Exposición 2011: Do not disturb. Mi alma en otra parte.
notas 11 Hubo un tiempo en el que la intimidad de la habitación de los artistas ni era tan íntima ni tan importante. Pocos reparaban en el lugar en el que el artista vivía su comedia, a pocos les interesaba saber donde surgían sus ideas y donde desarrollaba sus obras. Luego, una vez abandonados a su suerte, los artistas hubieron de inventar una vida, una “vida de artista”, para justificar su paso por esta tierra y, sobreto- do, para separarse del devenir de las gentes más comunes. Entonces, transformados todos en pintores de la vida moderna, hubieron de es- forzarse en ser permanentemente excepcionales. Esta excepcionali- dad llenará de inflamada retórica el simbolismo emanado por cada uno de los objetos de los que se rodearán y por supuesto, de las habi- taciones en las que llevarán a término su gran gesta, la creación. Así ampararán su quehacer en cierta trascendencia individualizada, habrán de remarcar su buscada soledad, ese destino eternamente soli- tario que apuntaría Baudelaire. Harán de su vida una pieza de arte, pero de su vida toda, siendo sus casas y estudios y lugares de creación parte indispensable de esta vida toda, vida de artista claro. Hablarán de estos lugares y los compondrán y recompondrán dependiendo de sus particulares, y siempre alambicados, gustos estéticos. Por ejem- plo, Balzac defenderá el principio de unicidad asegurando que todos los accesorios de la vida deberían ser interdependientes entre si. El Ferdinand de Gautier unirá los muebles de Louis XIII con objetos orientales, espadas, pipas, cachimbas, bolsitas para el tabaco, y miles de otras chucherías con el claro objetivo de generar un mundo fantás- tico en el que todas las cosas fuesen poéticas. Des Esseintes teñirá el agua de la pecera que matizaba la luz de su estudio de diversos colo- res, dependiendo, contará Huysmans, de su mutante estado de ánimo. Djuna Barnes generará una escenografía para su día a día que refleja- rá en su Bosque de la Noche 4 . Romaine Brooks será conocida en to- do el Trocadero por sus excéntricos gustos semiaristocráticos, y la Baronesa Elsa von Freytag Loringhoven padecerá, como tantos otros, de “colectomanía” que conseguirán despegarla del naciente consumo de masas por el lado del pillaje, como cuenta George Biddle del apar- tamento de la Reina Dadá: “Era un loft sin calefacción en la calle 14. Estaba atestado y apestaba con extrañas reliquias que ella había saca- do en años de búsqueda por las alcantarillas de Nueva York. Viejos pedazos de cacharrería de hierro, neumáticos de coche, vegetales Gloria G. Durán 4 BENSTOCK, Shari: Women of the Left Bank. Paris 1900 – 1940 . University of Texas Press. Austin. 1986, p. 257. BARNES, Djuna: El Bosque de la Noche. Seix Barral, 1992. 10 …para todos nosotros hay una cierta habitación en una cierta casa donde vivimos nuestra gran comedia, solos. Djuna Barnes 1 1 BARNES, Djuna: “ Entrando en intimidad con la bohemia ”. Nueva York. Mondado- ri. Madrid, 1989, p. 195 Derivas de la habitación del artista Entre celda y lanzadera
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