Nuestra NEBRIJA 27 - Octubre 2018

36 Artículo Tal día como hoy, echábamos el telón al verano del 2008. Éramos felices y digeríamos la primera Eurocopa de futbol de la selección española, consoli- dando nuestra edad de oro de- portiva mundial. Confundidos probablemente por ese opio del pueblo, no acertamos a ver las nubes negras de la crisis financiera que se avecinaba desde Estados Unidos. El co- lapso de Lehman Brothers se tradujo en pánico financiero y heló las economías del mundo más avanzado, sumergiéndo- nos en un invierno económico frio y duro. Tan duro fue que, a día de hoy, tras una década de recuperación, percibimos vivir más en un cobarde otoño que de vuelta en aquel caluroso verano económico, que ya no confiamos en recuperar nunca. El paso del tiempo nos ha de- jado muchas enseñanzas de los errores que nos abocaron a aquella crisis, como el ne- cesario control de la innova- ción financiera, detonante de la crisis, ahora más conteni- da por nuevas regulaciones y controles; lo finito de la deuda pública, antes percibida como infinita, que al aumentar más de un 30% en las principales economías mundiales se mos- tró como una fantástica bola de nieve creciente; el necesario equilibrio presupuestario que debe frenar la velocidad de la creciente bola de nieve de deu- da pública, y el reconocimiento de un endeudamiento privado excesivo, irresponsable y ven- tajista que, aún hoy, nos sigue avergonzando. Valga como ejemplo aquella costumbre de conseguir un crédito hipoteca- rio por encima de lo adeuda- do con el insano objetivo de comprarse un vehículo de alta gama que no podíamos permi- tirnos. Han pasado diez años y aún nos provoca sonrojo. Pero ni hemos aprendido todo lo necesario ni hemos pagado aún todas las facturas pendien- tes de aquella crisis generaliza- da, que siguió a la financiera. Hay cicatrices en nuestro día a día que nos siguen recordando los excesos de aquellos años. Los salarios no se han recupe- rado y hemos aceptado vivir en una economía más austera en la que pasamos de presumir de los flamantes asientos de cuero de nuestro todoterreno a confesar, con falsa humildad, que volamos en compañías low cost. La crisis nos hizo abando- Fernando Tomé. Decano de la Facultad de Ciencias Sociales S omos más responsables , más conscientes de la necesidad de ahorrar ¿Tropezaremos de nuevo en la misma piedra? La crisis nos ha endurecido como sociedad, pero nos ha convertido en consumidores más racionales y ha desarrollado en nosotros una nueva capacidad de resistencia a las dificultades

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