servido para referirse a las novedosas experiencias narrativas que han venido a luchar, con notable éxito, contra la rutina de la narración y de nuestros usos de ocio, académicos o cotidianos, lo que implica por supuesto crear hábitos nuevos. Así que no hay, aquí, velo de Isis alguno, ni arcano misterio detrás de tan florida y sonora construcción: al hablar de transmedia storytelling, simplemente nos referimos al modo de contar una historia, o más exactamente a los diversos soportes y formatos que empleamos para ello en el océano de las nuevas tecnologías. Si lo traducimos al específico campo de la enseñanza electrónica, se trataría de crear contenidos docentes o educativos mediante el uso de herramientas que los alumnos emplean ya con profusión en su vida cotidiana.

Afortunadamente, este uso intensivo y compulsivo en los entornos digitales de los malllamados “nativos” nos ahorra la tarea de normalizar la experiencia de aprendizaje en el sistema hipertextual o multiformato de los entornos internéticos. Nuestra labor deberá, por el contrario, centrarse en entender los entresijos de la narración (de cualquier narración) para poder plantearles un verdadero trayecto narrativo, es decir, aportarles las claves de la historia que queremos que recorra y en la que él (y he aquí la clave) debe ser el héroe del recorrido o la aventura.

Surge aquí, por supuesto, un nuevo interrogante, pues son muchas las formas narrativas practicadas desde el albor de los tiempos: ¿cuál elegir? ¿Cómo narrar? Así que nuestro primer esfuerzo deberá estar en la puesta a punto, como lectores, de nuestros conocimientos y experiencias sobre la narración digital y del control (hasta donde sea posible) de los fascinantes entornos tecnológicos, de los que el bueno de Arthur C. Clark decía que eran “indistinguibles de la magia” [3].

De lo analógico a lo digital: ¿ruptura o continuidad?

En nuestro empeño por conocer las herramientas necesarias para una narrativa digital eficaz, los profesionales de lo digital, y más aún los profesores o docentes de entornos online, nos enfrentamos a una bonita paradoja: ¿es todo lo nuevo una ruptura? O, lo que es lo mismo: ¿implica lo digital una ruptura con las anteriores formas narrativas? En torno a esta pregunta de mayor complejidad de lo que aparenta, se han vertido ya ríos de tinta (digital, por supuesto), pero conviene quizá recordar que, al hablar de narrativa, son varias las cartas que el cuentista o tahúr puede poner sobre el tapete. Por un lado, parece obvio que la narración aristotélica, fundamentalmente lineal y tripartita, no es un camino que los entornos digitales puedan o deban transitar mediante el recurso de la pura emulación, pues son ya muchas las experiencias que transgreden o trascienden los conceptos de cohesión o linealidad narrativa, y ha sido precisamente el terreno digital el que, por medio de sus creaciones artísticas específicas (software art, media art, net art, digital art, etc.), ha conseguido abrir espacios que el mantra aristotélico no podía contener.

Superada hace tiempo la tensión entre texto e imagen por contextos de simultaneidad o multidisciplinariedad [4], los nuevos espacios digitales generan una aproximación diferente al conocimiento, una en la que la presencia de elementos visuales exige una doble interpretación, a la vez temporal y espacial. Pero no hay aquí, me temo, primicia o descubrimiento, pues los elementos de la narrativa digital o del transmedia storytelling son, de hecho, herederos de experiencias creativas bien longevas, que van desde la antiquísima combinación entre imagen, texto y número del I Ching hasta Rayuela, pasando por el Tristan Sandy de Sterne o incluso el Vonneguth de Matadero 5. En todas estas obras, así como en otras muchas, la escritura, el texto, presentan una naturaleza fragmentada y combinatoria donde la ruptura de la cronología rompe la tríada del relato clásico (introducción, nudo y desenlace) para abrirse a un abanico de posibilidades e interpretaciones infinito.

Lo interesante está en que los espacios digitales o, más puramente, informáticos, se ajustan con perfecta simetría a esta ruptura de los relatos clásicos de conocimiento, y se definen de hecho con aquellas categorías que encarnan las experiencias creativas de narración disonante ya mencionadas, junto a otras muchas: fragmentación, necesaria interacción con el sistema, disposición aparentemente aleatoria de la información… Hay pues, dos elementos destacables en las narrativas digitales: manipulación de la estructura temporal o secuencial y supeditación del relato al espacio de navegación.

¿Y la enseñanza? O de como por fin el Rey está desnudo

Como suele ocurrir, el secreto está en que… no hay secreto. O al menos nada que no se sepa y se haya dicho con anterioridad. Sí hay, creo, una verdad manifiesta: narrar de una manera diferente implica necesariamente apostar por otro tipo de mensaje, lo que nos lleva rápidamente a la siguiente y más relevante cuestión: ¿cuál puede o debe ser este mensaje?

