Nuestra NEBRIJA 47- Diciembre 2023
¿En qué momento descubres que quieres ser artista? Creo que es algo que sé casi desde que nací. No recuerdo ningún instante exacto, pero me acuerdo que desde pequeña no he dejado de pintar nunca. Cuando tenía diez años y los niños iban a la pisci- na de bolas yo me quedaba dibujando porque era lo que me gustaba. Desde entonces nunca lo he dejado, aunque siempre he sido un poco autodidacta. ¿Y te acuerdas de lo que dibujabas en esa época? Sí, me encantaba la temática del terror y creo que eso no ha cambiado mucho. Crecí con películas como Viernes 13 o El muñeco diabólico y me gusta- ba dibujar a sus personajes. También me apasiona- ba y lo continúa haciendo el tema de los videojuegos. ¿Cómo es de importante perseverar en la profesión de artista? Muchísimo. Mira, a mí siempre me decían que ser artista era una cuestión de talento y no estoy de acuerdo. En mi caso, he trabajado mucho, me he pa- sado años dibujando y al final todos los logros que he conseguido han sido a base de esfuerzo y trabajo. Además, a mí también me ha servido como un ins- trumento para desconectar y sacar tiempo para mí en etapas complicadas como el Bachillerato, donde el dibujo pasó de ser un hobby a convertirse en una necesidad. Antes has comentado que has sido siempre un poco autodidacta, pero, ¿has tenido alguien que te haya inspirado especialmente? Creo que imitar es el mejor método para apren- der. Aunque es cierto que nuestra imaginación juega un papel muy fuerte, si desconozco cómo es un co- che, al final tengo que fijarme en uno por la calle o buscar imágenes. Un ejemplo e inspiración ha sido mi tío, al que le gustaba lo que hacía. Cada fin de semana iba a su casa para ponerme delante de un ordenador y copiar un dibujo o una imagen real que él mismo me proporcionaba. Después mirábamos el resultado y las posibles cosas que mejorar. Se trata de ir adquiriendo unas bases para luego desarrollar tu parte imaginativa y plasmarla en el dibujo. ¿Cómo es el proceso creativo de tus dibujos y cuándo sabes que están acabados? Depende de si es una ilustración planificada o si es algo más “libre”. En el primer caso, hago una búsqueda de información masiva de lo que quiero transmitir y cómo lo voy a hacer. En el segundo, las ideas me van surgiendo de manera algo inesperada y una vez tengo el boceto del personaje, me imagino su personalidad y trato de reflejarla a base del color o del propio dibujo. Saber cuándo está acabado ya es otra historia, es algo que he trabajado durante años ya que, si por mí fuera y me dejaran, a veces estaría retocando el dibujo eternamente. He aprendido a poner punto y aparte cuando siento que la ilustración está acaba- da. Y si hay algo que quiero mejorar, trato de poner- lo en práctica en la siguiente. ¿Hay una democratización de la ilustración desde la aparición de las redes sociales? Sin duda, con solo meterte en Instagram puedes ver y descubrir miles de dibujos y artistas. Ahora bien, está el peligro del algoritmo que afecta nega- tivamente a muchos de los que se quieren dedicar al arte. Se frustran porque necesitan publicar con mayor frecuencia de la que pueden o se ven limita- dos a seguir las tendencias del momento porque el algoritmo las premia. En mi caso, afortunadamente, no me afecta mucho, lo evito y publico lo que quiero sin pensar en él. ¿Cómo te sentiste al enterarte de que ibas a exponer? La verdad, muy bien, aunque tuvo mucha in- fluencia mi profesora de dibujo, Laura Tejedor. Ella fue la que me ayudó en todo momento. Se nos ocu- rrió la idea de exponer mi trabajo en una galería de arte para visibilizarlo y para lograr ayudas para ir a la universidad. Estuvimos buscando en varias salas y al final fue Silvia Medina de la galería Art Concept Culture de Santander la que me dio la oportunidad. Fue complicado porque tuve que compaginarlo con el estudio para la Selectividad, pero creo que al final ha merecido la pena. ¿Qué consejos le darías a las personas que están pensando dedicarse al arte? Les diría que fueran valientes, que siempre les van a contar el tema de las pocas salidas laborales que ofrece el sector. Creo que esta última parte hay que dejarla a un lado, los trabajos ya llegarán y si hay algo que te apasione, ve a por todas con ello. Respecto al trabajo diario, a mí me ha servido mu- cho tener un cuaderno siempre cerca en el que plas- mar todo lo que pasa por mi cabeza y es lo que más me ha ayudado a mejorar. ¿A qué te gustaría dedicarte en el futuro? Me encantaría dedicarme al Concept Art, si me dan a elegir. Me fascina esa parte conceptual de un videojuego o una película en la que no estás tanto en el dibujo final sino en desarrollar la estética de los personajes. Esta es mi preferencia, pero también estoy abierta a otras salidas laborales dentro de mi sector. El tiempo dirá. 49 Nuestra Nebrija
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