¿Por qué el e-learning debería ser solo learning?

Autor: Adam Benjamí Abadías Selma

 

En pleno siglo XXI en el que toda la información fluye de punta a punta del planeta en cuestión de milésimas de segundos es evidente que la educación actual demanda distintas formas de aprendizaje que se adapten a las necesidades actuales.

Si bien hasta día de hoy hemos ido adaptándonos paulatinamente al cambio de paradigma comunicativo en el que las barreras espacio-temporales desaparecen, el contexto actual requiere un cambio metodológico aún mayor si cabe. Quizá ya no basta con ofrecer herramientas digitales tipo correo electrónico, pizarras digitales, campus virtuales o vídeos interactivos; los retos educativos actuales requieren cambios más profundos que respondan a un cambio de mentalidad.

Supongo que muchos habréis escuchado el término e-learning, anglicismo que significa aprendizaje electrónico. Pues bien, este término quizá queda ya corto si tan solo nos referimos al uso de herramientas electrónicas y/o digitales sin cambiar la manera en que las utilizamos. La educación actual necesita opciones educativas que saquen todo el provecho de la tecnología con el objetivo principal de acompañar al alumno en su largo y permanente camino de aprendizaje.

Por lo tanto, y a modo de compilación, podríamos decir que la educación mira hacia modelos que tengan en cuenta lo siguiente:

Personalización: El amplio y casi infinito acceso a la información nos lleva a tratar de personalizar al máximo el contenido con el objetivo de llegar al alumnado de una forma más eficaz y cercana.
Flexibilidad: El cambio de paradigma comunicativo y laboral hace necesario que el acceso a la información, a la interacción y al seguimiento curricular sea flexible adaptándose a las necesidades de cada alumno.
Dinamismo: La rapidez con la que avanzan las nuevas tecnologías de la información y con ello el entorno socio-económico y laboral donde, por ejemplo, aparecen nuevos modelos de negocio y nuevas profesiones, obliga a la educación a estar en constante evolución tratando de aclimatarse a los cambios para dar respuesta al nuevo cambio
social.
Colaboración: Si alguna característica define las nuevas TIC es la capacidad de colaboración entre iguales convirtiendo la educación en un proceso de flujo de la información multidireccional en el que el trabajo en equipo se eleva al máximo exponente gracias a las nuevas herramientas digitales. Quizá el ejemplo más claro de colaboración educativa es el proyecto consolidado Wikipedia.
Practicidad: El acceso a millones de datos de información presentes en la red obliga a los entes educativos a ofrecer valor añadido en forma de contenido eminentemente práctico que dé respuestas rápidas y medibles a las necesidades de un mercado laboral que, en muchas ocasiones, prima las habilidades personales por encima del conocimiento puramente teórico.

Accesibilidad: Si bien siempre habrá contenido protegido por la propiedad intelectual, las características propias de la comunicación digital propician un cambio también en el tipo de cursos y modelos estudiantiles favoreciendo el acceso a cualquier persona. Por ejemplo, la misma Universidad de Nebrija recientemente ha publicado varios cursos MOOC (Massive Open Online Courses) de libre acceso disponibles desde cualquier lugar del planeta, a cualquier hora y de manera gratuita.
Omnicanalidad: la educación actual es multidipositivo y puede utilizar diferentes herramientas que faciliten el aprendizaje a través de varios dispositivos en un mismo sentido. A los ya clásicos formatos de papel, han ido sumándose otros nuevos formatos y gadgets que favorecen aprender utilizando las ventajas de la digitalización: apps, blogs, podcasts, campus virtual, webs responsive, RRSS, etc.

Sin lugar a dudas innovar y poner en el centro al alumnado es la forma más eficiente de hacer llegar el conocimiento. Por experiencia propia, y como profesor de varios MOOCs para la Universidad de Nebrija en plataformas como Miríada X de Telefónica Educación Digital y cursos de formación continua en la misma universidad, he podido comprobar que los resultados son verdaderamente buenos. La diversidad del alumnado venido de varios lugares del mundo y con distintos perfiles personales y laborales, aporta un valor extra a la experiencia educativa.

En definitiva, el alumnado actual está acostumbrado a compartir, a convivir y a interactuar creciendo de manera conjunta. Saber integrar las ventajas de la tecnología y fomentar el trabajo colaborativo democratiza el conocimiento a la vez que lo hace evolucionar. Estamos en un momento de cambio, un momento apasionante, un momento en el que aprender nunca fue tan fácil… Vamos a aprovecharlo.

