Nuestra NEBRIJA 29 abril 2019

Carlos Gil Escartín Fundador de Ingeniero del cambio y antiguo alumno de la Universidad Nebrija (Ingeniería Informática, 2006) Los valores están detrás de todas las decisiones que to- mamos. Aquello que hacemos o dejamos de hacer está su- peditado a cubrir la necesidad que tenemos de satisfacer un determinado valor. Esto ocurre en todos los ámbitos, seamos directivos, clientes o emplea- dos. Hoy más que nunca es- tamos dispuestos a pagar un mayor precio para consumir un producto que respete el medio ambiente, o bien para trabajar con alguien en quien confia- mos. Ya no basta con tener una web bonita en donde la misión, visión y valores de la empresa estén reflejados con grandes palabras. Son los actos los que realmente definen los valores de una empresa. Las empresas deben poner los valores en el centro, lle- gando así a un espacio mucho más profundo que la cultura de orientación al cliente, que ha sido la gran estrella en las décadas pasadas. Una cultu- ra por valores no solo pone al cliente en el centro de mira, sino también a la dirección, los empleados y los proveedores. Cuando hablamos de valores no se trata únicamente de ser éticos y socialmente respon- sables. Una empresa, para ser sostenible en el tiempo y tener éxito, debe tener en cuenta tres ejes en los que se agrupan los valores: el eje económico- pragmático, que agrupa a los valores que ayudan a conse- guir los objetivos de la empresa (resultados, beneficios, cifra de ventas, etc.); el eje emocional, que se centra en el desarrollo y bienestar de las personas que trabajan en la empresa, y el eje ético-social, que pone el foco en lo que sucede fuera de la empresa. En este último se sitúan los clientes, claves para cualquier empresa, ya que sin clientes, no hay negocio. Solo un adecuado equilibrio entre los tres ejes hará posible que la empresa tenga éxito. Si presta- mos atención solo a uno o dos de ellos, estaremos descuidan- do una parte muy importante del negocio. Para crear una verdadera em- presa de valores, estos se de- ben integrar dentro del modelo de negocio, atendiendo a cua- tro aspectos clave: la dirección, el cliente, el producto y la em- presa en sí misma. Si las tres personas más impor- tantes de la empresa seleccio- naran los valores que perciben (no los que se enuncian) en la organización, el resultado se- guramente sería distinto para La importancia de los valores en los negocios Si una empresa no actúa según sus valores, empleados y consumidores se revelarán en su contra, lo que acabará causando pérdidas a la empresa, y, en algunos casos, hasta su cierre. E l primer paso para integrar los valores dentro de la organización es que la alta dirección los tenga claros 62 Columna Alumni Nebrija

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