Nuestra NEBRIJA 34 - julio 2020
43 confinamiento ha supues- to una oportunidad para el alumnado con motivación in- trínseca para el aprendizaje y con buenas capacidades de autorregulación. Así, durante este tiempo han podido dirigir su propia adqui- sición de conocimientos. Han podido construir sobre la base de lo que maestros y maestras proponían, asumiendo así la responsabilidad de su propio aprendizaje. Más allá de los límites del libro ¿Qué realidad educativa han vivido muchos niños y niñas con altas capacidades duran- te el confinamiento? Solos ante el ordenador durante una gran parte de su tiempo han podido desarrollar un estilo de apren- dizaje sin la estructura rígida de los horarios en la escuela. Han podido aprender a su rit- mo. Han podido saciar su cu- riosidad. Han podido ir más allá de los límites del libro gracias al mundo virtual. Pero, pese a que los nuevos espacios de aprendizaje hayan supuesto una oportunidad para la adquisición de conocimiento por parte de los niños y niñas con altas capacidades, debe- mos tener claro que esta no es la situación ideal para el desa- rrollo del talento. Un contexto de aprendizaje in- dividualista que deja de lado la atención expresa al desarrollo socioemocional no es el espa- cio óptimo para el desarrollo psicoeducativo integral. Por eso, defendemos que la “nueva normalidad” educativa derive de lo aprendido antes y duran- te la pandemia. La respuesta a las necesida- des educativas del alumnado con altas capacidades debe combinar espacios para el descubrimiento y el autoa- prendizaje, espacios para el aprendizaje cooperativo y es- pacios para el juego en grupo. Estos chicos y chicas tienen que poder construir una red de apoyo social adecuada, y esto es algo que la escuela ofrece de manera natural, ya que se favorece el contacto interpersonal, facilitando así el desarrollo socioemocional de manera directa. La escuela inclusiva post- covid-19 tiene la oportunidad de perseguir un proceso de enseñanza-aprendizaje que respete, fomente y responda a las altas capacidades, dejando espacios para el autoaprendi- zaje y la motivación intrínseca, facilitando en paralelo el desa- rrollo socioemocional median- te la interacción de todos los alumnos y alumnas. Ahora más que nunca, los pro- fesionales del sistema educa- tivo deben formar equipo con las familias para replantear la educación de los niños y niñas con altas capacidades. Es el momento de diseñar juntos el cambio educativo con todo lo que hemos aprendido. Una integración real en los colegios Las familias y las escuelas tienen que integrar las dife- rentes maneras de afrontar el aprendizaje dentro de la educación inclusiva que las personas con altas capacida- des tanto necesitan. Esto les permitirá optimizar sus habili- dades psicosociales y apren- der todo lo relativo a su esfera socioemocional, sin dejar de lado el autoaprendizaje y el descubrimiento. Ha comenzado una nueva era. La sociedad y la escuela nece- sitan a las personas con altas capacidades, y las personas con altas capacidades necesi- tan a la sociedad y a la escue- la. La covid-19 ha venido a re- cordárnoslo. Debemos entender las altas capacidades y el rol que des- empeñan la familia y la escuela como impulsores del talento. Tenemos una oportunidad para reconstruir la educación aten- diendo al desarrollo del talento y la “nueva normalidad” educa- tiva debe entender que el res- peto y la respuesta a la diver- sidad deben ser la esencia de esa normalidad. L a escuela inclusiva post - covid - 19 tiene la oportunidad de perseguir un proceso de enseñanza - aprendizaje que respete , fomente y responda a las altas capacidades Artículo publicado en Huffington Post el 23 de junio de 2020
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