Nuestra NEBRIJA 25 - Mayo 2018

41 Cayón, rector de la Universidad Nebrija. Vincular la universidad con el mercado profesional ha sido una demanda histórica del teji- do empresarial, que planteaba solucionar el conocido Plan Bo- lonia. “Sin duda, se ha mejora- do la integración en el mundo universitario de los conceptos de empleabilidad y de empren- deduría”, afirma el presidente de la CRUE, que destaca el no- table esfuerzo que han hecho las universidades españolas en los últimos años para aco- meter este desencuentro entre el entorno académico y el pro- fesional. “Debemos a Europa y a este proceso una mayor con- cienciación sobre temas como la orientación profesional, la empleabilidad y el contacto vivo con la sociedad a la que servimos a través de las em- presas”, explica el rector de la Universidad Nebrija, quien puntualiza que las universida- des privadas ya habían traba- jado este aspecto mucho antes de que Bolonia pusiera sobre la mesa la necesidad de iden- tificar las competencias y ca- pacidades que deben adquirir los titulados para incorporarlas a los planes de estudios univer- sitarios. No hay datos en lo que se re- fiere a la mejora en la emplea- bilidad de los “estudiantes Bolonia”, que recién acaban de incorporarse al mercado laboral, que los recibe con un estado de salud todavía con- valeciente después de la crisis económica del 2008. Habrá que esperar todavía unos años para analizar los frutos de estos cambios, habida cuenta que la empleabilidad es un concepto complejo, que abarca no solo el acceso al mercado profesional sino la capacidad para tener y mantener un empleo satisfacto- rio y adecuado con los estudios realizados. La crisis también afectó a la im- plantación de Bolonia en nues- tro país, que se hizo a “coste cero", como destaca el presi- dente de la CRUE, "algo incom- prensible si tenemos en cuenta el tremendo esfuerzo financiero que requerían las nuevas me- todologías para ser aplicadas". Además, la adaptación al nue- vo escenario no solo se hizo sin financiación directa para afron- E spaña es en la actualidad el undécimo país del mundo en producción científica , pasando del 2,8% en el 2008 al 3,3% en el 2015