 

Adam Benjamí Abadías Selma

Profesor de Universidad Nebrija

 

Las oportunidades requieren esfuerzos: Merece la pena

Autora: Mercedes Aramendia

 

Soy Mercedes de Uruguay, vivo en Montevideo, a 10.000 km de distancia de Madrid. Soy abogada en mi país, tengo una Maestría en Derecho Administrativo que hice en la Universidad de Montevideo y un MBA que hice en España, donde viví mientras lo hacía. Habiendo regresado a mi país, tras haber hecho el MBA, me di cuenta que quería tener más opciones y que quería poder trabajar de abogada en España, así como en otros países.

En ese momento trabajaba en Telefónica de Uruguay, en un puesto de responsabilidad y full-time, tenía poco margen de tiempo como para poder estudiar otra maestría, mas eso no me detuvo. Busqué opciones, consulté con conocidos y una amiga me recomendó la Universidad de Nebrija. Averigüé sobre el programa, tuve una entrevista y rápidamente me decidí por empezar este nuevo camino de trabajo, descubrimiento y aprendizaje constante.

Vivimos en mundo globalizado en el que todo cambia continuamente y cada vez más rápido. En esta nueva realidad, capacitarnos y perseverar es fundamental, por lo que poder estudiar y trabajar independientemente del sitio del mundo en el que nos encontremos y de la hora que sea…. Es una oportunidad única, realmente genial, que todos deberíamos aprovechar.

La posibilidad de ser abogada en España, a través de las opciones que brinda la Universidad, me abrió un mundo de posibilidades; no solo porque me permitió aprender y desarrollarme más, sino que me facilitó estar en contacto e intercambiar experiencias con estudiantes de diversas partes del mundo. 

El rol de los profesores y de los coordinadores del máster fue también un diferencial. Siempre tuve respuesta y atención inmediata a todas mis necesidades, ayudándome constantemente en todo aquello que estaba a su alcance. Más allá de que estaba en la otra parte del mundo y que solo viajaba para dar los exámenes, la distancia y la diferencia horaria no fueron una dificultad. Todo el equipo siempre estuvo dispuesto a ayudarme, siendo flexibles y adaptándose a mis necesidad y realidades.

Sin duda fue un gran esfuerzo y sacrificio, pero mereció la pena, hoy tengo más libertad de elegir y de ayudar. Abrí un mundo de oportunidades para mi futuro en el cual no existen fronteras.

 

Mercedes Aramendia

Abogada y alumna del Máster Universitario en Acceso a la Abogacía

 

La formación constante en la abogacía y el e-learning: Un aliado fundamental

 

Autor: Eduardo Noguera

 

A finales del Siglo XX y principios del Siglo XXI comienza a desarrollarse un movimiento  pocas veces visto en la historia de la humanidad; una herramienta que posibilita la comunicación e intercambio de contenido entre usuarios de una manera extraordinariamente rápida y eficaz: Internet.

Internet ha supuesto una revolución en todos los ámbitos de nuestro día a día y la enseñanza no podía quedarse atrás de ningún modo.

El denominado e-learning o formación a distancia o enseñanza virtual ha llegado para quedarse, y es perfectamente entendible, no solamente porque nos brinda todas las ventajas de los estudios “tradicionales” presenciales sino que reduce muchas de sus desventajas. Me explico: Vivimos en un mundo en constante cambio, al que continuamente debemos adaptarnos, y para ello no podemos dejar de formarnos y actualizarnos. Algunas profesiones tales como la medicina o, por ejemplo la mía, la abogacía, una profesión dinámica con constantes cambios legislativos y jurisprudenciales nos exigen una formación permanente que muchas veces parece que debemos estar en varios sitios a la vez.

En palabras de Carlos Carnicer expresidente del Consejo General de la Abogacía Española “La profesión de abogado es dinámica. Nuestra profesión exige una formación permanente, una actualización continua y un reciclaje casi diario. No sólo el conocimiento y el análisis de los cambios legislativos que las Administraciones acometen deben ser objeto de esta formación continua. También la preparación en materia deontológica, nuestras reglas de funcionamiento y, sin duda, conocer y estar al día acerca de las nuevas herramientas tecnológicas de las que disponemos para ejercer nuestra labor.”

Tradicionalmente la formación del abogado se ha realizado a través de congresos o cursos que muchas veces resultaban difícilmente compatibles con una vida laboral intensa. En la actualidad, por poner ejemplo, no nos basta con graduarnos en Derecho, sino que además debemos cursar un Máster, una formación práctica de varios meses y un examen de Estado convocado por el Ministerio de Justicia.

Por lo tanto, cuando surge una oportunidad como la formación e-learning o semipresencial los estudiantes del derecho y los abogados no podemos hacer otra cosa más que abrazarla.

