Nuestra NEBRIJA 37 ABR 2021_v04_OK

cierre de las escuelas ha mermado las expectativas laborales de niños y niñas en todo el mundo, siendo este un fenómeno que, si bien se ha agudizado en los países en desarrollo, no ha sido exclusivo de este grupo de naciones. De hecho, se calcula que, en todo el mundo, 1.500 millones de niños y niñas han visto interrumpido, en mayor o menor medida, su natu- ral proceso de aprendi- zaje, pudiendo suponer un decrecimiento del PIB mundial de hasta el 10%, si tenemos en cuenta que estos efectos pueden llegar a durar décadas. El impacto de la bre- cha tecnológica se hace más patente que nunca en las actuales circuns- tancias. Mientras que los países desarrollados lograban desempeñar un cierto nivel de ac- tividad gracias a la co- nectividad a internet, la carencia de infraestructura digital (además de la naturaleza de las propias acti- vidades económicas de mayor calado) ha imposibi- litado la prestación continua de servicios esenciales en los menos desarrollados. Además, la pérdida de puestos de trabajo y la reducción en el nivel de renta disminuye, también, el nivel de ahorro para acome- ter las inversiones necesarias, además de generar menos recursos vía impuestos para el sector público (aumentando, al mismo tiempo, la carga de la deu- da aludida anteriormente). Y, en última instancia, el insuficiente acceso a las vacunas contra la covid-19 va a significar el autén- tico lastre para definir un nuevo punto de inflexión que restituya la convergencia económica. La táctica miope del “sálvese quien pueda” que ha desencade- nado desavenencias incluso entre las naciones más desarrolladas del orbe está marginando respecto a la inmunización a los países más pobres. Según da- tos de la OMS, de los 455 millones de dosis admi- nistrados hasta la fecha, tan solo el 0,1% ha tenido lugar en alguno de los 29 países con menor nivel de ingresos del mundo. Así, más allá de consideracio- nes éticas, el error de fallar en la estrategia de vacu- nación global tendría un coste inasumible no solo en pérdidas humanas. Sin duda, la mejor prueba de la falsa disyuntiva entre salud o economía radica en la convicción de que la vacuna es la principal arma para combatir no solo la crisis sanitaria, sino tam- bién la económica. boys and girls around the world, this being a phenomenon that, although it has worsened in developing countries, has not been exclusive to this group of nations. In fact, it is estimated that, worldwide, 1.5 billion children have seen their natural learning process interrupted, to a greater or lesser extent, which could lead to a decrease in world GDP of up to 10%, if we consider that these effects can last decades. The impact of the technology gap is more evident than ever in the current circumstances. While developed countries managed to carry out a certain level of activity thanks to internet connectivity, the lack of digital infrastructures (in addition to the nature of the larger economic activities themselves) has made it impossible to continuously provide essential services in the less developed countries. In addition, the loss of jobs and the reduction in the level of income also reduces the level of savings for making the necessary investments, in addition to generating fewer resources through taxes for the public sector (increasing, at the same time, the burden of the aforementioned debt). And, ultimately, insufficient access to COVID-19 vaccines will be the real burden on defining a new turning point that restores economic convergence. The short-sighted tactic of “every man for himself” that has sparked disagreements even among the world’s most developed nations is marginalizing the poorest countries with respect to immunization. According to WHO data, of the 455 million doses administered to date, only 0.1% have taken place in one of the 29 countries with the lowest income level in the world. Thus, beyond ethical considerations, the error of failing in the global vaccination strategy would have an unaffordable cost not just in human losses. Undoubtedly, the best proof of the false dilemma between health and the economy lies in the conviction that the vaccine is the main weapon in combating not only the health crisis, but also the economic one . La vacuna es la principal arma para combatir no solo la crisis sanitaria, sino también la económica The vaccine is the main weapon in combating not only the health crisis, but also the economic one 47 Nuestra Nebrija

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