Nuestra NEBRIJA 35 - octubre 2020

41 Mezcla de idiomas en el aula En la actualidad, diferentes la- boratorios internacionales es- tán explorando la forma en que se puede remediar la diglosia emocional mediante la intro- ducción de múltiples idiomas en un mismo contexto. Esta tendencia se basa en propues- tas de translenguaje, que en su versión más genérica aborda la inclusión efectiva en el espacio del aula de todos los lenguajes conocidos por los diferentes actores involucrados (princi- palmente niños y educadores). Esto implica administrar estos lenguajes de manera que se permita, e incluso se fomente, el cambio de idioma o código en cualquier momento. Si bien a priori este tipo de propuestas metodológicas pueden sonar extrañas, es plausible pensar que ayudarían a establecer un ambiente adecuado sin provo- car altos niveles de ansiedad. Este panorama lingüístico más relajado podría servir de base para una comunicación sin es- trés en contextos educativos basados en el libre uso y ma- nejo de las lenguas. De hecho, una abrumadora cantidad de estudios ha demos- trado la increíble capacidad de las personas multilingües para cambiar de idioma sin sufrir un esfuerzo cognitivo exagerado. Si bien el cambio de código conlleva un costo cognitivo que ha sido documentado repetida- mente en la literatura científica, cabe señalar que este costo no parece reflejarse directamente en el aprendizaje. Incluso, es bien sabido que, además de los procesos de traducción explíci- tos, las personas multilingües también llevan a cabo proce- sos de traducción implícitos y aparentemente automáticos, transformando las formas escri- tas o verbales de un idioma en otro(s) idioma(s) en fracciones de segundo, a menudo sin dar- se cuenta de esta acción. Teniendo en cuenta que el cos- to cognitivo de la comprensión y producción en más de un idioma no parece impactar ne- gativamente en los procesos educativos, y que el cerebro multilingüe realiza automática- mente malabarismos lingüísti- cos entre idiomas, sería posi- ble que la inclusión de lenguas nativas en contextos que hasta ahora eran exclusivos de idio- mas extranjeros pudiera ayudar a disipar la diglosia emocional. Por tanto, en resumen, es ne- cesario promover el uso de la lengua materna en contextos de lenguas extranjeras como herramienta pedagógica y psi- cológica. Cuando se ha enfrentado por primera vez a propuestas de este tipo, una parte de la co- munidad educativa se ha mos- trado reacia a aceptarlas, bajo la premisa incorrecta de que la mezcla de idiomas en el aula podría conducir a un aprendi- zaje empobrecido, ya sea de menor calidad o menos dura- dero. En los últimos años, diferentes equipos de investigación han estado intentando demostrar que estos postulados reticen- tes a la mezcla de idiomas ca- recen de base científica, y un número creciente de estudios están destacando el error de la norma de “una asignatura-un idioma” que ha prevalecido en los sistemas educativos multi- lingües. El fin de un mito Afortunadamente, el mito aso- ciado a las consecuencias negativas del verdadero multi- lingüismo en el aula se ha ido desmantelando lentamente. Los estudios demuestran que el aprendizaje no se ve impe- dido de ninguna manera por el uso de varios lenguajes vehicu- lares. De esta forma, se hace evidente que el rechazo a la mezcla de lenguas carece de sustento científico y, en ausen- cia de efectos negativos o dañi- nos, solo quedan los aspectos positivos del uso simultáneo de dos lenguas, lo cual permite a los estudiantes bilingües utili- zar sus dos lenguas de forma natural. En mi opinión, se debe fomen- tar e implementar la mezcla de lenguas como método para acabar con situaciones de di- glosia emocional y educativa, aprovechando los diferentes idiomas hablados por una per- sona multilingüe como herra- mienta psicopedagógica. L os estudios demuestran que el aprendizaje no se ve impedido de ninguna manera por el uso de varios lenguajes vehiculares

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