Nuestra NEBRIJA 44 - Enero 2023

la formación técnica, sino también el desarrollo de competencias y habilida- des personales ( soft-skills ) como el pensamiento crí- tico o la inteligencia emo- cional. La segunda implica un reciclaje profesional de la plantilla que permita a los empleados formarse en nuevas tecnologías, con el objetivo de adaptarse a las nuevas funciones y modos de trabajo. No depende únicamente de la empresa o sector en concreto que ambas estrategias funcionen, sino que deberá ser el propio trabajador el que incorpore cada conocimiento, habilidad y actitud adquirido a su área o rol profesional. Debemos tener presentes una serie de factores, circunstancias personales y contextuales que de- terminarán el nivel de empleabilidad en cada caso. Hablamos por ejemplo de elementos sociodemo- gráficos como la edad, el género, el nivel de educa- ción o el contexto económico. Hay además estudios universitarios que tienen mayor empleabilidad que otros. También cuentan las experiencias profesiona- les anteriores y que la trayectoria laboral esté acorde con la formación realizada. Son importantes tam- bién las soft skills , el comportamiento y actitud ante el trabajo en determinadas circunstancias, la mar- ca personal y el prestigio. Asimismo, cotizan la clari- dad en los objetivos, el he- cho de tener metas concre- tas realistas a corto y largo plazo, así como expectati- vas profesionales y salaria- les definidas. Y por último, es muy útil una buena red profesional de contactos en el sector de que se trate, porque evidencia un buen conocimiento del ámbito de trabajo y que se tienen recursos. Por último, no olvidemos que las empresas están en constante cambio y transformación, por lo que es responsabilidad del trabajador conocer cuál es la formación necesaria en los diferentes puestos de trabajo. Y si no se posee el concomimiento adecua- do, la empleabilidad se verá mermada. Desde la Universidad Nebrija tenemos un pro- pósito claro: fomentar la empleabilidad de nues- tro alumnado en todos y cada uno de los ámbitos a nuestro alcance. Por eso a una formación técnica de excelencia añadimos desde ya dos décadas -y en esto somos pioneros- una formación específica en todas esas competencias que escapan a un campo de cono- cimiento concreto pero que las empresas necesitan en sus trabajadores. Las empresas e instituciones deben fomentar la actualización y el aprendizaje continuo y fomentar una cultura constante de reciclaje profesional 35 Nuestra Nebrija

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