Nuestra NEBRIJA 47- Diciembre 2023

mente muchos cúbits. Se pueden entrelazar mucho, pero no directamente, sino a través de pasos inter- medios y esto conlleva la aparición del gran enemi- go de la computación cuántica, que son los errores”. Acumular muchos cúbits es relativamente sencillo. El problema es que estén todos entrelazados. Ese entrelazamiento significa que se establece un canal de conexión entre dos cúbits, de modo que lo que se haga en uno de ellos afecta al otro. Si tuvié- ramos 50 cúbits entrelazados y todos conectados, el nivel de estados que se podría representar sería de 2 elevado a 50, más que suficiente para alcanzar supremacía cuántica y hacer cálculos muy potentes. Pero estamos lejos de conseguirlo. La mitigación de la aparición de errores cuánti- cos es precisamente uno de los campos de trabajo más activos en este momento. El último ordenador cuántico de IBM que se va a traer a Euskadi, más concretamente a San Sebastián, tiene ya 127 cúbits. “Si estuviesen todos totalmente entrelazados sería una máquina perfecta, tendría supremacía cuántica y podríamos hacer cálculos que ni nos imaginamos. El problema es que no están todos entrelazados y tie- ne un margen de error bastante alto”, agrega Gálvez. La complicación radica en la naturaleza de es- tos componentes, que se ven afectados por cual- quier variación de temperatura, campo magnético o vibración, por pequeña que sea. Es una máquina muy delicada y llevará su tiempo conseguirla. “Los cúbits deben estar totalmente aislados de influen- cias magnéticas y a temperaturas muy bajas (273,75 grados bajo cero). “Si vemos un ordenador cuántico, prácticamente todo es refrigeración. Mantener estas condiciones es difícil. Pero no es la única causa. Los chips que se construyen artificialmente en laborato- rio no son sistemas naturales y también están afec- tados de errores”. El hardware cuántico todavía está en una etapa muy inicial. “Esto no significa que no debamos em- pezar a investigar ahora para encontrar nuevos algo- ritmos, ya que esta investigación no es en absoluto trivial y no puede posponerse a la llegada de un or- denador cuántico perfecto”, indica Díaz Fernández. ¿Futuro próximo? De momento parece seguro que en algún mo- mento se alcanzará la supremacía cuántica. Lo que no se sabe es cuándo. “En el corto/medio plazo diría que, como mucho, se podrán utilizar ordenadores cuánticos imperfectos en combinación con las ca- pacidades clásicas. A largo plazo, deberíamos haber sido capaces de desarrollar ordenadores cuánticos libres de errores y de una escala relevante”, apunta Díaz Fernández. Coincide en ello el profesor Gálvez, con un argu- mento de peso: “Cuando Google, Microsoft, IBM o Intel llevan tantos años invirtiendo tales cantidades de dinero, podemos inferir que esto no tiene vuel- ta atrás. Quizá tardemos dos años o cuatro, pero es imposible pensar que no vamos a llegar. Quizá no podamos alcanzar un nivel de cálculo de miles de cúbits pero es seguro que vamos a llegar más lejos que la computación clásica”. Aplicaciones Las previsiones apuntan a que los avances en computación cuántica tendrían impacto en casi todos los sectores porque cualquier área de la in- geniería y la investigación se vería beneficiada, así como un gran número de industrias, desde la fi- La logística, las finanzas, la ingeniería o la industria farmacéutica se verán beneficiadas por la potencialidad de la computación cuántica, capaz de acometer cálculos muy complejos 8 Nuestra Nebrija REPORTAJE

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