En mi humilde opinión el acceso a esta profesión debe ser eminentemente práctico. La mejor formación en la abogacía es la formación práctica, porque los estudiantes de derecho deben aprender a abogar además de adquirir conocimientos teóricos de calidad y es aquí donde el e-learning con iniciativas como la de Global Campus Nebrija nos brinda una herramienta maravillosa.

La posibilidad de ver online las clases en el momento en el que estés disponible y desde cualquier lugar, un profesorado internacional de primer nivel en contacto permanente a través de videollamadas donde resolver dudas tanto de manera individual como grupal y el fomento del trabajo en equipo en una plataforma sólida y de alta tecnología son sólo algunas de las posibilidades que nos permite Global Campus Nebrija.

Por todo ello, para poder alcanzar la excelencia y satisfacer las complejas necesidades del mercado y de los clientes, como abogados tendremos que estar en constante actualización y formación encontrando en la formación e- learning una maravillosa herramienta de trabajo, un aliado laboral que nos permite combinar una flexibilidad de horarios con una enseñanza de calidad.

 

Eduardo Noguera

Abogado

Estudiar en el extranjero te puede convertir en un mejor candidato (si sabes cómo)

Según los últimos datos recogidos por la Comisión Europea, 37.235 universitarios españoles disfrutaron de una beca Erasmus en el curso 2013/2014, lo que pone a España a la cabeza de los países europeos. Para que luego digan. ¡España a la cabeza de algo bueno! Y no nos quedamos ahí, también somos el país que más estudiantes Erasmus recibe. Y van dos. Y como no hay dos sin tres, según cifras de NAFSA (2016), también somos el tercer destino más popular para los estadounidenses que vienen a estudiar a Europa. Parece que la cosa se mueve.

Personalmente, mi interés por otras culturas viene de lejos; la primera vez que salí a estudiar fuera tenía diez años. Y fue toda una experiencia, la verdad; aunque en aquel momento no fuera consciente del impacto que tendría en mi vida. De los 18 años que llevo trabajando en esta casa, más de diez los he dedicado a nuestros queridos “guiris” del Centro de Estudios Hispánicos y, entre otras cosas, he reflexionado mucho sobre interculturalidad, globalización y las consecuencias que tienen estos programas de estudio en el extranjero para aquellos que se embarcan en esta aventura.

Una de las clases que imparto varias veces todos los cursos académicos, Español para la empresa, es mi mayor fuente de información a este respecto. Puesto que los estudiantes que se suelen matricular en este curso son, en su mayoría, norteamericanos, intento tratar los contenidos desde un enfoque práctico. Quiero que tengan la sensación, al final del curso, de que lo que han aprendido lo podrán aplicar en su futuro profesional.

Por eso, al final del curso me gustaba invitarles a reflexionar sobre cómo había ido su experiencia en Madrid, qué diferencias culturales habían observado y cómo habían intentado adaptarse a ellas, qué momentos memorables recordarían para siempre… lo típico. Qué buena idea, ¿verdad? Pues a lo mejor no tanto a tenor de las respuestas que empecé a recibir: que si en España se puede beber cerveza en McDonalds, que si los españoles tienen una disposición genética para sobrevivir con pocas horas de sueño, que si se puede ir a discotecas todas las noches y volver a casa a la hora del desayuno, que los horarios de las comidas son terribles. ¿En serio? ¿Realmente se quedaban con eso después de pasar un semestre (e incluso hasta un año) en Madrid? Y extrapolando mi sorpresa esto al mundo profesional, ¿es eso lo que se espera oír de un candidato en una entrevista de trabajo?

Si esto es lo que transmiten los estudiantes de sus estancias en otros países, no es de extrañar, entonces, que muchos empresarios vean estas experiencias como turismo académico más que como un complemento a la formación y el desarrollo. Poner en el currículum que se ha estudiado en otro país ya no parece suficiente, habría que ayudarles a reflexionar y articular cómo esa experiencia en el extranjero puede beneficiar a sus potenciales empleadores y cómo les convierte en candidatos valiosos para el mundo profesional. Entender las habilidades que han desarrollado o mejorado e identificar aquellas en las que una empresa podría estar más interesada es la clave.

