Exposición 2018: Estado liminal
21 han sido “incorporados” en el fondo artificial, un espacio liminal desde el que el observado pasa a ser el observador». A lo largo de su carrera, el madrileño ha expuesto en diferentes espacios como el Museo Nacional de Antropología de Madrid o La Rodríguez Gallery, de Polonia. Asimismo, su trabajo se ha presenta- do en ferias como Volta 11 en Basel, ARCO Madrid 2014 o Art15 London’s global art fair; y ha sido galardonado con el Premio XXVII Circuitos de Artes Plásticas de la Comunidad de Madrid o la Beca Transvisiones Alcobendas, en la ciudad de Lima, entre otros logros. La instalación de Paula Rubio Infante (Madrid, 1977), El peso de la justicia (2007) reflexiona sobre el sistema penal español durante la dictadura franquista y los primeros años del periodo de transición. La artista documentó el estado actual de los espacios de la prisión de Carabanchel, cuyo cierre y traslado de los presos tuvo lugar en 1998. El funcionamiento del sistema penitenciario y el estado de privación de la libertad, por consiguiente, son dos temas subyacentes que la autora nos muestra en la vigorosa instalación. En lo que se refiere a su trayectoria profesional, su trabajo se ha caracterizado por un pronunciado interés en los conflictos de poder, las clases dominantes y las subyugadas mediante violencia. Cabe destacar que la artista ha ganado numerosos premios desde su licenciatura como el premio El Ojo Crítico de Artes Plásticas en el año 2015 o el 1º Premio ARCO-Comunidad de Madrid para Jóvenes Artistas en el año 2011. Asimismo, ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en el panorama nacional y latinoamericano. Por último, la obra de Nacho Martín Silva (Madrid, 1977) propone un tipo de liminalidad relacionado con una situación política: la Guerra Fría que fue pro- tagonizada por una compleja situación donde el bloque capitalista y el bloque comunista se disputaron el planeta. En el díptico titulado Past and present (2016) también se plasma el resultado de los diferentes expolios realizados por las “primeras potencias” mundiales del patrimonio cultural de los países con menos riqueza. En palabras del artista: El díptico parte de dos modelos aparentemente disímiles: el hongo atómico de Hiroshima y una cerámica griega del Louvre. A partir de lo que cada una de esas imágenes sugiere al espectador y el nivel de representación que cada uno de los lienzos ofrece, la obra se sitúa en un punto entre el desconcierto y el destello de comprender algo desconocido. Nacho Martín Silva, en su recorrido profesional, ha estado presente en la Maus Hábitos de Lisboa, el Centro Gallego de Arte Contemporáneo y el Museo Fun-
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