Nuestra NEBRIJA 44 - Enero 2023

C uando detectaron su dolencia Santiago Lara tenía 20 años. Tras una intervención de urgencia el estudian- te cayó en un coma indefinido. Sus perspectivas de mejora eran reducidas. No obstante, logró salir de ese estado y con mucho esfuerzo recuperó la movilidad en la mayor parte de su cuerpo. Hoy sigue peleando para llevar una vida “normal”, algo impensable hace cinco años. Está decidido a continuar con su vida donde la dejó y a convertirse en un gran psicólogo. Resulta extraño pensar que un golpe en la cabeza proveniente de una pelea nocturna pueda salvarte la vida… Me dijo el médico que ya podía buscar a quien me había dado el golpe porque gracias a las pruebas que me hicieron pudieron detectar el tumor que tenía. Yo hace tiempo que creo en el destino. Mucha gente dice que es una tontería, pero si yo te cuento mi his- toria y las cosas que me han pasado, piensas que es como un guion. Son demasiadas casualidades. ¿Cómo te cambió la vida desde aquella noche? Radicalmente. Antes solo pensaba en salir de fiesta, intentar ligar, emborracharme; lo típico en un chaval de 18 años. Ahora tengo muchos proyectos y quiero ayudar a los demás. No tengo los mismos objetivos en la vida. Resaltas lo de ayudar a los demás. ¿De dónde nace ese sentimiento? Fue a raíz de salir del coma y preguntarme ¿Y ahora qué hago con mi vida? Eso me hizo reflexio- nar y pensar que mi suceso desgraciado podía llegar a ser útil. Vale que lo malo me lo he llevado yo, pero si puedo ayudar con mi historia, pues mucho mejor. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Cuando te ingresaron y te dieron los datos médicos, ¿te imaginabas que podrías llegar a estar como estás ahora? Al principio me dijeron que no había ninguna posibilidad de eliminar el tumor. Pero mi madre, estando en el hospital y siendo tan creyente como es, me decía: “Yo creo en Dios y esto nos lo están poniendo en la vida por algo. Voy a escuchar lo que nos digan, pero yo creo que va a salir bien y que vas a salir de esta”. Y no se equivocó. Un día le pregunté a mi psicóloga Nuria que cuántas posibilidades veían realmente ellos desde fuera y me dijo: “Al principio ninguna. Cuando des- pertaste del coma el porcentaje aumentó a un 5% de posibilidades”. Hubo poca gente que se volcara conmigo desde el principio y pensara que iba a salir de esta. ¿Has sufrido bullying ? Por suerte, no. Es cierto que tengo una actitud muy positiva. Para que me entiendas, cuando me in- tentan vacilar, yo intento hacerlo el doble. Es cierto que he visto gente que no se lo toma igual que yo y sí que sufren mucho, es normal. ¿Te consideras una persona feliz? Ahora mismo sí. Para mí la felicidad es irme a la cama y pensar: “Volvería a levantarme mañana, volvería a vivir”. Antes no lo pensaba. Tengo todo, solo me falta correr, pero no me hace falta porque me cansa (se ríe). Has presentado el libro Órdago a la vida , que explica tu historia. ¿Qué te ha animado a escribirlo? Fue gracias a Nuria, que me dijo que redactaba bien, que por qué no me animaba. Le escribí dos o tres hojas contando mi historia y le gustó mucho. A partir de ahí me animó a escribir más y aquí está el resultado. ¿Sigues escribiendo? Otro libro como tal, no. Tengo mis anotaciones y reflexiones, pero por el momento otro libro, no. Pero si veo que tengo algo más que contar, que pueda ser- vir a la gente, no dudes que lo haré, lo escribiré y lo publicaré. ¿Qué consejo le darías a los jóvenes de hoy en día respecto a cómo tomarse la vida? Siempre he dicho que las nuevas generaciones cada vez son peores, aunque creo que el contexto tie- ne mucho que ver. Nos lo dan todo hecho, el camino llano y fácil. Están un poco atontados, pero cuando tengan que sufrir por algo ya espabilarán. La gente puede verte y pensar “Qué chico más fuerte mental y físicamente”, pero, ¿cuánto se sufre internamente? Se sufre mucho. Ha habido gente que me ha pre- guntado si creo en la psicología positiva y les contes- to que ni mucho menos. Soy el primero que pienso que la vida da tortas de todos los colores, pero luego estás tú para decidir cómo lo interpretas. Yo decidí luchar por la felicidad. ¿Cuál es tu próximo objetivo? Tengo una amiga que sufre parálisis cerebral y apenas puede moverse. Tenemos la intención de abrir un canal de YouTube juntos o una cuenta de TikTok para contar nuestras historias, para enseñar al mundo lo que somos capaces de hacer. 43 Nuestra Nebrija

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