NUESTRA
· OCT 2014 · Nº 10
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TRIBUNA
LA FILOSOFÍA ACADÉMICA DE LA UNIVERSIDAD NEBRIJA
L
a filosofía académica de cada
universidad es esencial en su
funcionamiento. Para unos,
es el reflejo continuo de su activi-
dad y, para otros, es el auténtico
motor sobre la que se construyen
todos los objetivos, pues determi-
na la práctica docente o las tareas
de investigación que se realizan.
Nebrija ha sido siempre muy
explícita en la presentación de su
filosofía académica porque fue
tan exigente e innovadora en sus
orígenes que los documentos fun-
dacionales ya definían los princi-
pios sobre los que se construía su
actividad pedagógica diaria.
Nuestras publicaciones enumeran
las características distintivas de la
Universidad a través del desa-
rrollo armónico de los siguientes
valores: la vocación por la intensi-
dad académica que transforma al
estudiante, la formación práctica
centrada en el conocimiento útil,
la empleabilidad y la orientación
hacia la profesión, la investigación
aplicada a la productividad y a la
transferencia de conocimientos, la
pasión por la proyección interna-
cional y el ejemplo ético al servicio
de la sociedad y la comunidad.
El desarrollo de estas características
ha permitido a Nebrija conseguir
muchos objetivos docentes y de
investigación. Estos objetivos se
consiguen gracias a las exigencias
al profesorado y al alumnado, que
están implícitas en nuestra filosofía.
La presentación del
Contrato
Nebrija
resume dichas exigencias
porque el principal empeño de
la filosofía académica de Nebrija
radica en desarrollar en nuestros
estudiantes todo su potencial
intelectual y humano, logrando en
ellos -por la incentivación de su
propio esfuerzo- la transforma-
ción necesaria para convertirse en
los mejores profesionales. La tarea
es compartida por las tres partes
que interactúan en este contrato, a
las que se requieren muy diversas
aportaciones y la exigencia diaria
que resumiré a continuación.
Los estudiantes deben aportar su
compromiso y dedicación, su es-
fuerzo y su ilusión por llegar a las
metas trazadas. El proceso trans-
formador requiere una base de ca-
pacidades intelectuales y morales
que trae el alumno cuando llega
y que constatamos en el proceso
de admisión. Esas capacidades
son las que deben potenciarse a lo
largo de su trayectoria académica,
orientándolas adecuadamente,
fomentándolas, evitando su mer-
ma o adormecimiento y ponién-
dolas en práctica. Lo hacemos a
través de la aplicación de nuestra
filosofía académica, una metodo-
logía adecuada al aprendizaje que
buscamos y personalizamos para
cada caso en atención al perfil de
estudiante y al campo académico
y profesional en el que se desen-
volverá tras graduarse.
La pasión por el trabajo bien
hecho, la inquietud por apren-
der siempre de toda situación
o circunstancia, la flexibilidad y
adaptabilidad al medio laboral
o la capacidad de integrarse en
entornos multiculturales son
sólo algunos de los valores que
transmitimos con éxito a nues-
tros estudiantes para que puedan
representar dignamente a nuestra
Universidad allá donde se inte-
gren en su futuro inmediato.
Por otro lado, las empresas e insti-
tuciones en las que nuestros estu-
diantes hacen prácticas y, poste-
riormente, trabajan nos aportan la
visión real de los distintos sectores
profesionales. Su exigencia para
con nosotros, demandándonos
