Recursos digitales en los procesos de selección

Autora: Lola Notario

 

En el momento en el que vivimos es importante mantenerse actualizado en todos los aspectos, y más si cabe en lo referente a las nuevas tecnologías (aunque con el tiempo que llevamos con ellas ya no son tan nuevas…). Mi contribución a este blog irá encaminada en esta ocasión a dar difusión a algunas nuevas formas de encarar los procesos de selección, nuevas formas de buscar empleo por parte de los candidatos y de seleccionar por parte de las empresas.

Quisiera comenzar hablando sobre algo que personalmente me genera bastante expectación ya que todo lo que pone en marcha Google tiene siempre un gran éxito. Me refiero en este caso a Google for Jobs, nueva usabilidad que está disponible en España desde hace tan sólo unos meses. En Estados Unidos ya lleva más de un año por lo que han tenido oportunidad de probarlo y de tener los primeros datos en cuanto a su uso. Google en su blog oficial indica que “Tenemos una larga historia de usar nuestra tecnología para conectar a la gente con información crucial” cuestión que han querido aplicar para facilitar la búsqueda de ofertas de empleo relevantes. No es ni más ni menos que un sistema de localización de ofertas de trabajo potencialmente interesantes para el que busca. No dispone de una página independiente sino que se integra dentro del propio buscador y utiliza el sistema de geolocalización del móvil para informar al candidato de las ofertas de empleo potencialmente interesantes. También dispone de la posibilidad de configurar alertas para que te salte un aviso directamente si se publica una oferta de empleo que pudiera ser de tu interés. Si quieres utilizar esta herramienta aquí te dejo alguna información:

  • Sólo funcionará de manera precisa si realizas búsquedas desde el móvil.
  • La utilización es sencilla, basta con teclear en el buscador lo que se desea encontrar, por ejemplo “Administrativo media jornada Madrid”, “Técnico de marketing Bilbao”, etc.
  • Verás la opción de “Empleos”, con la posibilidad de filtrar según fecha de publicación, sector, empresa, etc.

Aquí puedes ver algunos ejemplos:

Imagen: Ejemplos Google for jobs. Fuente: Google.

 

Aún es pronto para conocer el alcance y la implantación de esta nueva funcionalidad tanto para empleadores como para candidatos pero sin duda tiene buena pinta.

Es muy posible que aún no hayas utilizado Google for Jobs pero seguramente que sí que hayas utilizado alguna de las aplicaciones para el móvil de los principales portales de empleo, empresas de trabajo temporal y consultoras que se utilizan para buscar trabajo. Todos ellos han optado por seguir manteniendo su página web en modo tradicional pero adicionalmente han creado aplicaciones para facilitar su consulta desde los dispositivos móviles. Es de sobra conocida la tendencia actual a realizar cualquier gestión online a poder ser desde el propio móvil, lo mismo ocurre con la búsqueda de trabajo, a día de hoy el mayor tráfico y el mayor número de envío de candidaturas se dan a través de la utilización de apps, es lo que demanda el mercado y la situación actual. Es muy posible que en un futuro los ordenadores de sobremesa desaparezcan de nuestras vidas.

Por otro lado, somos conocedores de que la inteligencia artificial es un hecho pero quizás no estamos muy acostumbrados a tenerla cerca o lo primero que pensamos al nombrarla sea en películas como Yo robot, en la que los protagonistas son máquinas con aspecto humano. En la actualidad existen aplicaciones basadas en esta tecnología que realizan el proceso de selección de los candidatos que se adaptan a una empresa. Actualmente se puede utilizar MYA, o Wade and Wendy, entre otras aplicaciones similares, así que no te sorprendas si en tu próxima búsqueda de empleo un asistente virtual te realiza unas preguntas de filtrado y te cita a entrevista. Incluso los chatbots se están implantando en muchos departamentos de recursos humanos para resolver las dudas habituales de los trabajadores.

