Nuestra NEBRIJA 47- Diciembre 2023
Imaginemos un nuevo modo de hacer cálculos, tan potente que ninguna computadora como las que hemos creado hasta ahora estuviera a la altura. Unas matemáticas de otro nivel. Un superordenador que utiliza una metodología capaz de resolver millones de millones de operaciones por segundo. Hablamos de la computación cuántica. L a computación cuántica permitirá a los expertos trabajar con unos superordenadores con poten- cialidades que parecen dignas de una película de ficción. Olvidemos el método clásico de hacer cál- culos y pensemos en otro nuevo, infinitamente más potente. ¿Para qué valdrá semejante avance? ¿Nos cambiará la vida? Lo cierto es que los ciudadanos de a pie seguirán utilizando en sus casas los ordena- dores clásicos, porque serán totalmente suficientes para sus necesidades. Es decir, los superordenado- res cuánticos no vienen a sustituirlos. Su actividad podría centrarse en el campo de la investigación, con aplicaciones disruptivas en sectores como las finanzas, la logística o la farmacia. Lo fundamental de la computación cuántica está en el modo de hacer los cálculos. Las computadoras actuales funcionan con un sistema de numeración binario con dos únicos valores: el 0 y el 1. Son los bits. Por su parte, la computación cuántica funciona con qubits ( quantum bits en inglés) o cúbits, una unidad básica de información que puede ser 0, 1 o los dos a la vez, en infinitas combinaciones de am- bos. “Además, si tenemos dos o más cúbits, estos se pueden entrelazar. Lo que esto significa es que aparecen correlaciones entre cúbits que no pueden obtenerse de forma clásica”, señala Álvaro Díaz Fer- nández, director del departamento de Quantum en BBVA. El modo concreto de hacer cálculos se basa en esas dos propiedades que son intrínsecas del mun- do cuántico: la superposición y el entrelazamiento de las unidades de información. Y, lo más difícil, tie- nen que mantener ese estado. “El comportamiento cuántico es algo que sola- mente se percibe cuando se baja a un nivel muy pe- queño y microscópico de la naturaleza, casi a nivel atómico o nuclear. Los científicos que estudiaron el núcleo a principios del siglo XX se dieron cuenta de que, cuando estudiaban sistemas físicos muy pe- queños del tamaño del átomo o del núcleo atómico, las leyes de la naturaleza eran totalmente distintas y parecían cambiar de manera drástica. Con el tiem- po hemos aprendido a entender esas leyes y ahora mismo se está planteando hacer uso de ellas para realizar cálculos complejos de forma más rápida”. Problemas tecnológicos Pese a lo prometedor de la computación cuán- tica, de momento sigue siendo eso: una promesa. Está en camino, eso sí, pero los expertos no saben precisar si llegará en el corto, medio o largo plazo. Aunque que hay grandes empresas inmersas en la carrera de su desarrollo (Google, IBM, Intel, Micro- soft) y un sinfín de start-ups , de momento no se ha conseguido alcanzar la supremacía cuántica, es de- cir, no se han logrado cálculos ni programaciones a los que la computación clásica no hubiera llegado previamente. “Los problemas son de naturaleza tecnológica. Construir un ordenador cuántico es una tarea muy difícil”, admite Francisco Gálvez Ramírez, director del Máster de Computación Cuántica de la Politéc- nica Nebrija. “A día de hoy, las configuraciones de ordenadores cuánticos que se tienen son de muy pocos cúbits y es muy difícil entrelazar simultánea- Lo que no parece que vaya a ocurrir es que el ciudadano de a pie vaya a cambiar su ordenador personal por un ordenador cuántico, ya que estos no son necesariamente mejores en todas las tareas” Álvaro Díaz Fernández 7 Nuestra Nebrija
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