NUESTRA NEBRIJA - Abril 2022

la Universidad Nebrija que no sea negativa, que se diga a sí misma ‘lo voy a lograr’, todas las veces que haga falta. Si empiezan diciendo que es muy difícil y que es imposible encontrar un puesto, no lo logra- rán. El que vale, llega, antes o después. Lo creo fir- memente. Por lo tanto, lo tienen que intentar todos con todas sus fuerzas. Y si se quedan por el camino haciendo otras cosas, tampoco estará mal. Todos no podemos entrar, eso está claro. ¿Qué es para usted recibir un premio como Nipho? Este concretamente me emociona profunda- mente. Me han dado muchos premios en mi vida y los agradezco, pero no me emocionan tanto. Las co- sas que dijeron los alumnos en la gala, el vídeo que me hicieron, es tal reconocimiento de amor que me llegó al alma. ¿Por qué son necesarios los estudios de Periodismo, ante el eterno debate de que esto es un oficio y se aprende ejerciéndolo? Cuando empezaron los estudios de Periodismo, yo creí que no eran necesarios. Consideré que era una barbaridad hacer una Escuela de Periodismo cuando en realidad, como pasaba en Inglaterra, tú hacías otra carrera y luego eran las redacciones las que te daban el título correspondiente. Pero, dado el número de gente que hay, y la cantidad de cosas que hay que aprender, ahora creo que sí son necesarios. Y además lo comprobé en la gala Nipho. Hace falta que salgan de la Universidad siendo personas cultas, preparadas, que hayan leído y lo sigan haciendo. Pidió que nadie vistiera de amarillo en la gala de entrega de los premios y que se dijera que era la edición de Nipho “doce más uno”. ¿Por qué es tan supersticiosa? Por culpa de Ángel Nieto. Me lo metió en las ve- nas, el doce más uno, el amarillo y más cosas. De todos modos, ya no lo soy tanto. Poco a poco me las voy quitando. Pero el doce más uno me está costan- do mucho, quizá porque me acuerdo de él. En sus redes ha confesado su amor platónico por William Levy. ¿Qué le provoca este actor de origen cubano? De casualidad di con una serie de título horroro- so ( Café con aroma de mujer ). Tiene 88 capítulos, pero para mí no es solo un culebrón, es algo más. Vi al protagonista y me quedé sin habla. Empecé a buscar en Google quién era, de dónde venía, qué ha- bía hecho, todo sobre él. En Instagram hablé de él, como que me había enamorado. Entonces comenza- ron a responderme mujeres para contarme que les había pasado lo mismo. Y él nos contestó diciendo que venía a España y que la primera entrevista (al- guien le debió de decir que yo era periodista) me la daría a mí. Pero no sé más. En todo caso me provoca una cosa que me parece muy importante y que es lo que sucedía antes con los actores: la fantasía. La sensación de que te entusiasma, que le ves el perfil, de frente y espalda y te gusta; que actúa y es un ac- tor buenísimo. ¡No me había pasado nunca con un actor y ha tenido que ser a los 71 años! “Soy heterodoxa con esto, pero creo que el periodismo no ha cambiado tanto” 31 Nuestra Nebrija

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