Sólo el tiempo nos dirá si estas nuevas modalidades tanto de buscar empleo como de seleccionar el talento se terminarán generalizando pero lo cierto es que cada vez más empresas lo están poniendo en marcha para objetivar sus procesos de selección, otorgar mayor rapidez en la comunicación con candidato, y, en algunas ocasiones, incluso ahorrar costes a largo plazo. En un primer momento puede parecer que todo son ventajas pero estas opciones también tienen sus inconvenientes. Puede ser que el candidato no se sienta del todo cómodo con este tipo de selección, por lo que se vería incrementado el nerviosismo propio de enfrentarse a una entrevista de trabajo, sin olvidar la pérdida de contacto humano. Los Departamentos de Recursos Humanos son la vía de entrada y contacto del candidato con la empresa o institución. Todo lo que envuelve el desarrollo del proceso de selección puede limitar o potenciar el éxito del mismo.

¿Has participado en algún proceso de selección en el que utilizaran estas herramientas? ¿Cómo te has sentido? ¿Conocías Google for Jobs?

 

Lola Notario

Departamento de Recursos Humanos de Nebrija

 

Vivirá, convivirá y regirá la Inteligencia Artificial: ¡Eduquemos, pues!

Autora: Pilar Bernat

 

“El problema real no es si las maquinas piensan, sino si lo hacen los hombres”

Burrhus Frederick Skinner

 

Me levanto de una mesa de profesionales de la comunicación; el debate ha sido intenso: ¡la Educación (con mayúsculas), en este país, necesita una reforma urgente! Fácil de decir, complicado enfrentarse a ello.

Cada año, en cada asignatura, cada vez que inicio un nuevo ciclo, explico a mis alumnos el sentido del término ‘brecha digital’ e incluso me atrevo a contrastarlo con el muy manido de ‘brecha generacional’ y muchas veces, entre bromas, acabo reconociéndoles que para que SU revolución culmine, deben ‘matarnos’; m a t a r  a  NOS y no se trata de un plural mayestático.

Lo cierto es que, mi generación sesentera y la cincuentera -e incluso posterior- somos un perfecto tapón para el desarrollo. Y no hablo de un caso o de otro, de un ejemplo o de otro; no hablo de individualidades, hablo de todos los que conocimos un mundo analógico y no podemos, no tenemos capacidad mental para asumir que en el digital que dejamos a nuestros herederos ‘vivirá’, ‘convivirá’ y ‘regirá’ la inteligencia artificial.

 

Ni R2-D2 ni C-3PO

La llamada AI (Artificial Inteligence) no va a tener formato de R2-D2; ni de C-3PO; ¡No! Eso son cosas de la robótica. Sencillamente va a ser un ente omnipresente que se va a instalar en todas y cada una de nuestras vidas y, entonces sí, entonces vendrá la pregunta fundamental que a cualquier profesor le debe producir escalofríos y escucharemos cosas del tipo: ¿para qué esforzarme en saber, si el conocimiento me viene dado? ¿Para qué memorizar, si llevo memoria anexa? ¿Para qué idiomas si tengo Babel en circuito impreso? 

No cabe refutar, porque nuestros cerebros primitivos nunca podrán procesar a la velocidad que lo hace ‘ella’, no podrán comunicarse en la distancia sin ‘canal físico’ intermedio como lo hace ella, jamás llegarán a registrar los millones de Giga, Tera, Peta, Exa, Zetta y Yottabytes de datos que aloja en su memoria ella, la Inteligencia Artificial.

Y entonces ¿qué hace un profesor que tiene conciencia de ello? ¿Rendirse? ¿Adaptarse al medio? ¿Atrincherarse en el método de enseñanza medieval? ¿O mejor afrontarlo, enfrentarlo, prepararse y blandir las armas del conocimiento para procurar guiar y concienciar a sus pupilos sobre qué pueden esperar de SU revolución o cómo asumirla? La respuesta, aunque lo parezca, no es, ni mucho menos, evidente. Las dos opciones son lícitas y respetables; ninguna criticable y ambas necesarias. El antes y el después deben conjugarse, ya que no cabe soltar el puente e intentar cruzar tirándonos al vacío. Sería un suicidio.

