Nuestra NEBRIJA 36 - enero 2021

¿Cómo llega a la física, hay una vocación clara? En la vida el azar siempre juega un pa- pel que es más importante de lo que la gente suele creer. Tenemos tendencia a creer que nosotros decidimos mucho. Y sí, decidimos algo. Pero la verdad es que el azar siempre juega un papel. Con 10 o 12 años quería ser político. Fi- nalmente escogí física porque me interesaba y se podía estudiar en Valencia en aquel mo- mento. ¿De su larga y rica trayectoria, qué aprendizaje le parece más importante? El conocimiento científico es para mí completamente esencial. Hay una frase que me ha marcado, de madame Curie: Dans la vie, rien n’est à craindre, tout est à compren- dre . No hay que temer nada, solo hay que en- tender. Sobre la covid-19, por ejemplo, en- tender supone reconocer lo que actualmente no sabemos. El conocimiento científico es también saber que no se sabe. Hay mucha gente que sabe mucho y hay que ser modesto. Estoy muy a favor de com- partir. Hay muchos investigadores que pre- fieren no compartir porque piensan que les quitarán sus ideas. Esta apropiación desho- nesta de mis propias ideas me ha ocurrido solo un par de veces, entre un centenar de artículos. Y finalmente no eran las mejores ideas. Uno aprende mucho más y disfruta mucho más compartiendo. El conocimiento profundo de la física, el conocimiento superior a la media, ¿ayuda o dificulta a entenderse con otras personas? Creo que ayuda porque nos lleva a enten- der que se puede aprender mucho incluso de personas que saben menos que uno, pero que saben otras cosas, o que ven las cosas de forma distinta. Cuando era catedrático daba ocasionalmente conferencias de física en los institutos y siempre aprendía algo. Siem- pre había algún alumno que me hacía algu- na pregunta que me obligaba a reflexionar y que me hacía darme cuenta de que había algo que no había acabado de entender en su totalidad. Uno siempre aprende. Si escucha, claro. Hay que saber escuchar. El mundo es demasiado complejo como para tener una sola visión. Alumno modelo, investigador multipremiado, catedrático, decano y vicerrector en la Universidad de Barcelona y finalmente rector de la Universidad de Luxemburgo entre 2005 y 2014. Rolf Tarrach (Valencia, 1948) lo ha sido todo en el ámbito universitario y en todo ha brillado. Sus méritos y su interés por la res publica le han llevado también a asesorar en materia de política científica a gobiernos como el francés, el español, el bávaro y el catalán o a dirigir el CSIC entre 2000 y 2003. En 2015 fue nombrado presidente de la Asociación Europea de Universidades y desde el año 2020 forma parte del Consejo Rector de la Universidad Nebrija. “Ahora hago vida de académico investigador jubilado”, asegura, en un momento en el que compagina algunas actividades de evaluación académica con la lectura, jugar al ajedrez, escribir o pasear. “Yo no puedo hacer algo si no me gusta. Es una cuestión de voluntad, cuando hago algo, me meto completamente en ello y me gusta”. 8 Nuestra Nebrija ENTREVISTA

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