Nuestra NEBRIJA 34 - julio 2020

21 diación entre talento y empre- sa deja de tener un interlocutor humano y es el propio algorit- mo quien se hace garante de esa intermediación, quien va a determinar qué trabajos te da y qué servicios debes atender. En las relaciones de trabajo influyen infinidad de factores que pueden condicionar tu día a día y tengo serias dudas de que un algoritmo pueda tenerlas en cuenta. Por eso, más que un nuevo trabajador precario hablo de la aparición del nuevo “jornalero” que tiene como interlocutor a una plata- forma, a un algoritmo. Debería- mos empezar a preguntarnos cómo vamos a interactuar con los algoritmos y pensar en los límites. ¿Por qué alberga dudas respecto a si hay un cambio de paradigma, si asistimos a una auténtica revolución digital? Un cambio de paradigma es un tema muy serio. Una tec- nología es relevante cuando altera el sistema productivo con unas consecuencias in- cuestionables en los sistemas políticos y sociales de una ci- vilización. Tiene que propor- cionar una mejora sustancial a la sociedad como, por ejem- plo, fueron los antibióticos o la electricidad. Hay muchos estudios y muchas dudas a propósito de si estamos en el final del cambio que supuso la incorporación de la informáti- ca en nuestras vidas. Quizás es pronto para saber si esta- mos iniciando un cambio re- volucionario, pero parece que estemos viviendo el final de un proceso de transformación. Démosle tiempo. Por otro lado, ¿qué supone reivindicar en el mundo de la posverdad a expertos como los periodistas, los escritores o los académicos? En este sentido, pide que gigantes tecnológicos como Google o Twitter colaboren ante la proliferación de noticias falsas. ¿Dará resultado? La mentira ha existido siempre. El intento de manipular, tam- bién. El problema ahora es la viralización de la mentira y la utilización de algoritmos o bots que, conociendo nuestros da- tos, nos proporcionan lo que ellos creen que debemos cono- cer con el fin de manipularnos aún más. La opinión fundada, la que puede proporcionar un periodista, que cuenta con un código deontológico, debemos reivindicarla frente a los “fal- sos expertos”. Igualmente me parece relevante el académi- co que pueda aportar conoci- miento ante el vasto mundo de la falsedad intencionada. Las grandes corporaciones tecno- lógicas deben ser conscientes de la enorme responsabilidad que tienen y han de estar alerta ante los intentos de manipula- ción masiva en momentos de crisis o en periodos electorales. Se están dando pasos intere- santes, pero no debemos bajar la guardia. Precisamente como filósofo, experto en liderazgo y desarrollo de las personas… ¿cree que se puede incidir en la humanización en los tiempos de la covid-19? Ahora más que nunca. Con la crisis de la covid-19 estamos viendo que hay cambios que han venido para quedarse. La uberización no solo se va a diri- gir a trabajos de delivery como hoy conocemos. Cada vez es más necesario contar con per- files no solo técnicos (STEM), sino también humanistas que se pregunten por qué (HECI). Tenemos que huir de la idea de estar compitiendo con un robot de forma humanoide. Vamos a competir con algoritmos muy eficientes que nunca enferman y a los que ningún virus ataca, que aprenden y mejoran per- manentemente. Pero ellos nun- ca se van a emocionar con una puesta de sol o escuchando una sinfonía. Las competencias más humanas, como la empa- tía, la solidaridad, el saber es- cuchar y nuestras emociones son las que nos van a diferen- ciar de ellos y nos van a seguir haciendo únicos. “ V amos a competir con algoritmos que nunca enferman , pero ellos nunca se van a emocionar con una puesta de sol ” “ D eberíamos empezar a preguntarnos cómo vamos a interactuar con los algoritmos y pensar en los límites ”

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