Mi propuesta es heredera, necesariamente, del barthiano contexto de no autoría [5] trasladado al ecosistema educativo en general, y en especial al elearning o enseñanza digital. ¿Y qué implica exactamente? Fundamentalmente, desprenderse de dos instituciones o tics ampliamente extendidos entre la comunidad académica docente: la suposición a priori de la auctoritas y el afán de linealidad de cualquier programa académico.

A pesar de sus imperfecciones discursivas, vivimos ya en la era de la “democratización tecnológica” [6] donde, nos guste o no, la propia pragmática de la Red deshace poco a poco la antigua polaridad entre un centro emisor activo y la pasividad de los receptores. La Universidad es, de hecho, especialmente sensible a esta circunstancia, tanto desde la perspectiva del propio cuestionamiento de su función real como centro prestigioso de interpretación del mundo como desde el punto de vista de la propia actividad docente, que cada vez tiene más difícil justificarse a sí misma por los solos usos de la inercia académica. Mal que pese a muchos, en lo digital no existen tarimas desde las que hablar a una audiencia acongojada por su propia situación de inferioridad espacial, y la multiplicidad de espacios críticos de conocimientos expone nuestra labor docente (no hablo aquí de la investigadora) a un escrutinio múltiple y en realidad más severo y desenmascarador: por fin, y afortunadamente, existen las condiciones para que el Rey se contemple a sí mismo en su propia y desasosegante desnudez.

Al mismo tiempo, hemos de ver la tecnología como una oportunidad para cuestionarnos nuestra propia habilidad para establecer relatos didácticos eficaces, y abandonar las ridículas visiones pesimistas sobre nuestros alumnos. A pesar de los pesares, los datos (la experiencia) indican que la recurrente queja sobre la falta de compromiso de aquellos con su formación, así como sobre su pobre nivel educativo y discursivo, no son más que cantos de sirena de una clase, la de los profesores, vestida con hábitos polvorientos y que repite los dogmas de todos nuestros mayores. A nadie escapa que es propio de quien abandona la juventud quejarse de la generación que lo persigue y que inevitablemente acabará por arrebatarle “su sitio” a la derecha del Padre Redentor. En este sentido, hace mucho que la excelencia académica aparenta ser poco más que un baldío y narcisista ejercicio de autoencumbramiento.

Pero no es así, absortos en la contemplación de nuestro propio currículum académico, como convertiremos nuestros cursos o talleres en aquello que los alumnos demandan y necesitan. Será, en cambio, desde el abandono del dogma docente como lograremos implicar al alumno en su propio recorrido de aprendizaje. Para ello, para aprovechar en su extraordinaria potencialidad los espacios internéticos, debemos invertir tiempo y dinero en aumentar, profundizar o expandir nuestras competencias digitales, y entender y profundizar en el trayecto que las ideas, y la narración, han recorrido desde sus lejanos inicios en alguna cueva del Pleistoceno. Porque sólo narrando (ensayando cuentos, reportajes, artículos, piezas de narración audiovisual…) se aprende a narrar, y a nadie escapa que, al igual que no es lo mismo leer que aprender leyendo, no puede ser lo mismo escribir (o narrar), que enseñar escribiendo.

Los profesores tenemos también otra segunda tarea, mucho más difícil de acometer, pero sin duda provechosa: debemos entender que los currículum académicos, plagados de trayectos, bibliografías, requisitos y otras miserias, son solo un punto de partida, un marco en el que estructurar las distintas posibilidades del mucho más amplio recorrido del aprendizaje, un mínimo necesario pero nunca un máximo evaluativo que haga las veces de una suerte de techo de cristal que nos protege, sí, pero que traiciona el más honorable propósito de la enseñanza y de nuestra actividad como docentes, que aparece escondido en las sabias palabras de Benjamin Franklin con las que cierro este incómodo alegato: “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”. Porque narrar, señoras y señores, es involucrarse.

Rubén Sáez

Rubén Sáez Carrasco

Profesor de narrativa digital

[1] Salmon, C. (2008): “Storytelling. La máquina de fabricar historias y formatear las mentes”. Editorial Península. ISBN 9788483078358.
[2] Borjes, J. L. (2006): “Ficciones”. Alianza Editorial. ISBN 9788420666563.
[3] C. Clarke, Arthur (2000): “Profiles s of the Future: An Inquiry into the Limits of the Possible”. Phoenix (an Imprint of The Orion Publishing Group Ltd). ISBN: 9781898801214.
[4] Mitchell, W. J. T. (1995). “Picture Theory. Essays on Verbal and Visual Representation”. Chicago: U of Chicago P. ISBN: 9780226532325,
[5] Barthes, Roland (1987): «La muerte del autor», Paidós, Barcelona.
[6] González Dïaz, Paloma (2013): “Prácticas artísticas digitales y tecnologías de control y vigilancia (2001-2010)”. Tesis doctoral. http://www.tdx.cat/handle/10803/130965