Nuestra NEBRIJA 38- julio 2021

el equipo de administración y servicios al patronato o las empresas colaboradoras. Todos habían puesto su granito de arena -y la mejor de sus intenciones- en que ‘la puerta’ de Nebrija se abriera. Frases como la de Marta Perlado, decana de nuestra Facultad, en la entrevista grupal con los nueve compañeros que más años de trayectoria profesional acumulan en la Universidad, se nos quedaron grabadas: “Te esforzabas y esfuerzas tan- to porque consideras tuyo el proyecto”. “Eres parte de algo”, apuntaba en el encuentro Ángeles Sayago. Belén Moreno, fundadora de la Universidad jun- to a Manuel Villa-Cellino y creadora del Centro de Estudios Hispánicos, germen de Nebrija, dice emo- cionada en el documental: “Era una odisea que se hizo realidad”. Y a ello, Begoña Macaya, la primera directora de la Secretaría General de Cursos y vital en el arranque y desarrollo de la institución, sumó que todo había sido posible con “ilusión y esfuerzo”. Al fin y al cabo, “la ilusión de muchas vidas”, como explica siempre el presidente del Consejo Rector. Por otro lado, los alumnos concebían el título La Llave como un homenaje en sí mismo a la propia institución que les ha formado y los ha visto crecer. Nebrija es la llave a su futuro profesional, a su desa- rrollo académico, a su edad adulta. Nebrija ha sido un canal de apertura a un nuevo escenario vital, en el que como tantas veces ha indicado Antonio Ga- rrigues, presidente de honor del Patronato en las ceremonias de graduación, “tienen que demostrar lo mejor de sí mismos, todo lo que han aprendido, tienen que ir a por todas”. Como Facultad, como Departamento, este pro- yecto también nos ha unido -más si cabe-. Nos he- mos contagiado de la ilusión desbordante de los primeros compañeros de la organización y redes- cubierto el empuje de las nuevas generaciones; nos hemos emocionado con las palabras de agradeci- miento de los alumnos actuales y de los que ya ini- ciaron su andadura profesional. Nos hemos llenado de orgullo al recordar cómo Nebrija fue pionera en muchos campos, precursora de la legalización de las universidades privadas en España, promotora de las prácticas en empresa, de la metodo- logía activa de enseñanza o de la experiencia internacional. Nos hemos sentido identifi- cados con los que cuentan en el documental que en Nebrija “puedes ver amanecer” y que “el trabajo va de casa al campus y del campus a casa”. Nebrija es intensa, pero, al mismo tiempo, apasionante. “Nebrija es especial”, apunta en el metraje Juan Cayón. Pues bien, sin la pasión -y valentía- de nuestros nueve alumnos protagonistas, nada hubiera sido posible: Andy Tavárez, director y editor; Valeria Álvarez, productora; Paula Mayo, redactora; Ana García-Valdecasas, directora de fo- Nos hemos contagiado de la ilusión desbordante de los primeros compañeros de la organización CRÓNICA 14 Nuestra Nebrija

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