Nuestra NEBRIJA 47- Diciembre 2023
landscapes, and activity locations. Consequently, a correlation emerges between the energy transition and urban and territorial transformations, necessitating comprehensive consideration within planning and management instruments. Disciplines focused on the territorial landscape— urban planning, architecture, engineering, geography, law, and sociology—encounter a new operational context where they must provide solutions. The implementation of these solutions will not only reshape the territories but also yield substantial social effects. Ensuring these transformations benefit everyone becomes crucial, as the effects will reverberate across society, not solely limited to those residing near solar installations or having solar panels, but impacting all citizens. The involvement of local residents and the responsibility of communities in the areas they inhabit are crucial when navigating the transition from polluting energies to cleaner, decarbonized energy sources. The goal is to achieve this transition not just effectively, but also fairly and democratically, ensuring inclusivity for all. Society holds the capability and responsibility to actively engage in designing solutions and steering the direction, magnitude, and sustainability of these changes. Their role extends beyond observation or endorsement of the transformation; they must become proactive participants rather than mere recipients. This involvement includes active participation in the planning and decision- making processes, empowering society to shape the transition actively. El objetivo es que se logre hacer esta transición no solo de la forma más efectiva sino también del modo más justo y democrático, sin dejar a nadie atrás Our objective is to navigate this transition not just effectively, but also equitably and democratically, ensuring that no one is left behind lada el objetivo de la autosuficiencia del nivel re- gional al autoconsumo, lo que nos invita a pasar de ser consumidores a convertirnos en prosumidores (consumidores que producen). El despliegue de las energías renovables su- pone un nuevo modelo de ocupación del binomio espacio-territorio que debe contar con el apoyo y la aceptación de la sociedad. La transición energé- tica traerá consigo importantes cambios territoria- les. Se acabará alumbrando un emergente modelo territorial y productivo –-dónde y cómo vivimos, dónde y cómo producimos- con nuevas relaciones sociales, ambientales y económicas. Tendrá efec- tos sobre cada territorio, sobre los usos del suelo y el paisaje, sobre la localización de actividades y existirá, por tanto, una relación entre la transición energética y la transformación urbana y territorial, que los instrumentos de planificación y gestión de- berán tener en cuenta. Las disciplinas que trabajan en el territorio -el urbanismo, la arquitectura, la ingeniería, la geo- grafía, el derecho y la sociología- se enfrentan a un nuevo contexto en el que tienen que operar y en el que deben aportar soluciones. La incorporación de estas soluciones transformará el territorio donde se implanten, pero también tendrá notables efec- tos sociales, dado que esta transformación ha de favorecer a todos y afectará sin lugar a dudas a to- dos. El efecto del cambio no solo lo percibirá aquel sector de la población que reside o habita cerca de una planta solar fotovoltaica o de un parque solar, ni al que tiene en su tejado o en el parking del su- permercado o en las oficinas donde trabaja unas placas solares, sino también al resto de la ciuda- danía. Por todo ello, resulta necesario poner el foco en el papel de los habitantes de la localidad y en la responsabilidad de las comunidades locales sobre el espacio en el que se desarrolla su vida a la hora de poder recorrer el camino que lleva desde las energías contaminantes a las energías limpias y a la descarbonización. El objetivo es que se logre ha- cer esta transición no solo de la forma más efectiva sino también del modo más justo y democrático, sin dejar a nadie atrás. La sociedad puede y debe jugar un rol eminen- temente activo, capaz de contribuir al diseño de soluciones, a marcar la dirección, la intensidad y la permanencia de los cambios. Su papel no puede quedar reducido a ver pasar o a dar el visto bueno al proceso de transformación, sino que debe con- vertirse en un agente activo y no meramente un re- ceptor, también en los procesos de planificación y de toma de decisiones. 23 Nuestra Nebrija
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