Revista N - NEBRIJA MEDIALAB -nº5, febrero 2020
Para Blanca Pastor, responsable del gabinete psicopedagógico de la Universidad Nebrija, la Generación Z, “dedica poco tiempo a pensar sobre cualquier cosa”. “Para pensar, crear, deducir, reflexionar… Se necesita dedicar tiempo, pero ellos generalmente están conectados casi todo su tiem- po, no dejan margen para pensar”, explica. Preguntamos en el Campus y muchos estudiantes afirman que sentarse a hablar consigo mismo es una tarea complicada, ya que todo su tiempo se concentra en exprimir y vivir esa imagen o falsa realidad de felicidad plena. Sin embargo, también son conscientes de que muchas de esas cosas que les ocurren, no les llenan. Florencio Gutiérrez, licenciado en Sociología por la UNED y en proceso de especializarse en la gestión de la tristeza, cree que los centenials “constituyen una generación con una elevada auto exigencia por lograr la felicidad inmediata”. “Poseen un amplio abanico de conocimientos sobre sus áreas de es- tudio, pero cuando se trata de uno mismo, depen- den mucho de la imagen externa que quieren proyectar y de la opinión de los demás”, reflexiona. Quizá, una asignatura pendiente para toda esta generación es esa en la que entra en juego el “uno mismo”, aunque no por ello estos jóvenes están condenados a no darse prioridad, o como dice Blan- ca Pastor “no hay nadie, ni persona, ni generación condenada a nada, cada persona puede hacerse consciente de su realidad y cambiarla”. “El yo mis- mo requiere de más independencia de lo que los demás piensan o quieren, y centrarse en lo que uno piensa y quiere”, sostiene. Destinar tiempo a nosotros puede ayudar mucho a conocernos, a crecer personalmente. Aceptar que esta situación genera ansiedad es una priori- dad para poder ayudar a esta generación, ya que, como declara Blanca Pastor: “No es uno de los problemas más visibles.” 27
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