Nuestra NEBRIJA 26 - Julio 2018

36 ¿Hay una moda del comer bien y mal? Ya decía don Quijote que “en mucho más se ha de estimar un diente que un dia- mante”, pero lo que ese dien- te triture es otro cantar. De sus duelos y quebrantos –sean lo que fueren– a los yogures con propiedades casi mágicas, del salpicón a la chía, la quinoa y la maca, hay mucho trecho. Te- nemos cierta costumbre de ver cómo a algunos productos se les asocian características po- sitivas que más tarde pierden, en función de nuevos estudios; el azúcar, el vino, la cerveza, los hidratos de carbono y el arroz, entre otros muchos, han pasado por ese Guadiana. Julio Basulto asegura que “las encuestas serias, como las de la Comisión Europea, destacan la poca e imprecisa información que tenemos sobre qué es una alimentación saludable, la au- sencia de control sobre lo que comemos y la falta de tiempo”. Él ha emprendido una campa- ña, en la que le acompañan otros muchos dietistas y exper- tos en nutrición, destinada a dejar claro qué es comer sano: “En realidad, significa basar la alimentación en alimentos de origen vegetal poco procesa- dos (frutas frescas, verduras, hortalizas, legumbres, frutos secos y cereales integrales), consumir menos cantidad de alimentos de origen animal (carne, pescado, lácteos y hue- vos) y dejar para un consumo esporádico productos como los derivados cárnicos y los ali- mentos superfluos”. Y, en esa dieta, por cierto, no hace falta incluir productos milagrosos, derivados lácteos con propiedades bajo palabra y etiquetas oscuras ni raíces novedosas con el marchamo de ser muy antiguas en algu- na cultura más o menos igno- ta. Es decir, resume Basulto, “deberíamos reducir bastante nuestra ingesta de derivados cárnicos (salchichas, jamón, carne en conserva o embuti- do) y de productos superfluos (refrescos, bollería, pastelería, postres lácteos, salsas, bebi- das alcohólicas, etc.), tomar menos cárnicos (sobre todo carne roja) y no tener miedo a consumir más vegetales”. Pero Basulto, autor, junto a Juanjo Cáceres del libro Más vegetales y menos animales , acompaña siempre sus artí- culos y sus opiniones de refe- rencias publicadas en revistas científicas, lo que le distingue de otras muchas voces del pa- norama de los medios y las re- des sociales. Porque es ahí, en las redes sociales, y en algunos programas televisivos como publicidad encubierta, dónde se muestran en su esplendor todas las milagrosas dietas. Dietas que, lejos de tener esos supuestos efectos maravillosos y milagreros, pueden ser perju- L a recomendación unánime es comer poco de todo , más vegetal y menos animal , no someterse a las modas y actuar con sentido común

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