Nuestra NEBRIJA 37 ABR 2021_v04_OK

plataforma digital que se nutra exclusivamente de artistas cuali- ficados. Además, tampoco existen espacios completamente gratui- tos: si quieres visibilidad, la pa- gas, así que encima de no ganar dinero, lo gastas con la esperanza de que algún día alguien te vea y te contrate. Laborart ayudará a que los artistas puedan vivir dig- namente del ejercicio de su pro- fesión. ¿Cómo surgió la idea de Laborart? ¿En qué te inspiraste? La idea se me ocurrió en la fase cero de la desescalada del confinamiento de 2020. Estaba bastante desmotivada: iba a ter- minar la carrera de Artes Escé- nicas y el futuro se avistaba muy negro. Se vaticinaba que el sector cultural sería uno de los más da- ñados por la pandemia. Y así ha sido. Durante uno de los paseos con mi hermana -que también es actriz- empezamos a fabular con lo maravilloso que sería que existiera una red social justa, que nos facilitara a los artistas encon- trar trabajo. Y digo justa porque estamos cansados del intrusismo laboral, de que primen los likes a la calidad del trabajo. En este espacio solo tendrían cabida los artistas cualificados. Comencé a dar forma a esta idea para utilizarla para un traba- jo de una asignatura de la carrera y, con el paso de los días, me per- caté de que había creado sobre el papel un concepto de red social bastante complejo y detallado. Sin embargo, al entregar el traba- jo bajé el telón de mi proyecto. ¿Cómo surgió la iniciativa para poner en marcha el proyecto? Al comenzar el último curso del doble grado empecé a contac- tar con agencias de actores para intentar encontrar trabajo “de lo mío”. Las reiteradas negativas me ratificaban en mi pesimismo, pero un día, del modo más ab- surdo, todo cambió. Encontré un anun- cio en el que la Junta de Castilla y León ofertaba un curso gratuito para jóvenes emprendedores de Portugal y Castilla y León. Casualmente, mi madre compartió conmi- go el mismo anuncio, de modo que decidí apuntarme. El objetivo del curso era, a lo largo de los meses de formación, pre- pararnos para dar forma a una idea de emprendimiento que des- pués competiría con las del resto de participantes. Empecé bastante escéptica, pero, poco a poco, el contenido del curso me fue encandilando hasta que decidí que yo también podría presentar al concurso un planteamiento de negocio. Res- caté la idea perfilada en el confi- namiento y la transformé en una propuesta bastante factible. En- vié mi proyecto y a la semana si- guiente me comunicaron que era una de las ocho personas finalis- tas. Era consciente de que había trabajado bastante y de que había tratado de competir al mayor ni- vel que me podía permitir, pero lo cierto es que no esperaba que mi proyecto fuera a ser uno de los escogidos. Participaban más de doscientas personas y yo sentía que solo era una actriz intentan- do ser emprendedora. Finalmente, tuve que defen- der mi idea en un pitch ante un jurado profesional. Ahí saqué todas mis dotes de actriz y traté de vender el proyecto lo mejor posible. Quedé contenta con la exposición y más aún cuando me dijeron que era una de las tres ga- nadoras del programa Emprende Joven. Fue entonces cuando me di cuenta realmente de que tal vez merecía la pena llevar la idea a cabo. Estaba dispuesta a buscar financiación. ¿En qué punto del desarrollo se encuentra Laborart? Laborart sigue siendo una idea que tan solo existe en el pa- pel, pues estoy estudiando los distintos medios para obtener la financiación necesaria. El pasado marzo, la Junta nos invitó a los ganadores a una ruta por el ecosistema empresarial de Castilla y León. Allí pude cono- cer a grandes empresarios que nos ofrecieron su ayuda. Por el momento, he decidido seguir los consejos de la directora del Insti- tuto de la Juventud de Castilla y León, que nos sugirió participar en un programa de microcréditos a jóvenes emprendedores. A final de año sabré si me conceden o no la ayuda. ¿Qué supone para ti que el proyecto haya sido premiado? El hecho de que un jurado profesional haya premiado mi proyecto es una enorme alegría que, sin duda, me ha ayudado a recuperar la motivación que creía perdida. Este reconocimiento me ha ayudado a valorar mis pro- pias ideas, a creer en ellas más allá de los trabajos académicos y, sobre todo, me ha aportado la energía para tratar de ponerlas en marcha. Ahora me siento con ganas, con entusiasmo por poder desarrollar este y otros proyectos que tengo en mente. Porque he entendido que, después del final de la etapa universitaria, no está el abismo, sino un mundo de po- sibilidades. “Hasta la fecha, en España no se ha creado ninguna plataforma digital que se nutra exclusivamente de artistas cualificados” 39 Nuestra Nebrija

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