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universitaria y la competitividad nacional e in-
ternacional de las universidades, acompañando
tal iniciativa con un sistema de acceso a la uni-
versidad en el que la admisión dependa exclusi-
vamente del criterio que autónomamente desee
establecer cada universidad y descartando, por
tanto, la universalidad del acceso con indepen-
dencia del mérito y la capacidad, que sólo aca-
rrea frustración en docentes en clases masifica-
das por estudiantes apáticos y egresados que
desgraciadamente no encuentran trabajo en sus
áreas de especialidad.
III.
Incorporación curricular de conocimientos y
competencias profesionales, pero también per-
sonales, a través de
pensum
académicos no po-
litizados, tendentes a asegurar la estructuración
mental del pensamiento crítico del estudiante,
su capacidad para interactuar en un entorno
social voluble y complejo, y fomentar su resis-
tencia a la frustración sobre una base valórica
consistente.
IV.
Revisión del profesorado en su conjunto, de toda
la función docente, extirpando del sistema la
endogamia por el estableci-
miento de sistemas claros y
determinadamente orienta-
dos a premiar el mérito y la
capacidad de profesores e
investigadores, la movilidad
nacional e internacional del
talento universitario, la carre-
ra profesional a largo plazo y
la evaluación periódica y sistemática de la acti-
vidad docente e investigadora a través de siste-
mas homogéneos que acarreen consecuencias
positivas y negativas a los evaluados.
V.
Dotación presupuestaria dedicada al sistema
educativo de monto razonable y próximo al con-
senso de los expertos en torno al 5% del PIB
para el conjunto del sistema educativo, sustitu-
yendo la fórmula actual de financiación univer-
sitaria a la institución (con base esencial en la
tipología pública de la universidad y la masa de
alumnos), para establecer un sistema distinto
que garantice, tanto la libertad de elección de
centro (público o no público) por parte del estu-
diante, financiando a cada uno de ellos en tanto
que ciudadano dotado de capacidad y voluntad
de estudio una vez aceptado por la universidad,
si se quiere moderado en su importe en aten-
ción a la renta familiar, como terminando en
todo caso con la “beca universal” del estudiante
universitario de la universidad pública. Esto, ade-
más, permitiría aproximar el precio de la matrí-
cula al coste real de la misma, con la implicación
igualmente virtuosa de una exigencia de mayor
eficiencia en el gasto universita-
rio libremente decidido por cada
institución universitaria.
Os animo a la reflexión sobre
este asunto que nos concierne
especialmente como universita-
rios, pero en el que en realidad,
toda la sociedad española se
juega su futuro.
Necesitamos
pensum
académicos no
politizados, que
estructuren el
pensamiento crítico
del estudiante.