Nuestra NEBRIJA 45- Abril 2023
A raceli Mangas es una mujer menuda de la que emana una autoridad muy grande. Es la suya la autoridad de la experta, de la que sabe leer el mundo desde un conocimiento profundo de su histo- ria y sus reglas. Mangas es catedrática de Derecho In- ternacional Público y Rela- ciones Internacionales en la Universidad Compluten- se de Madrid, académica de número de la Real Aca- demia de Ciencias Morales y Políticas de España y vo- cal de la Comisión Españo- la de Derecho Internacio- nal Humanitario. Con siete sexenios de investigación en su haber, lo ha hecho todo en su campo: dirigir las revistas punteras, ser consejera científica en nu- merosos foros, asesorar al Gobierno en asuntos internacionales o elaborar dictá- menes que han guiado algunos pasos de la Unión Eu- ropea. Sin prisa a pesar de sus múltiples ocupaciones, responde a las preguntas de Nuestra entre la pasión y el sosiego. Sus referentes universitarios, ¿qué importancia han tenido en su carrera (y su vida)? En mi familia no había habido nadie que se hu- biera dedicado al Derecho. Estudiaba Derecho el que iba para cura. Para mí fue una apuesta racional, abrir un mundo nuevo y explorarlo. En la Universidad es muy importante tener buenos profesores. No hace falta que lo sean todos. Media docena de buenos pro- fesores ya te dejan amueblada la cabeza. Y Salamanca tenía lo mejor de lo mejor, como Tomás y Valiente o Gloria Cantón, que fue la primera mujer catedrática en España de Economía Política. ¿Qué evolución aprecia en el papel de la mujer en el mundo universitario tras su larga carrera académica? En lo que respecta a la desigualdad de la mujer ha habido una evolución muy positiva en los últimos años, pero es muy lenta, porque no olvidemos que la lucha de las mujeres por entrar en la Universidad ya empezó en el siglo XIX. Pienso en Concepción Are- nal o en Emilia Pardo Bazán. Ellas lucharon en torno a 1860 porque se las reconociera y por entrar en la Real Academia Española. Se sabe que Pardo Bazán no ingresó, no por falta de méritos, sino porque era mu- jer. Incluso el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado, lo ha reconocido pública- mente. Me interesa recalcar que la lucha por la igualdad de las mujeres no es una cuestión de derechas o iz- quierdas, sino de derechos humanos, de la conciencia de que somos seres huma- nos iguales que los hom- bres. Hay algo que sí se ha conseguido. Hemos llega- do al nivel de suficiencia en las oportunidades de formación y por tanto en el punto de partida. En Europa y en Occidente, un niño o una niña tienen las mismas oportunidades de formarse. Esto antes no ocurría. Otra cosa ya es la carrera. Una vez que tie- nes un título, la mujer tie- ne un obstáculo en la maternidad y sigue habiendo estereotipos. Todos estos estereotipos te frenan en la promoción, en el recorrido, en ser decano, jefe de departamento, etc. Y ya no digamos cuando te pones metas ambiciosas: ser director de periódico, decano, rector… Las mujeres por lo general no somos tan am- biciosas como los hombres, no es habitual, nos plan- teamos el poder de otro modo. Con el tiempo me he dado cuenta de que hay que tener ambiciones y que hay que ir rompiendo barreras. ¿Por qué no puedo ser la presidenta del Santander, o de otro gran grupo? Y lo que está demostrado es que hoy en día a una mujer para acceder a un buen puesto se le exige mucho más que a un hombre. La sociedad ve normal que haya un hombre mediocre de director general, de rector, de jefe de un periódico… pero no se acepta que una mujer sea mediocre. Hay que empezar a romper este estereotipo. Las mujeres inmediatamente se frenan si sienten que no están en el nivel de excelencia. Y a ve- ces, entre la mediocridad y la excelencia hay muchos tonos y puedes hacer muy bien el trabajo sin ser un premio Nobel, mejor que muchos hombres medio- cres. Usted abogó en su discurso de investidura porque la UE tuviera un sistema de defensa efectivo propio, al margen de la protección (y por lo tanto de los intereses) de los Estados Unidos. ¿Cómo son acogidas este tipo de propuestas por los dirigentes europeos? Los estados más occidentales, y sobre todo la vieja Europa considera que tenemos que tener una defensa europea. No se trata de enfrentarse a la OTAN, sino En la Universidad es muy importante tener buenos profesores. No hace falta que lo sean todos. Media docena de buenos profesores ya te dejan amueblada la cabeza” ENTREVISTA 12 Nuestra Nebrija
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