Nuestra NEBRIJA 38- julio 2021

La cooperación con los países de origen y de tránsito está en el centro de la gestión migratoria en el Mediterráneo. De modo particular, los países de primera línea, y por tanto la Unión al completo, dependen en gran medida de los acuerdos bilatera- les, que han convertido a países como Marruecos, Turquía o Libia en los guardianes de las fronteras europeas. Sin embargo, esta co- laboración se ha traducido en la creación de ‘Estados-tapón’ en la orilla sur del Mediterrá- neo y plantea varias cuestiones respecto a su legalidad e incluso operatividad. Connivencia con regímenes autoritarios En primer lugar, se refuerza la connivencia de la UE con re- gímenes autoritarios o de dudo- sa calidad democrática, conoci- dos por su menosprecio por los derechos humanos de sus ciu- dadanos o de los extranjeros que residen o transitan por sus territorios. Estos estados se benefician de la dependencia europea en cuestión migratoria y usan estos flujos como moneda de cambio para lograr ayudas euro- peas, acuerdos comerciales ventajosos o apoyo a sus intereses en política exterior. Anulación de la protección internacional En segundo lugar, al convertir estos países en los policías de la frontera sur, a través del desarrollo de una vigilancia prefronteriza, se evita la aplicación de la protección europea proporcionada por la fron- tera, ya que los países que ejercen el control no es- tán cubiertos por la legislación europea. Además, al desplazar la frontera fuera de la UE, en un proceso preventivo, el migrante de inmediato se califica como ‘irregular’, aun antes de cruzar la frontera. Esto ignora las idiosincrasias del proceso migratorio y el hecho de que entre estos migrantes se pueden encontrar solicitantes de asilo, refugia- dos, poniendo en duda la aplicación del principio de la protección internacional. En suma, esta externalización de la frontera eu- ropea cuestiona la garantía de los principios euro- peos y del derecho internacional. La profundización del pacto europeo de migra- ción y asilo debe contemplar un énfasis mayor en un marco de protección con estándares europeos que eleve el modelo de gestión migratoria vigente hasta hoy. Connivance with authoritarian regimes In the first place, the EU’s connivance with authoritarian regimes, or regimes of dubious democratic quality, known for their disregard for the human rights of their citizens or foreigners who reside or transit through their territories, is reinforced. These States benefit from European dependence on migration issues and use these flows as a bargaining chip in order to achieve European aid, advantageous trade agreements and support for their interests in foreign policy. Cancellation of international protection Second, by turning these countries into the southern border police, in carrying out pre- border surveillance, they avoid the application of the European protection provided by the border, since the countries that exercise control are not covered by European legislation. Furthermore, by moving the border out of the EU, in a preventive process, migrants are immediately classified as ‘irregular’, even before they even cross the border. This ignores the idiosyncrasies of the migration process and the fact that among these migrants one can find asylum seekers and refugees, which casts doubts on the application of the principle of international protection. In short, this externalization of the European border calls into question the guarantee of European principles and international law. The detailing of the European migration and asylum agreement should consider a greater emphasis on a protection framework with European standards to improve the current migration management model. La utilización de las migraciones como arma de política exterior es consecuencia de la externalización de las fronteras de la Unión Europea The use of migration as a foreign policy weapon is a consequence of the externalization of European Union borders 35 Nuestra Nebrija

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