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cionados con la alimentación,
la salud, la vivienda, la forma-
ción, la cultura y la libertad de
elección de las personas, pero
nos enfrentamos ahora a unos
nuevos desafíos que serán muy
diferentes a los que hemos teni-
do en la segunda mitad del siglo
XX. La construcción de la paz y
la cooperación en Europa, tras
las dos guerras mundiales que
la devastaron, ha dado paso a
una nueva competencia inter-
nacional de países, empresas y
personas.
La información sobre lo que su-
cede en todo el mundo y sobre
la evolución de la ciencia y de la
técnica está presente en unos
medios de comunicación acce-
sibles para quien se interese por
las más variadas noticias. La in-
formación está disponible. Ac-
tuar con ella y sobre ella es uno
de los desafíos de los nuevos
análisis de las relaciones inter-
nacionales, como manifestacio-
nes del poder social, económico
y político de los países, las em-
presas y las personas.
Esa enorme cantidad de nueva
información económica, técni-
ca y científica está controlada
por quien la genera, pero está
rápidamente disponible para
actuar con ella, tanto para las
personas bien formadas como
para las que aún tienen grandes
necesidades de aprendizaje y de
formación. Los graduados en
relaciones internacionales que
sepan estar en la vanguardia del
análisis e interpretación de las
nuevas realidades serán de gran
utilidad en la compleja sociedad
mundial que se avecina.
Todo el mundo, o dicho de otro
modo, todas las personas de los
países desarrollados o en desa-
rrollo, empiezan a participar en
la evolución de nuestro planeta
y en los “nuevos mercados” de
internet que son masivos, abier-
tos, democráticos, tecnológi-
cos, veloces y útiles. Útiles para
quien sepa aprovecharlos en su
ámbito individual o en el del país
donde vive, pues las personas y
las sociedades, estructuradas
en países o en conjuntos más
amplios, como la Unión Europea,
van a competir intensamente en
esos mercados globales.
Los desequilibrios del mundo
son enormes y las diferencias
de niveles de renta o de acceso
a los grandes beneficios del de-
sarrollo económico se reparten
de manera muy desigual entre
las personas y los propios paí-
ses. Pronto veremos quienes se
adelantan en esta nueva com-
petencia mundial y ante quienes
nos enfrentamos en un nuevo
desafío económico por mante-
ner la situación de privilegio que
tiene Europa.
Las relaciones internacionales
siempre han intentado armoni-
zar dos realidades contrapues-
tas: una exigente competencia
económica y política en el mun-
do globalizado y la deseable o
necesaria colaboración institu-
cional entre los países. Ahora
entra también en su ámbito sa-
ber de antemano quiénes serán
aquellas personas, empresas y
sociedades ante las que debe-
mos manifestar nuestra capa-
cidad emprendedora para com-
petir eficazmente y avanzar con
ellos, sin perder posiciones en
un mundo cada vez más global
e interconectado.
Las relaciones internacionales
entre conjuntos de países, como
Europa, grandes economías
como China, Rusia o los Esta-
dos Unidos, enormes áreas eco-
nómicas, como América Central
y del Sur, Asia o África, empre-
sas supranacionales, universi-
dades generadoras de los más
avanzados conocimientos y mi-
les de compañías nacionales o
multinacionales van a ser áreas
de estudio y ámbitos de activi-
dad profesional con enormes
oportunidades y sugestivas es-
pecializaciones para nuestros
estudiantes y graduados en Re-
laciones Internacionales.
Estamos ante un
cambio de era,
con múltiples
manifestaciones
de que casi nada
volverá a ser como
antes.