Nuestra NEBRIJA 31 - octubre 2019

41 de potencia (no de los gran- des), y asumiendo un genero- so rendimiento del 20%, resulta estar desperdiciando, funda- mentalmente en forma de calor, 160KW.h cada hora de funcio- namiento. Esto sería suficiente para calentar, en lo más crudo del invierno, diez hogares de construcción tradicional en zo- nas frías. Si tenemos en cuen- ta que solo en España hay del orden de 15.000 autobuses ur- banos y sumamos el transporte de mercancías y el interurbano de personas, podemos hacer- nos una idea de la enorme can- tidad de energía desperdiciada y de difícil recuperación. Aunque la introducción del ve- hículo eléctrico está siendo im- portante y crece día a día en el segmento utilitario, si analiza- mos las flotas de autobuses ur- banos, por ejemplo, vemos que los vehículos totalmente eléctri- cos son solamente un porcen- taje testimonial. Ciudad Urbanos * Electricos % Madrid 2.400 25 1,05 Barcelona 2.000 7 0,3 Valencia 480 0 0 Málaga 242 1 0,4 Sevilla 401 1 0,2 Zaragoza 312 0 0 Bilbao 140 0 0 París 4.500 50 1,2 Londres 7.720 9 0,1 * Datos de 2017 que pueden variar según fuentes. A esto hay que sumarle que, dado el actual coste de estos vehículos (hasta 300K€ más que uno convencional), su ad- quisición suele ser consecuen- cia de fuertes aportaciones de dinero público, por lo que son más un lavado de imagen del consistorio que una apuesta real por la descarbonización. Es por ello por lo que un esfuer- zo investigador, de formación y de transferencia a la industria de personas bien formadas y concienciadas en este ámbito repercutirá favorablemente en la evolución de este sector y con- tribuirá muy positivamente a la progresiva futura sostenibilidad del transporte de superficie. Somos, sin embargo, todavía, un grupo pequeño. Excelente, pero pequeño. Tenemos una visión y una planificación a largo plazo para conseguir no solamente que nuestros logros vayan siendo reconocidos, sino que el estilo de hacer de Nebri- ja se vaya difundiendo a través de nuestras colaboraciones y actuaciones. Efectivamente, siendo pocos y con esa visión ambiciosa, el camino pasa por un esfuerzo continuado, exigible no sola- mente a los investigadores del área sino a aquellos alumnos que pasen por nuestras manos y que serán quienes terminen en nuestras empresas. Ahí no podemos fallar. La empresa tiene que percibir en el recurso humano de Nebri- ja, alumnos o profesores, una actitud que le lleve a pensar: esto es lo que quiero para mi empresa. Las tecnologías y los conoci- mientos se vuelven obsoletos cada vez más rápidamente. Lo que hoy es tecnología puntera en tres años es obsoleta. Solo una cultura del esfuerzo per- sonal y una actitud de alerta y de curiosidad continua podrán mantener a nuestras empresas a la altura de lo que los merca- dos les exigen. Además, aún los equipos gran- des no pueden ser expertos en todo. Hay que saber seleccio- nar y apostar por aquello en lo que sabemos que tenemos importantes posibilidades para triunfar. ¿Y lo demás? Lo de- más pasará por establecer es- trechos lazos de colaboración con aquellos centros, depar- tamentos o profesionales que tengan una actitud similar y cu- yas capacidades complemen- ten las nuestras, y las nuestras complementen las suyas. Una alianza ganar-ganar nos permi- tirá tener una visión más amplia de los problemas a los que nos enfrentamos y una mayor for- taleza a la hora de afrontarlos. Estrechar esos lazos nos per- mitirá avanzar más y mejor ha- cia las metas propuestas. Me quedo con el mensaje que figura en la última página del número de julio de esta revista por las implicaciones que tiene sobre el esfuerzo y la actitud y por lo que encaja con todo lo expuesto: “El mundo (y las empresas, los departamentos, los productos, los servicios…) tienen preguntas. Se tú la res- puesta”.

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