Nunca hubiera pensado que
mi profesión sería la docencia.
Cuando mi antiguo compañero
de facultad, Carlos Jiménez, me
llamó diciendo que buscaban
profesor de Maquetación y Di-
seño Gráfico en la universidad
donde él trabajaba y que había
pensado en mí, mi primera im-
presión fue de sorpresa. ¿Pro-
fesora? Mi única experiencia
docente era enseñar a los es-
tudiantes de prácticas en el es-
tudio. Pero Carlos me dijo: “La
Universidad quiere un profesor
con perfil profesional, que esté
en el día a día. Es una asignatura
muy práctica. Lo puedes hacer
bien y yo te ayudaré si consi-
gues el puesto”.
Sus palabras resumían muy
bien la filosofía Nebrija: una en-
señanza moderna -ya a finales
de los noventa-, apegada a la
profesión y con metodologías
docentes alejadas de las tra-
dicionales, unida a un equipo
comprometido e ilusionado con
un proyecto en el que creían fir-
memente y en el que el compa-
ñerismo era una bandera.
Aún recuerdo el primer día en
La Berzosa. El entorno, con ese
maravilloso Campus tan di-
ferente al edificio en el que yo
misma había estudiado, y sobre
todo la gente: profesores que,
desde el momento en el que me
presentaban, me acogían con
una sonrisa y estudiantes que
pululaban alegres y cercanos
por los pasillos.
Cuando uno comienza en la
docencia quiere hacerlo con la
referencia de sus buenos maes-
tros. Tenemos la aspiración de
conseguir transmitir el amor que
sentimos por lo que hacemos a
nuestros estudiantes porque
sabemos que ello les hará amar
la profesión. Y, una vez selec-
cionada para el puesto, ese fue
mi primer objetivo: que los estu-
diantes disfrutaran e inculcarles
lo que a mí me apasionaba.
He aprendido a enseñar en la
Nebrija y la Universidad me ha
devuelto a través de mis com-
pañeros y, sobre todo, de los
estudiantes la devoción por la
docencia. La satisfacción que
produce que aquellos que estu-
vieron en nuestras aulas hablen
hoy con pasión de su profesión y
con cariño del sitio donde apren-
dieron y de los que un día fuimos
sus maestros es el mejor de los
cumplidos al trabajo realizado.
Desde aquel primer día en La
Berzosa la Facultad de Cien-
cias de la Comunicación ha
avanzado mucho: hemos am-
pliado la oferta académica de
grado y máster, desarrollado
un amplio catálogo de activida-
des extraacadémicas lideradas
por las tres grandes acciones
del centro, Tocados, AdN y Ni-
pho, y sabido aplicar el enfoque
aprender haciendo
.
También,
desde aquel primer día en La
Berzosa, tengo el convenci-
miento de que los mimbres que
hacen de Nebrija un centro de
calidad son, sin duda, las per-
sonas que la forman: docentes,
personal y estudiantes,
nebri-
jillas
que con su compromiso,
entusiasmo y trabajo hacen
que este proyecto crezca y haya
convertido a esta Universidad
en un centro de referencia.
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COLABORACIONES
Mar Ramos
Profesora y representante de la Facultad de Ciencias de la Comunicación
Tenemos la
aspiración
de conseguir
transmitir el amor
que sentimos por
lo que hacemos a
nuestros estudiantes
porque sabemos
que ello les hará
amar la profesión
Pasión, entusiasmo,
compañerismo y trabajo
como bandera