En líneas generales, esta reflexión sobre la estancia en el extranjero debería centrarse en dos aspectos fundamentales: el efecto en uno mismo y en la relación con el otro. Por un lado, habría que guiar a nuestros alumnos en la introspección y ayudarles a entender cómo han cambiado porque, aunque en un principio no se den cuenta, vivir en otro país te cambia. Se desarrollan habilidades, se aprenden cosas nuevas en clase y, en muchos casos, hasta se mejora la competencia lingüística en otro idioma. Y por otro lado, tienen que entender cómo se ha modificado su forma de relacionarse con otros y de entender el mundo. Sumergirse en otra cultura, lejos de nuestra familia y amigos, nos obliga a salir fuera de nuestra zona de confort. Hay que empezar de cero, hacer nuevos contactos, relacionarse con gente nueva, compartir piso…

La pregunta es, ¿cómo hacemos esto? En primer lugar, nuestros alumnos deberían revisar sus experiencias y encontrar ejemplos concretos que demuestren cómo han perfeccionado o desarrollado esas cualidades que se esperan de ellos. Siempre, por supuesto, enmarcando esas historias en un contexto profesional. Vamos, nada de cervezas de McDonalds. Además, tienen que resaltar todo lo que aprendieron y cómo eso puede ser útil para el puesto que soliciten. Todo ello desde una perspectiva positiva, centrándose en los éxitos y los logros.

Para verlo más claro, comparto aquí algunos ejemplos de los que uso en clase basados en la encuesta anual Job Outlook en la que NACE (National Association of Colleges and Employers) enumera las habilidades que los empleadores priman en sus candidatos.

  • Habilidad para trabajar en equipo. Esto englobaría la capacidad de respetar y trabajar de forma efectiva en sistemas con valores diferentes a los propios así como de interactuar en marcos culturales distintos y de adaptarse a esas diferencias en la realidad de las microsociedades en las que han participado. ¿Qué proyectos has desarrollado con tus compañeros de clase?, ¿qué medios tecnológicos usaste para esa comunicación?, ¿cómo ha sido la relación con esos compañeros?, ¿has formado parte de algún equipo deportivo o asociación estudiantil?
  • Habilidades interpersonales. Tener una personalidad abierta y tacto en las relaciones son cualidades altamente valoradas. ¿Has conocido gente nueva?, ¿en qué circunstancias?, ¿vivías con una familia local, compartías piso con otros estudiantes internacionales?, ¿cómo era la convivencia?, ¿has hecho contactos que pueden servirte en un futuro profesional?
  • Flexibilidad y adaptabilidad. Puede que nuestros alumnos de hoy acaben desempeñando tareas o empleos para los que no han sido específicamente preparados; principalmente porque todavía no existen. Por tanto, como no les podemos enseñar todo deberíamos dotarles de las herramientas que les permitan seguir aprendiendo a lo largo de su vida y adaptarse a los cambios que se sucedan aplicando conceptos familiares a situaciones nuevas. ¿Qué tradiciones o costumbres del país de acogida incorporaste a tu vida?, ¿cómo te enfrentaste a asignaturas y contenidos impartidos en otro idioma o mediante un sistema distinto al que estabas acostumbrado?, ¿hacia qué aspectos de la otra cultura te volviste más tolerante?
  • Habilidades organizativas y de planificación estratégica. Sorpresa, si no haces la compra la nevera acabará haciendo eco y si nadie limpia el piso las pelusas (y otros seres no identificados) se harán con el poder. ¿Cómo gestionaste tu tiempo?, ¿y el dinero?, ¿a qué gastos dabas prioridad?, ¿qué hacías un día normal?, ¿cómo planificabas tu tiempo de estudio: usabas agenda, calendario…?
  • Toma de riesgos e iniciativa. En una cultura diferente todo (o casi todo) es nuevo y lo nuevo, a veces, asusta. Atreverse a hacer cosas por primera vez, meditar esas decisiones, medir sus consecuencias y llevarlas a cabo marca la diferencia entre el líder y el seguidor. ¿Qué decisiones importantes has tenido que tomar?, ¿cómo lo hiciste?, ¿cómo afectaron al resto de tu estancia?, ¿en qué momentos tomaste la iniciativa (en un trabajo de clase, en la organización de un viaje…)?
  • Creatividad y habilidades para resolver conflictos. Vivir fuera del país no siempre trae consigo experiencias positivas, también surgen obstáculos que pueden empañar la experiencia. Lo importante no es no tener problemas sino saber resolverlos cuando llegan. ¿Cómo gestionaste los problemas de convivencia con tus compañeros de piso?, ¿cómo hiciste al final ese trabajo en grupo para la clase?, ¿cómo resolvías tus deficiencias lingüísticas?, ¿sufriste algún malentendido?

En fin, estos son solo algunos ejemplos que servirían para ayudar a nuestros alumnos a analizar su estancia en el extranjero y aprender a comunicarla de forma que esa empresa para la que quieren trabajar se interese en ellos como candidatos globales, de mente abierta y preparados para entender el mundo desde otras perspectivas y enfoques.

 

Alicia de la Peña

Alicia de la Peña

Profesora del Centro de Estudios Hispánicos