NUESTRA NEBRIJA - Abril 2022

Muchas gracias por vuestro premio. Me hace doble ilusión por- que me lo habéis dado vosotros, los estudian- tes, que sois el futuro de nuestra profesión y porque me lo da la Universi- dad Nebrija en el V Centenario del gran escritor, a mí, que he sido y sigo siendo redactor publicitario. Habéis escogido una profesión maravillosa en la que un día estás con los profesionales de un banco y aprendes de ellos, al día siguiente con los profe- sionales de la alimentación o las bebidas, el otro, con un fabricante de coches y así vas aprendiendo de todos ellos. Basta ser un buen oyente y aprender de los que saben mucho de un mercado, cuando no- sotros sabemos un poco de muchos mercados. Conocí hace muchos años al fundador de la pri- mera empresa de perfumería española y una de las primeras del mundo, Antonio Puig, abuelo del actual presidente. Solía decir que la vida tiene cuatro etapas: 1. Aprender 2. Hacer 3. Enseñar a hacer 4. Dejar hacer Muchos de vosotros estáis completando, con éxi- to, la primera: aprender, aunque yo pienso que hay que seguir aprendiendo toda la vida. Pero a partir de ahora hay que empezar a hacer, y eso es más di- fícil que aprender. Conseguir un buen trabajo ha de ser, ahora, vuestro objetivo prioritario y para ello, además de vuestros conocimientos, hace falta la ac- titud adecuada. Yo habré realizado más de mil entrevistas con jó- venes y os voy a contar el secreto de lo que siempre he valorado: Prefiero los modestos a los pedantes. Los simpáticos a los antipáticos. Los serios a los alocados. Prefiero los alegres a los tristes. Los optimistas a los pesimistas. Los sonrientes a los malcarados. Los atentos a los maleducados. Prefiero los que tienen sentido del humor a los que no lo tienen. Los que cuidan su presencia a los descuidados. Los que prometen poco y cumplen a los que prome- ten mucho e incumplen. Los altruistas a los egoístas. Los generosos con los demás a los trepas. Los que saben compartir sus éxitos a los que los quieren para ellos solos. Los que se preparan a los que improvisan. Prefiero los que arriesgan a los que no son capaces de tomar el más mínimo riesgo. Los que madrugan a los que trasnochan. Los capaces de hacer equipo a los solitarios. Los que disfrutan trabajando a los que sufren tra- bajando. Prefiero los que saben divertirse a los que se abu- rren siempre. Los que cuidan su salud a los que queman su salud. Los que hacen deporte a los sedentarios. Los que buscan crecer a los que prefieren enrique- cerse. Prefiero los que piensan a largo plazo a los resulta- distas a corto plazo. Los respetuosos a los irreverentes. Los responsables a los irresponsables. Prefiero los creativos a los burócratas. Los despiertos a los dormidos. Los activos a los pasivos. Los que se avanzan a lo que les vas a pedir, a los que sólo hacen lo que les pides. Prefiero los que buscan soluciones a los que sólo en- cuentran problemas. Los que saben usar su cabeza y su corazón a los que sólo usan su razón. Los que ponen el alma en su trabajo a los que sólo ponen su talento. Los que viven lo que hacen a los vividores de lo que hacen. Prefiero los que ayudan siempre a los que siempre piden ayuda. Los educados a los impertinentes. Los que saben decir que no, a los que siempre dicen que sí. Los sinceros a los falsos. Los que siempre están dispuestos a los que siempre están ocupados. Prefiero los que saben escuchar a los que siempre hablan. Los que defienden su punto de vista a los que callan. En definitiva, prefiero los que tienen una buena actitud a los que no la tienen. ¡Mucha suerte en vuestras vidas! 23 Nuestra Nebrija

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