Nuestra NEBRIJA 38- julio 2021

Sin moralejas forzadas La implementación de esta metodología en las aulas y el pla- cer de ver una obra de teatro for- man parte también del viaje vital de la egresada Ana Martínez Gar- cía, defensora del juego escénico en los escolares. “Para ellos –su- giere– el teatro es una forma más de expresión, que además de pro- porcionarles disfrute, les ofrece un amplio abanico de recursos que les ayudarán en su día a día. Y todo ello sin necesidad de que el teatro se instrumentalice para ofrecer enseñanzas o moralejas forzadas y carentes de naturalidad”. Mencía Barroso, que estudió el Grado de Infantil en la Univer- sidad Nebrija, califica el teatro como una herramienta de ex- presión, diversión y desarrollo, “que abre la puerta a múltiples lugares, personajes, vivencias y emociones” para que “el especta- dor vuele desde su butaca al esce- nario”. Ahí, los niños, “un motor de imaginación”, que despliegan emociones ante una obra, “serán pequeños espectadores en los que ha germinado la magia del teatro, y volverán a reencontrarse con él” en el presente y en el futuro. Otra de las colaboradoras de la revista digital y que sigue formán- dose en los programas de Máster en Nebrija es Andrea González García. Su mejor recuerdo de la infancia la lleva a cuando actua- ba en el teatro del colegio: “Esos días sentía nervios, emoción, un poco de miedo y mucha felicidad. Recuerdo al público, todas las madres y los padres con cámaras y móviles grabando, el sonido de los flashes y alguna que otra tos”. Bajo esos días de esfuerzo en los ensayos, de preparación del decorado y del vestuario, todos “nos sentíamos parte de algo más grande que nosotros mismos”. Entre “trocitos de responsabili- dad” se sentían protagonistas. “Aquí reside el poder del teatro… el teatro es emoción, es empati- zar, es salirse de uno mismo. Nos da la oportunidad de ser felices y no hay nada más importante en la niñez que ser felices y disfrutar aprendiendo”. Soñar, pensar… Con este bagaje emocional y esta materia prima profesional, los integrantes de El pequeño es- pectador llevan a sus lectores por caminos expeditos, por apuestas seguras donde celebrar el tea- tro en familia y con amigos. Eva Llergo no oculta que corren tiem- pos complicados para la cultura presencial, pero anima a todos a acercarse a los espectáculos tea- trales, fuentes directas de huma- nidad y energía, que rezuman se- guridad –de los últimos datos se desprende que los contagios no se producen en las salas de teatro ni de cine-. La covid-19 ha trastoca- do nuestros hábitos y nuestra ma- nera de percibir el mundo y co- nectar con nuestros semejantes, esto es indudable, pero también ha demostrado la capacidad de la cultura para darnos alas y moti- vos para combatir la soledad, la tristeza y otros males. El casco de minero de El pequeño espectador alumbra la mina y nos conduce a las mejores vetas. En la consulta de esta página digital de referencia está la clave para alimentar nuestro espíritu sin dejar de aprovisionar el estó- mago ni otras circunstancias hu- manas vitales, claro está. “Soñar, pensar, evadirnos o debatir son actividades tan necesarias como respirar, y el teatro nos las pro- picia de manera natural. Conec- temos con el teatro para conectar con nosotros mismos. Es la única manera de seguir creciendo, pe- queños y grandes espectadores”. El último aviso para navegantes es de Eva Llergo. Entre el abanico de colaboradores hay alumnos y egresados de la Universidad Nebrija Eva Llergo: “El teatro es un recurso inagotable para el desarrollo de la inteligencia y del pensamiento crítico” Andrea González: “No hay nada más importante en la niñez que ser felices y disfrutar aprendiendo” Paula Fernández: “Con el montaje de obras se logra desarrollar y reforzar la creatividad, la expresividad o la memoria” 19 Nuestra Nebrija

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