Nuestra NEBRIJA 27 - Octubre 2018
47 del negocio. ¿Cuál es el prin- cipal problema en esta línea? Que, muy frecuentemente, las organizaciones no cuentan con una estrategia. Así, sin más. No es que no tengan una estrate- gia correcta, es que no tienen ninguna. O lo que creen tener no es en reali- dad una estrate- gia. Así que, si quieres a v a n z a r en “eso de los d a - t os ” lo pri- m e r o es ase- gurar te de tener claro dón- de quieres que te lleve el camino y, sobre esa base, evaluar si tu estra- tegia de datos está pensada para llevarte allí más rápido. Identifica los obstáculos a los que se enfrenta tu estrategia y haz que tus esfuerzos relacio- nados con los datos se con- centren en superarlos. Es fundamental también saber que los datos no son magia. La inteligencia artificial y el big data sufren una misma maldi- ción: demasiadas personas, sobre todo desde el lado de la oferta, les atribuyen propieda- des cuasi mágicas. La realidad es, sin embargo, muchísimo menos colorida y excitante de lo que la imaginación nos su- giere. Gracias a estos méto- dos, podemos hacer cosas que hace no mucho eran impensa- bles, como automatizar multi- tud de operaciones y de deci- siones o encontrar información oculta en la profundidad de un océano de datos. Pero, no nos engañemos: si tu negocio hace aguas hoy, seguirá haciendo aguas mañana, aunque le pon- gas un chatbot a tu aplicación. No dejes que nadie te venda big data o machine learning , lo que necesitas no son métodos ni tecnologías, sino soluciones a tus problemas estratégicos. Y, por último, ten cuidado con los sesgos. Nuestra mente está sometida a múltiples ses- gos cognitivos al interpretar la realidad que nos rodea. Los algoritmos y los procesos ana- líticos avanzados, también. Eso sí: el problema no está en los algoritmos, sino en los datos con los que los alimentamos. A este problema también lo llamamos “hacerse trampas al solitario” y adopta formas diversas: quizá usamos datos que no refle- jan la rea- lidad total del negocio o, quizá, usa- mos datos que nos ayudan a per- petuar la situación actual, no a mejorarla. Cada dato que recopile- mos y analicemos debe ha- ber pasado un duro escrutinio acerca de su validez para re- solver el problema que nos he- mos planteado. Hay mucho, muchísimo más que decir sobre este tema, pero cualquier organización que tenga claros sus objetivos estratégicos y cómo los datos encajan en ellos, que entienda bien el verdadero potencial de los métodos de trabajo actua- les y que cuente con los datos correctos para hacer el trabajo, estará a años luz de ventaja de la mayoría de sus competido- res en poco tiempo.
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