Nuestra NEBRIJA 31 - octubre 2019
una inversión tan elevada en investigación y desarrollo que no garantiza la rentabilidad. Sin embargo, externalizar la producción a un suministrador externo hace perder el princi- pal punto de valor añadido que tiene un vehículo eléctrico. Esta encrucijada está generando muchos movimientos empre- sariales en el sector mediante adquisiciones o fusiones en- tre los grandes fabricantes y empresas especializadas en el desarrollo de estas nuevas tecnologías. De los aciertos estratégicos de estas negocia- ciones pueden depender los éxitos de los diferentes actores hasta ahora bien establecidos. El siguiente factor, tercero de nuestra lista, es el cambio en el modelo de movilidad por el usuario final. Se aprecia una tendencia clara en el auge de la movilidad compartida, pa- sando el coche a ser un servi- cio y no un bien de uso priva- do. En las grandes ciudades, el car sharing tiene cada día más presencia y peso en el trans- porte de pasajeros en el ámbito urbano. Incluso para grandes desplazamientos la demanda de coches compartidos, movi- do por plataformas que lo im- pulsan directamente entre los propietarios, hace que ya sea una alternativa real establecida a los transportes tradicionales por ferrocarril o carretera. Esto promueve que empresas como Daimler y BMW, habituadas a centrarse en el modelo tradicio- nal de venta de vehículos, estén probando nuevas recetas de movilidad a través de empresas como Free Now o Car2go, en un claro ejemplo de que el sector está cambiando rápidamente en este sentido ofreciendo aho- ra múltiples posibilidades de movilidad a los usuarios. El último factor, y no por ello me- nos importante, aunque quizá de implantación más lejana con respecto al momento actual, es la conducción autónoma. Cada día los vehículos tienen un ni- vel de autonomía mayor y ac- tualmente se venden modelos que están en un nivel dos (de seis posibles según SAE – So- ciety for Automotive Engineers) por lo que es de esperar que en el transcurso de los próxi- mos años se empiecen a ver modelos de conducción semi autónoma, lo que revoluciona- rá radicalmente el concepto de transporte. Entre los flecos que aún debe combatir el desarrollo técnico se encuentran el elevado coste de adquisición y mantenimien- to, los vacíos legales con res- pecto a la responsabilidad civil en caso de accidente, la ac- tuación en caso de fallo técni- co del sistema de conducción autónoma y el aún mayor ries- go de ataques cibernéticos a estos vehículos conectados, lo que frena su implantación. Pero una vez salvados estos esco- llos, los fabricantes encararán un escenario completamente diferente al actual, en el que el conductor es el objeto de sus miradas. Pero en su ausencia, serán todos los pasajeros los que estén en el centro objetivo como usuarios del vehículo. Estos cuatro factores comen- tados se encuentran enlaza- dos dentro del campo de las smart cities , donde el desa- rrollo urbano está basado en la sostenibilidad eficiente a través de sistemas de comuni- cación en tiempo real en todos los ámbitos, incluyendo el de las infraestructuras con los di- ferentes tipos de movilidad an- teriormente comentados. Esta relación entre usuario, in- fraestructura y vehículo impone a estos últimos una nueva di- mensión en forma de servicios al usuario, más allá del tradicio- nal medio de transporte de un punto A a un punto B. Desde el momento en que un vehículo está incluido dentro de un con- junto global intercomunicado, la gestión del mismo pasa a no depender exclusivamente del usuario o propietario para ser parte del funcionamiento de di- cha smart city . Todos estos factores de cam- bio, unidos a la reducción de empleo en las fábricas de au- tomóviles por la automatiza- ción de la producción, hacen que el sector del automóvil se encuentre en uno de los pun- tos de mayor incertidumbre en décadas. Es imposible prede- cir cuál será el camino con- creto por el que discurrirá la automoción, por lo que estar preparados para el cambio de- terminará la facilidad de adap- tación al mismo. S e aprecia una tendencia clara en el auge de la movilidad compartida , pasando el coche a ser un servicio y no un bien de uso privado 59
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