Nuestra NEBRIJA 36 - enero 2021

En el microcosmos esto es factible, ahí ocurre. Pero cuando tienes un ordenador cuántico, es muy complicado. Es pues un problema tecnológico. Se ha puesto de moda porque las grandes empresas tecnológicas están invirtiendo parte de la cantidad ingente de dinero que poseen en la investigación de estos temas. La computación cuántica puede llevar también a nuevos problemas, como toda nueva tecnología, y alguien los tendrá que resolver. Así, es capaz de des- cifrar las claves que usamos para enviar mensajes por internet. Estos están codificados y la computa- ción cuántica permite descubrir el código. Y esta es otra razón por la que se investiga, para descubrir los problemas y encontrar las soluciones antes de que sean aprovechados por actores deshonestos. En Nebrija estamos a punto de inaugurar un Máster en Computación Cuántica. ¿Qué futuro le augura a esta disciplina que tiene tantos retos por delante? Es una disciplina que una universidad moderna y con visión de futuro debe tener. Los resultados llevarán tiempo, no serán inmediatos, pero como consecuencia de los estudios en este campo se re- solverán muchos retos de inteligencia artificial, por ejemplo. Usted ha tenido la rara experiencia de crear la primera universidad de un país, Luxemburgo… Sí, me decidí en 24 horas. Mi mujer y yo nos plantamos aquí (en Luxemburgo) en 2005 y fui rec- tor durante 10 años. Fue una experiencia absoluta- mente única, porque la universidad no existía, era un país sin universidad, y cuando me marché esta- ba en el puesto 170 de las mejores del mundo. Tuve suerte porque el gobierno me ayudó mu- chísimo. Tuvimos un enfrentamiento inicial, se solucionó, y a partir de ahí se financió todo lo necesario. Fueron condiciones muy únicas, debido a que este es un país rico y era su pri- mera universidad. Todo funcionó muy bien. Conseguí contratar a gente muy competente, que es uno de los secretos de una buena uni- versidad, y pude decidir muy bien porque es una universidad pública, pero de derecho pri- vado, lo cual permitió aprovechar las ventajas de ambos marcos legales. En cuanto a la educación, estoy convencido de que un buen profesor no solo debe transmitir co- nocimientos, sino que debe también formar y tratar otros temas. En los últimos momentos de la clase, si es preciso. “Vamos a hablar de lo que significa, por ejemplo, la pérdida de hielo en Groenlandia.” Es importante que el alumno forje opiniones fundadas y que haya aprendido a escuchar. Y lo más difícil, que aprenda a escuchar opiniones que no le gustan. En esto fallamos todos, yo también. Cuando uno es- cucha algo con lo que está en desacuerdo tiene la tentación de desconectar. Pero esto no nos permite avanzar, porque podemos estar equivocados, nadie posee la verdad absoluta, que además no existe. Usted ha reflexionado sobre la decisión en su libro El placer de decidir . Decidir, ¿es siempre un privilegio? ¿Puede llegar a ser una condena? Para mucha gente es una cruz. Mucha gente pre- fiere no decidir nada, porque hay que entender para poder decidir bien. Pero si alguien tiene la suerte de poder decidir, y de poder hacerlo bien, es un pri- vilegio. Yo he disfrutado mucho decidiendo. He te- nido el privilegio de poder analizar adecuadamente las situaciones. Ante una decisión mi primera reac- ción es intuitiva, luego hago un análisis científico y a continuación vuelvo a la intuición, ya educada por el análisis. Si tú no decides nada, tu vida está determinada por agentes externos a tu voluntad, tu vida no es tuya, eres como un robot. Una vida satisfactoria de un ser humano debería ser una vida de decisiones, basada en la libertad de hacer una cosa u otra. ¿Cuál es la gran asignatura pendiente de la ciencia? Los problemas que hoy parecen fundamentales se resuelven, si tenemos la voluntad, en unos años. El único desafío que quedará durante muchos años es el problema del cambio climático, que ya no se puede resolver satisfactoriamente. Se puede miti- gar, aunque habrá situaciones catastróficas, pero se puede evitar que sea una catástrofe total. Es un problema a largo plazo y con él tendremos que vi- vir. Los demás aparecerán y se resolverán, pero este quedará. “Si tú no decides nada, tu vida está determinada por agentes externos a tu voluntad, tu vida no es tuya, eres como un robot” 11 Nuestra Nebrija

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