NUESTRA
· DIC 2012 · Nº 2
21
ENTREVISTA
sado de ocupar la posición
número treinta hace poco
más de dos décadas, a ser
la décima potencia cien-
tífica a nivel mundial. Si
queremos orientar el rum-
bo de la salida de la crisis
por la dirección adecuada
debemos trabajar para que
este gran activo que atesora
nuestro país pueda conver-
tirse en producto interior
bruto. Desde mayo de 2011
contamos con una nueva
Ley, la Ley de Ciencia,
Tecnología e Innovación
aprobada prácticamen-
te por unanimidad en el
Congreso de los Diputados
en la que por primera vez
la Ciencia está en pie de
igualdad con la innovación.
Se ha reformado el diseño
de la carrera investigadora
y, entre otros aspectos, los
méritos curriculares. Se
contemplan por primera
vez méritos que tienen que
ver con la transferencia
de conocimiento al sector
productivo. También se
han eliminado las barreras
para la movilidad entre el
sector público y el privado.
Todo ello debería redun-
dar en un incremento de la
cooperación y por lo tanto
de la financiación por parte
del sector privado a las
universidades. Respecto
a los grupos emergentes,
inicialmente la financiación
pública tiene más peso pero
si compiten con éxito en las
convocatorias europeas con
el criterio único de excelen-
cia investigadora, la expe-
riencia dice que adquieren
capacidad de atracción de
talento nacional e interna-
cional y por lo tanto van
adquiriendo la masa crítica
suficiente para producir
resultados interesantes
para el sector productivo.
Nuestro éxito depende en
gran medida del éxito de
nuestros jóvenes investi-
gadores. Hay que apostar
decididamente por ellos.
Las empresas también
deben dar los pasos nece-
sarios hacia un entorno de
I+D para que participen en
el proceso de colaboración
con las universidades. Los
planes recientes para incen-
tivar el I+D (p.ej. Avanza
o Innpacto) no han funcio-
nado todo lo bien que se
deseaba.
¿Por qué a las empresas
les cuesta tanto apostar
Cosme Ojeda
Director de Nuestra
Profesor de la Universidad Nebrija
