Nuestra NEBRIJA 42 - Julio 2022

mo, libremente, a la manera de un buen pintor o un hábil escultor, remates tu propia forma”. A esa tarea de “rematar la propia forma”, de enriquecer el conocimiento de sus alumnos, dedi- có Nebrija su vida. De hecho, su temprano interés por la lengua latina se basó en un afán de conoci- miento, pues el latín era, sobre todo, la llave para acceder al saber del mundo antiguo. Y con el fin de compartir esa llave con los estudiantes escribió el tratado que más fama, y dinero, le proporcionaría de entre toda su extensa producción: las Introduc- tiones latinae , un librito de texto para el aprendi- zaje de esta lengua que se reeditó alrededor de un centenar de veces en vida de Nebrija, y que se man- tuvo vigente hasta el siglo XIX. Todos los saberes ne- cesarios para la educación de las personas le eran propios y su preocupación por la buena educación se extendió a la formación de las personas —incluyendo a las mujeres— de su tiem- po. No está de más recor- dar que en la dedicatoria de la versión bilingüe la- tín-español de este ma- nual básico, dirigida a la reina Isabel –y que Fran- cisco Rico definió como un “prólogo al Renaci- miento español”–, Nebrija declaró que su propó- sito era facilitar a las monjas el conocimiento de la lengua latina. El mismo interés pedagógico inspiró la Gra- mática , cuyo último capítulo está dedicado a “los que de extraña lengua querrán deprender”, es de- cir, al aprendizaje de la lengua española para ex- tranjeros. Mens sana in corpore sano Nebrija plasmó algunas de sus ideas sobre edu- cación en una obra monográfica, De liberis edu- candis libellus , publicada en 1509. Un texto cuya influencia se percibe en otro importante tratado de la época, De disciplinis ( De las disciplinas ), del gran humanista, filósofo y pedagogo español Juan of heaven nor of earth, neither mortal nor immortal, in order that you may, as the free and proud shaper of your own being, fashion yourself in the form you may prefer.” Nebrija dedicated his life to this task of “fashioning oneself”, of enriching the knowledge of his students. In fact, his early interest in the Latin language was based on a desire for knowledge, since Latin was, above all, the key to access the knowledge of the ancient world. And in order to share that key with his students, he wrote the treatise that would bring him the most fame, and money, among all his extensive work: the Introductiones latinae , a textbook for learning that language, and that was reissued approximately a hundred times during Nebrija’s lifetime, and which remained valid until the 19th century. All the knowledge necessary for people’s education was his own, and his concern for good education extended to the instruction of people — including women— of his time. It is worth remembering that in the dedication of the bilingual Latin-Spanish version of this basic manual, addressed to Queen Isabella –and which Francisco Rico defined as a “prologue to the Spanish Renaissance”–, Nebrija declared that its purpose was to facilitate the knowledge of the Latin language to nuns. That same pedagogical interest inspired his Grammar, whose last chapter is dedicated to “those who wish to learn a foreign language”, that is, to foreigners learning Spanish. Mens sana in corpore sano Nebrija reflected some of his ideas on education in a monographic work, De liberis educandis libellus , published in 1509. A text whose influence can be seen in another important treatise of the time, De disciplinis (On Disciplines), by the great Spanish humanist, philosopher and Nebrija fue, ante todo, un educador, un investigador y uno de los mejores representantes del humanismo en la España de su tiempo Nebrija was, above all, an educator, a researcher and one of the best representatives of humanism in the Spain of his time 27 Nuestra Nebrija

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