Nuestra NEBRIJA 44 - Enero 2023

ra es de fibra de carbono; o en el suelo del coche, que actualmente es de fibra de kevlar. Este redise- ño aerodinámico es muy impor- tante a altas velocidades indica, Domeque, ya que, además de re- ducir el peso del coche, “mejora su agilidad y estabilidad”. No obstante, todo este traba- jo no se ha realizado únicamen- te durante los meses previos al Dakar, sino que para algunos de los quince estudiantes que han participado en el proyec- to ha continuado también sobre las dunas de Arabia Saudí. “Han sido días de no parar”, reconocen sus protagonistas, en los que los alumnos han tenido que poner en práctica lo aprendido en las clases para garantizar que todo estuviera perfecto en el vehículo pilotado por Manolo Plaza y su hija Mónica. Trabajar como un equipo de competición real “Durante los primeros días nos levantábamos muy temprano para revisar el coche y pasar las verificaciones. Para ello, tenía- mos una lista de tareas e íbamos realizándolas según su prioridad. En mi caso, me tocó trabajar so- bre las estructuras de impacto, pero cada uno nos centrábamos en un área específica del coche”, recuerda Pablo Cid. Estas áreas se dividían a su vez en tres sec- ciones principales: datos, electri- cidad y aerodinámica. Y a cada una de ellas había asignado un grupo de alumnos encargado de detectar y subsanar sus posibles problemas. Esta metodología de trabajo es similar a la de los equipos de competición profesionales y aquí reside una de las claves del éxi- to del proyecto, según el director del Área de Ingeniería del Au- tomóvil y Mecánica de Nebrija, Sergio Corbera: “Con Nebrija To Dakar le estamos dando la opor- tunidad a gente de grado o de máster no solo de desarrollar un coche de competición, sino tam- bién de ir y ver cómo se trabaja en una prueba internacional del máximo nivel”. En este sentido, asegura que esta experiencia es muy relevan- te tanto para la formación de los alumnos, que “ven cómo funcio- nan las cosas fuera de la univer- sidad y logran que su adquisición de conocimientos se acelere mu- chísimo”; como a nivel personal. “Muchos de ellos entran en la carrera con el objetivo de ser in- genieros dentro de un equipo de competición profesional y al final esta iniciativa les está ayudando a estar más cerca de ese sueño”. La investigación universitaria, aliada en el desierto Además de la parte forma- tiva, hay otros dos pilares que sustentan el presente y el futu- ro del proyecto: el tecnológico y el deportivo. En el primero, el objetivo es poner al servicio del coche algunos de los desarrollos creados por los investigadores de la Universidad Nebrija. “Que- remos que nos vean como una universidad de primer nivel en el ámbito educativo, pero también como una fuente de desarrollo de tecnología a través de nuestros grupos de investigación”, destaca Corbera. Un buen ejemplo de ello ha sido la aplicación de la tecnología de impresión en 3D en una de las piezas del anclaje de los direccio- nadores laterales del coche. Esta pieza, impresa en 3D en acero, ha conseguido reducir un 25% el peso de su equivalente en alumi- nio. Su implementación ha sido posible gracias al trabajo conjun- to de los investigadores de Nebri- ja y de la compañía siderúrgica ArcelorMittal. El otro gran propósito reside en la parte deportiva de la inicia- tiva y pasa por poder finalizar el Dakar, algo que en esta edición no se ha conseguido por proble- mas en la transmisión del coche. “Me he quedado con una sensa- ción agridulce, ya que ir al Dakar cuesta mucho trabajo y estába- mos muy contentos con el nuevo proyecto. Pero al final las cosas no han salido tan bien como es- perábamos”, reconoce la copilo- to del coche, Mónica Plaza. Sergio Corbera asegura que “aunque no se ha conseguido acabar el Dakar, hemos apren- dido mucho por el camino y es- tamos mejor preparados para afrontar la próxima edición”. Respecto a mejoras concretas, el ingeniero de Nebrija destaca la “Nunca pensé que con 20 años pudiera estar trabajando en el Dakar” Pablo Cid, estudiante del Grado en Ingeniería del Automóvil de Nebrija “Trabajar en el Dakar era la meta de mi carrera profesional y poder conseguirlo como prácticas del máster me parece una locura” Adrián Altamira, estudiante del Máster en Ingeniería de Vehículos de Competición de Nebrija 38 Nuestra Nebrija REPORTAJE

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