La cuestión, por tanto, es el día a día. Los pequeños cambios. Tenemos que saber que a nadie impresiona ya el estrado; que togas y birretes se tiñen de unos y ceros y, sobre todo, que de nuestro yo ya no emana la sabiduría, porque la sabiduría habita en un ‘clic’. Hay que enseñar y aprender; hablar y escuchar; aportar y recoger, compartir, colaborar, liderar; porque ese mundo adaptativo en el que tan cómodamente se mueven nuestros alumnos y tan hostil nos resulta a nosotros, está por desarrollar y debemos iluminar el camino.

Los docentes del siglo XXI tendemos a modificar nuestros títulos, contenidos y programas con el vértigo de no llegar; de no tener la respuesta, de que ellos sepan más; sin considerar que no podemos adaptarnos a la velocidad de la I+D. Nuestros programas, por principio y definición, son estáticos y metódicos cuando tal vez debieran ser dinámicos e imaginativos; un lugar común y armonizado de aprendizaje donde impere la creatividad, tal vez el único concepto que nos diferencia de la capacidad de una máquina y donde nuestra experiencia sea, realmente, un grado.

 

El vértigo

El primer año que di clase, los estudiantes, en colegios y universidades, migraban de un Nokia a una BlackBerry; dejaban el Fotolog y MySpace para zambullirse en Tuenti. Les explicaba con harta dificultad cómo Twitter (un pajarito y 140 caracteres) sería una ingente herramienta de marketing y el término redes sociales no estaba ni acuñado. No hablo de prehistoria, hablo de ayer.

Hoy, preparo el nuevo curso y me invade como cada septiembre el vértigo. Me enfrento al reto de cómo explicar a primero de periodismo o publicidad qué son procesadores cognitivos, redes neuronales, cuarta revolución industrial, realidad aumentada o 5G. Muchos -tristemente más muchas que muchos- me dirán que no les gusta la tecnología, que sólo quieren tener un iPhone, saber de moda y ser bloggers; otros apostarán por el término ‘gamer’ o recurrirán al de ‘youtuber’. A lo peor muchos quieren ser ‘influencers’ y creerán que en los anglicismos reside la Arcadia y entonces, espada láser en mano, tendré que darles un baño de realidad.

Pero la cuestión en 2017 no es el qué, la materia es infinita, sino el cómo; cómo mantener su atención, despertar su interés, abrir y poner a funcionar esas mentes que deben entrenar para que no les pille ‘en paro’ la invasión Artificial. Utilizar la tecnología como medio y como fin; como herramienta y como sustancia; como elemento de juego, de aprendizaje, de comunicación, de defensa… de nuevo: de creación.

Entraré en clase y les propondré que desarrollen proyectos imaginativos que tal vez un día puedan materializarse, siempre a través de la tecnología vigente porque desde el primer día deben ser emprendedores. Les haré escribir cada mañana, previa búsqueda informática (sea cual sea el formato), sobre novedades móviles, coches conectados, hogar digital, moda tecnológica o realidad virtual porque desde el primer día deben ser periodistas. Debatiremos sobre las ‘Over the Top’ con el fin de que cuiden su integridad, su currículum y sus espaldas porque desde el primer día tomar conciencia de su carrera profesional. Quizá diseñemos un nuevo DNI (Digital News Initiative) o montemos una campaña de postureo en Instagram…

Un toma y daca, a medio camino entre lo real y lo virtual, para que asuman la evolución del canal de comunicación, del uso del espectro radiológico, del hardware o del software que hace factible que su vida, y más allá, que afronten y consoliden una revolución planetaria, pero con control sobre los hechos, conocimiento de causa y dominio sobre el entorno, ese entorno que si descuidamos claudicará ante la inteligencia artificial robándonos nuestra supuesta supremacía.

El ser humano es adaptativo, ha superado la hecatombe evolutiva y ha mantenido el liderazgo de la especie. Y así será. Pero educación, concienciación, control y toma de decisiones serán requisitos para navegar por un mundo tan nuevo como desconocido del que nadie sabe, a ciencia cierta, qué esperar.

¡Eduquemos pues! Y suerte…

 

Pilar Bernat

Periodista e Historiadora del Arte

Profesora de Nuevas Tecnologías y Sociedad de la Información