Nuestra NEBRIJA 44 - Enero 2023

personas que viven en una misma unidad geográfica. Nos guste o no, la política está omnipresente en nuestras vidas. Cuando usamos los servicios de la sanidad públi- ca, nos sentimos protegidos por las fuerzas del orden y cuerpos de seguridad del Estado, tomamos un transporte colectivo, miramos la carta de un restaurante o reci- bimos un título universitario es- tamos siendo objeto de decisiones políticas. La política lo impregna todo y, en consecuencia, aunque queramos, no podemos apartar- nos de ella. De hecho, tiene una incidencia directa en las dos áreas más sensibles de nuestro bienes- tar: nuestra ideología y, vía tasas e impuestos, en nuestro bolsillo. No podemos y no debemos dejár- sela a otros porque entonces nos esta- remos alejando de nuestra condición de ciudadanos, renun- ciando a nuestros derechos e incum- pliendo nuestros de- beres cívicos. La universidad no puede permanecer ajena al crecimien- to de la desafección hacia la política, por- que ella misma aca- bará siendo, si no lo es ya, víctima de ma- las decisiones políti- cas. No es suficiente con que se preocupe por la política universitaria, sino que tiene que ocuparse de que la universidad esté en la política. Esta involucración no consiste en tomar partido, sino en forjar el criterio de los estudiantes para que materialicen su ideología (su forma de entender el mun- do) en decisiones polí- ticas y entiendan que su implicación en la gestión de los recur- sos públicos a través de su participación en la política, ya sea opinando, votando, militando o gestionando, es una parte de sus responsabilidades como actores del sistema democrático. “La educación intelectual y moral debe anticiparse al uso de la razón”, sostenía Antonio de Nebrija. La universidad tiene la responsabilidad de educar a los jóvenes de hoy para que la política deje de ser un problema y contri- buya a la solución de los desafíos del mañana. Está en juego la pro- pia libertad de pensamiento que la universidad encarna. No podemos y no debemos dejársela a otros porque entonces nos estaremos alejando de nuestra condición de ciudadanos, renunciando a nuestros derechos e incumpliendo nuestros deberes cívicos 55 Nuestra Nebrija