Exposición 2011: Do not disturb. Mi alma en otra parte.
notas 21 riencia privada, es el contexto suficiente para producir aquel rescate, la resignificación y la conservación de las cosas vividas que, despojadas de su valor inicial (un valor-perfume tan precariamente unido al objeto que cae por si solo con el paso del tiempo), se convierten en pieza del univer- so personal. La casa o habitación en este sentido no es sólo lugar de lo “real” prosaico, de la necesidad cubierta, sino espacio de expresión y creatividad, instalación privada, microcosmos; la armadura que, como horizonte de ese entramado de objetos simbólicos, termina siendo una metáfora de nosotros mismos. Cuando los artistas se acercan al material que suponen el espacio y los objetos de la casa habitada desde la instalación, la fotografía o cualquier otro género documental, están trabajando sobre un género autobiográfico que, ya sea con tintes exhibicionistas o mediante la actitud interrogadora del que se mira al espejo, supone una variante más de la pregunta sobre la condición de lo artístico, tema primordial del arte -y no sólo del arte- en nuestros días. Así, la habitación, la casa, el archivo privado, mi colección de objetos se convierte en material habitual del arte, en ocasión para ex- presar o comprender el mundo a partir de lo más cercano. 20
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