Nuestra NEBRIJA 28 - Enero 2019

46 Reportaje Paula Martínez. Redacción Nuestra Nebrija La sociedad actual en la que vivimos está sufriendo numero- sos cambios en torno a distintos aspectos, pero las mujeres y su posición están protagonizando una de las rupturas con la tradi- ción más importantes. Decidi- das a ocupar el puesto que se merecen, y no el que una cul- tura tradicionalmente patriarcal y machista les ha otorgado, el feminismo ha alzado la voz y ha decidido luchar por un cambio social que dé más valor, reco- nocimiento y presencia a las mujeres en la sociedad. Hoy no sorprende ver a las mu- jeres en profesiones a las que hace unos años solo podían dedicarse los hombres, como la medicina, la judicatura o la ingeniería, pero los prejuicios sobre su valía siguen estando muy presentes. Las mujeres sienten que deben demostrar mucho más sus capacidades para ser valoradas al mismo ni- vel que sus compañeros hom- bres en su lugar de trabajo, además de sentir una presión social por encajar en el proto- tipo de mujer, tanto físico como de comportamiento. La igualdad legal entre hom- bres y mujeres y la masiva pre- sencia de la mujer en todos los ámbitos públicos y privados plantean cambios en el lengua- je utilizado para referirnos a situaciones comunes antigua- mente copadas por los hom- bres. Ahora descubrimos que el lenguaje habitual está lleno de expresiones y estructuras que perpetúan estereotipos machistas o invisibilizan a la mujer. El debate está en deter- minar si la lengua castellana es sexista en su estructura, léxico y gramática o si es el uso que le damos a las palabras lo que sigue perjudicando la posición de la mujer. Podríamos diferenciar dos tipos de sexismos en el lenguaje, se- gún explica la socióloga Inés Alberdi. Por un lado, existen las expresiones machistas en las que se usan palabras mas- culinas para decir algo bueno y palabras femeninas para de- signar algo malo, o expresiones que oscurecen la presencia de las mujeres y dan prioridad a los hombres. “Ese es un uso se- xista del lenguaje que es muy fácil evitar, puedes hablar con más corrección o evitar utilizar insultos en femenino”, asegura la socióloga. Sin embargo, otro problema mucho más difícil de combatir en el castellano son las reglas gramaticales que “tradicional- mente olvidan a las mujeres en su uso”, explica Alberdi. Este es mucho más difícil de corre- gir porque “las reglas gramati- cales son resultado de una so- ciedad que, tradicionalmente, ha puesto al hombre como me- dida para referirse a todo lo de- más”, afirma la socióloga. Esto Lo que ocultan las palabras “ C ambiemos la realidad y cambiará el lenguaje ” “El uso del masculino como género no marcado puede haber aumentado el problema histórico de la falta de visibilidad de la mujer, pero no creo que sea bueno reducir todo el debate a esta cuestión”.

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